NEGRERO: El embajador en España, Ramón Puerta, acusado de esclavizar tareferos

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Me resulta insólito que ningún medio (que yo sepa) se haya hecho eco de esta noticia, de este trabajo publicado en el semanario Brecha de Montevideo (del que fui orgulloso corresponsal en la segunda mitad de los ’80, cuando se produjeron las sublevaciones carapintadas) y replicado por El Confidencial de España (ver más abajo). El misionero Puerta es multimillonario, amigo personal de Macri y fue presidente casio dos días durante la crisis de fines del 2001. Que también sea un chupasangre esclavizador no me sorprende. Gracias a Montse Mestre por avisar. JS

 

 Una explotación poco diplomática

Imágenes integradas 1

En 2015 el periodista argentino Sebastián Premici publicó el libro ‘De patrones y peones, los aliados esclavistas de Mauricio Macri’, una investigación periodística sobre un caso de trata laboral vinculado al actual embajador argentino en España, Ramón Puerta, amigo íntimo del presidente Macri. En esta nota escrita para Brecha, Premici relata su investigación y entrevista a un peón rural y a Ramón Puerta.

SEBASTIÁN PREMICI / BRECHA
4 de Noviembre 2016
La esclavitud siempre es esclavitud. Es la misma esclavitud de siempre pero más silenciada, maquillada. Perfeccionada. Los explotadores contratan empresas, que a su vez subcontratan a otras compañías que se encargan de ser la cara visible de la explotación. Y la ganancia económica generada desde esa miseria planificada es depositada directamente en la cuenta bancaria del primer eslabón, el patrón de estancia, el ceo que hace las veces de dirigente empresarial, sindical o embajador argentino en España, como es el caso de Ramón Puerta.
Puerta fue gobernador de la provincia de Misiones, senador y presidente interino durante los convulsionados días de diciembre de 2001. En 1999 le gestionó a Mauricio Macri un domicilio en la localidad de Garupá para que el por entonces presidente de Boca Juniors pudiera incursionar en “política” con el aval del misionero. Dicha amistad se remonta a sus épocas de estudiantes en la Universidad Católica Argentina. Años después, el premio que recibió Puerta de su amigo y presidente Mauricio Macri es la representación diplomática argentina en España. Para esa fecha, el 7 de marzo último, Macri no podía desconocer que el misionero había sido imputado por el delito de trata laboral de 40 tareferos (los peones rurales que cosechan la yerba mate), que fueron encontrados dentro de un campo de su propiedad en condiciones infrahumanas: los peones vivían en precarias carpas, sin agua potable, ni luz, con la comida a la intemperie, descomponiéndose, hacinados y con menores de edad que también cargaban sobre sus espaldas el yugo de la explotación.
Estos hechos están documentados a partir de declaraciones testimoniales de más de diez tareferos que narraron cómo era el sistema de vida dentro del campo de Puerta, incluida una declaración de un menor de 13 años que ofreció su testimonio a través del método de cámara Gesell. La denuncia contra Puerta se inició en enero de 2014, a partir de una inspección del Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (Renatea), organismo que terminó siendo disuelto por Macri.
El presidente tampoco podía desconocer que, un año después de la primera denuncia, la Fiscalía Federal de Posadas realizó una inspección dentro de la propiedad del ex gobernador y allí pudo constatar los vestigios de ese esquema de explotación: todavía estaban montadas las carpas hechas de lonas, había tachos de glifosato utilizados por los peones para tomar el agua que salía de un pequeño pozo que también era usado para el aseo personal.
El actual embajador en España armó un complejo entramado de contratistas, subcontratistas y empresas para quedar aislado de cualquier tipo de ilícito vinculado a la actividad de la cosecha de yerba mate. Esa estructura de tercerizaciones le otorgó al ex gobernador un claro beneficio económico a partir de su doble rol de dueño del campo y socio de la empresa que comercializaba la yerba: Yerbatera Misiones SRL.
Según la denuncia realizada por la Procuraduría contra la Trata de Personas y la Explotación Laboral (Protex), a cargo del fiscal Marcelo Colombo, que luego fue impulsada por la Fiscalía Federal de Posadas, “la ejecución de los delitos de trata y explotación representó un paso más de una decisión empresarial elaborada en el seno de Yerbatera Misiones SRL, con el objetivo de producir la yerba mate al menor costo posible y así incrementar el rinde económico de sus titulares. Se trató, en definitiva, de una decisión y puesta en ejecución de tipo empresarial que precisó del engranaje de una organización con varios actores para su desarrollo y concreción”.
Yerba mala
Los camiones entran a los campos repletos de tareferos junto a sus colchones, provisiones y familias enteras. Empiezan a descargar sus bultos antes de que el capataz les asigne un lugar. Como hormigas ante la inminencia de la lluvia o la presencia de un ser extraño, los peones están atentos a que nada raro ocurra en el lugar. Si divisan a un inspector, son obligados a correr, dispersarse, esconderse. No tienen problema en dejar tiradas sus pertenencias: colchones, comidas, pañales. El monte es como un escondite perfecto, como un hormiguero gigante.
Eso fue lo que les ocurrió a Carlos y Ramón, obligados a correr y esconderse en el monte para no ser registrados por el Renatea. Tres días estuvieron escondidos, hasta que fueron sacados del campo de Puerta y trasladados a la ciudad de Oberá. Carlos se entrevistó con este periodista.
—¿Cuántos estaban en la misma situación que ustedes?
—Cuarenta personas. Conmigo se escondieron otros cuatro que ahora siguen tarefeando en otro lado. Incluso me contaron que habían salido fotos en el diario, del día de la inspección.
—¿Tus compañeros sabían que era el campo de Puerta?
—Sí. Algunos iban por primera vez; yo sabía y se lo comentaba. Además, ya había estado ahí. Por la forma en que nos hacían dormir, les decía a mis compañeros que seguro vendría la inspección. “¿Cómo sabés Carlitos?”, me preguntaban. Mis compañeros me apoyaban y yo los apoyaba a ellos.
—¿Por qué antes tuvieron miedo y corrieron y ahora aceptaron contar lo que les pasó?
—Vi muchas veces cómo agarraban gente, por eso sé todo y muchas cosas más.
Algunos trabajadores huyeron por indicación de los capataces y otros fueron rescatados en ese mismo momento. Ése fue el caso de C J B, quien tenía tan sólo 13 años en el momento de encontrarse dentro del campo de Ramón Puerta. Su declaración fue realizada mediante el método de la cámara de Gesell, avalada por psicólogos forenses.
De su relato se desprende que vivían en carpas, en las que debían dormir con un colchón sobre la tierra, donde no había luz, y el agua que usaban para bañarse desembocaba en el pozo que utilizaban para beber. Declaró que fue llevado en un camión junto a su padrastro y que les iban a pagar a ambos. Su tarea era hacer el desayuno para todos los peones de la carpa, cocinar y “acarrear cosas”, probablemente los raídos llenos de hojas de yerba. También afirmó haber visto a más menores de edad en el lugar.
El actual embajador tenía en su campo, trabajando para la Yerbatera Misiones, a un niño de 13 años. Dirán que es una “cuestión cultural”. Pero no, era y es un delito.
Puerta giratoria
La verdadera “puerta giratoria” en la justicia es usufructuada por los poderes fácticos: empresarios, jueces corporativos que nada hacen para investigar estos casos. Medios de comunicación hegemónicos (como Clarín y La Nación) que nada dicen porque son parte de ese mismo poder fáctico, y algunos de sus periodistas, que se creen parte de ese engranaje. En la Argentina actual, estos poderes fácticos se saben más impunes aun porque gozan de la protección de Mauricio Macri.
Desde España, Puerta habla de las potencialidades de Argentina, de la “agenda del cambio”, de la unificación del peronismo. Mientras tanto, los vestigios de la explotación laboral planificada desde su empresa, a partir de la cual todo el grupo económico que gira alrededor de su apellido obtuvo una rentabilidad extraordinaria, siguen repiqueteando como las hormigas que buscan una guarida ante el vendaval.
En la historia argentina, quizás, para los peones rurales el Estado de derecho haya sido nada más que una anomalía. El primer estatuto del peón fue establecido en 1944, cuando Perón era vicepresidente y secretario de Trabajo y luego ratificado por ley. En 1980 la dictadura dio de baja esos derechos. Tuvieron que pasar 31 años para que los peones rurales obtuvieran nuevamente una ley que los protegiera, a partir de una iniciativa de la ex presidenta Cristina Fernández. En el momento de esa votación, Puerta, que era diputado, estuvo ausente.
El diplomático no sólo es dueño de campos –estancia Yohasa (1.040 hectáreas) y Yerbal el 17 (110 hectáreas), ambas en la provincia de Corrientes; estancia I Pora, donde fueron hallados los tareferos (1.004 hectáreas), y la chacra Cruce Pinal (46 hectáreas), ambas en la provincia de Misiones– sino también de medios de comunicación (Misiones 4).
Al igual que aquellos que se saben impunes –como el presidente Macri, que puede decir ante cámaras que no tiene empresas off shore a despecho de que éstas empiecen a brotar en los registros públicos de Panamá y Brasil–, a Puerta pareciera no molestarle que le enrostren en público sus crímenes. Los ningunea.
El ahora embajador aceptó un reportaje con este cronista, realizado en la redacción de Página 12 y publicado originalmente el 23 de mayo del año pasado. Con un aire altanero y autoritario, había aceptado la nota para contar su “verdad”. Según sus propias palabras, no se esperaba una interpelación. Aquí un fragmento de aquella conversación que duró 28 intensos minutos.
 
—¿Por qué dice que las denuncias en su contra fueron hechas bajo “apriete”, si acaba de decir que no está interiorizado en la causa judicial?
—Legalmente nadie me llamó. No me llegó nada. No tengo por qué saber. Ellos deben de tener acceso a una justicia que yo no tengo. Hay refugios, pero no para vivir. ¿Quién te dijo que vivían ahí?
—Los que declararon testimonialmente.
—Nadie me informó, se ve que yo no tengo acceso a la justicia kirchnerista. Esta foto que me mostrás me demuestra que está todo armado. ¿Y la Gendarmería que está ahí no hizo nada? Tengo custodia de Gendarmería. ¿La policía de la entrada no dijo nada? Si ven menores, ¿cómo no van a actuar?
—Desconozco cuál es su connivencia con la Policía o la Gendarmería.
—La Policía provincial no la manejo yo. Yo soy un opositor y perseguido.
—¿Por qué sostiene que la causa estaría armada?
—¿Vos no sabés quién es Ramón Puerta? ¿Y la familia Puerta? Nosotros nos caracterizamos por pagar los mejores sueldos y todo en blanco.
—No sólo importa el salario sino las condiciones en las que estaban los trabajadores.
—Ah, bueno, pero eso ya no es la ley laboral.
 
—Es tema de la ley del peón rural, artículos 28, 33 y 34, que hablan sobre acceso al agua potable y salario digno, y el 24 y 27, que fijan las condiciones de acceso a la vivienda y alimentación.
—Agua potable, tenían bidones.
—Uno de los testigos sostuvo que tomaban “agua verde”.
—¿Y por qué quieren trabajar con Ramón Puerta? ¿Son suicidas?
 
—Por necesidad, ¿quizás?
—¿Necesidad? Si tienen planes sociales a rolete. Los planes para el que trabaja en blanco son un problema. Trabajar en blanco es difícil, me cuesta… Y en negro no puedo trabajar.
 
Meses después de aquel reportaje, Puerta fue nombrado embajador. No llegó a declarar ante la justicia. No por ser inocente, sino por la impunidad generada en su entorno, avalada por la jueza federal María Verónica Skanata, quien había decidido esperar el resultado de las elecciones presidenciales para, supuestamente, llamar a indagatoria a todos los acusados por esta causa. Pero no fue así. Skanata no tomó ninguna medida vinculada con Puerta, a pesar de contar con los testimonios de muchos tareferos que lo sindicaron como responsable del sistema de explotación. Tampoco tuvo en cuenta la inspección ocular realizada en su campo, ni la denuncia realizada por la Fiscalía Federal de Posadas ni los varios pedidos de la Procuración especializada en casos de trata para que fuera, al menos, citado a declaración indagatoria.
 
Estado de bienestar versus Estado corporativo
Con la sanción de la ley del peón rural, en diciembre de 2011, el gobierno de Cristina Fernández buscó quebrar la lógica de precarización laboral en el sector agropecuario. Por delegación del ex presidente Eduardo Duhalde, la fiscalización del trabajo en negro en el campo estaba en manos del Renatre, manejado por el titular del gremio de los peones rurales, Gerónimo “Momo” Venegas y las cuatro principales patronales agropecuarias del país: la Sociedad Rural Argentina, cuyo actual presidente, Luis Miguel Etchevehere, también tiene una causa por explotación de peones, Confederaciones Rurales, CRA y Coninagro.
Fernández de Kirchner les sacó la potestad de fiscalizar el trabajo rural a Venegas y a esas patronales y la entregó al Estado, con la creación del Renatea, en diciembre de 2011. Entre 2011 y 2015 pudieron rescatarse más de mil víctimas de trata laboral, además de regularizarse el registro de peones que había sido adulterado por el gremio conducido por Venegas.
En uno de sus primeros gestos políticos, Mauricio Macri volvió a delegar la fiscalización del trabajo rural en la Uatre y las entidades patronales. El presidente no sólo nombró embajador a un empresario vinculado con la trata laboral, sino que su principal aliado sindical, Gerónimo Venegas, hoy integrante de la Alianza Cambiemos, es (y ha sido) el garante de la explotación laboral rural en Argentina.
ES ÍNTIMO AMIGO DEL PRESIDENTE MAURICIO MACRI

El embajador de Argentina: de saraos en España, acusado de esclavista en su país

 

Ramón Puerta tomó posesión del cargo en marzo, dejando atrás la sospecha de trata laboral y explotación de menores en sus cultivos de mate. Él asegura ser víctima de un complot.
Foto: El embajador argentino Ramón Puerta presenta sus cartas credenciales al Rey Felipe VI, el pasado 8 de septiembre.
El embajador argentino Ramón Puerta presenta sus cartas credenciales al Rey Felipe VI, el pasado 8 de septiembre.

 

El embajador de Argentina en España tiene una agenda ocupada. En la última semana ha recibido a Jorge Valdano, ha inaugurado un rastrillo solidario junto a Pilar de Borbón y ha disfrutado del derbi madrileño en primera fila del palco del Vicente Calderón, junto a Enrique Cerezo y Florentino Pérez. Momentos felices que contrastan con una imagen llena de sombras en su país. Acusado de trata laboral y prácticas esclavistas en sus cultivos de yerba mate, señalado por la impunidad que le otorgaría su amistad íntima con el presidente Marcelo Macri, perseguido hasta el año pasado por Cristina Kirchner y su aparato judicial. Todo eso hace de Ramón Puerta, en el puesto desde marzo, el embajador más polémico que reside actualmente en nuestro país.

Según la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas de Argentina (Protex), Puerta sería el responsable, como socio mayoritario de la empresa Yerbatera Misiones, de “haber explotado a 61 trabajadores, de los cuales seis eran menores de edad, quienes fueron captados en sus lugares de origen (…) mediante engaño y falsas promesas”. El documento, que consta de 55 páginas llenas de detalles y testimonios recabados entre 2014 y 2015 pero más propios de un campo de algodón del siglo XIX, sostiene que los jornaleros “permanecieron alojados, dentro del mismo predio, durante toda la semana y los fines de semana, sin posibilidad de retirarse del lugar y de interrumpir esa pseudo relación laboral”. Dicho trabajo se desarrollaba “en extremas condiciones de salubridad, seguridad e higiene, sin inscripción laboral previa, sin recibir herramienta alguna, sin percibir remuneración o percibiéndola en una proporción muy inferior al mínimo legal”.

Según Protex, los jornaleros de las tierras del embajador no podían abandonar el lugar y sufrían “extremas condiciones” de salubridad y seguridad

Los inspectores fotografiaron carpas en mitad de la plantación donde, presuntamente, dormían los 61 cosechadores y recolectores de mate. Según Protex, las condiciones eran “infrahumanas”. “Se alojaron a la intemperie, únicamente contaban con unas lonas dispuestas en forma de techo, las cuales debían ‘alquilarlas’. No tenían agua potable ni luz eléctrica. Se hallaron alimentos en mal estado, sin conservación, destinados al único consumo de los trabajadores”.

Una de las fotografías tomadas en los cultivos de yerba mate de Ramón Puerta, en marzo de 2015. (Renatea)
Una de las fotografías tomadas en los cultivos de yerba mate de Ramón Puerta, en marzo de 2015. (Renatea)
Ropa, alimentos y utensilios en un estado deplorable en una de las carpas usadas como prueba de la acusación. (Renatea)
Ropa, alimentos y utensilios en un estado deplorable en una de las carpas usadas como prueba de la acusación. (Renatea)

Ramón Puerta responde en su despacho de embajador en el barrio de Salamanca. Rechaza punto por punto las acusaciones y las atribuye a una campaña política orquestada en su contra por la ex presidenta Cristina Kirchner, que en 2014 estaba en el cénit de su segundo mandato. “Yo soy víctima de la dictadura kirchnerista por ser un opositor, porque fui el único que no quiso robar junto a ellos”, se defiende Puerta, presidente interino de su país durante 48 horas en 2001, gobernador de la provincia de Misiones (donde se encuentran sus cultivos de mate) entre 1991 y 1999 y diputado y senador nacional desde entonces hasta su llegada a Madrid hace ocho meses.

“La explotación laboral en el sector agrario existe, pero no en mis empresas. Yo tengo todo en blanco, se me conoce por ser quien paga los mejores salarios. Las fotos que se presentaron en mi contra son falsas o están manipuladas, porque las carpas que se muestran nunca se usaron para dormir. Los testigos fueron comprados con el único objetivo de presentarme ante el mundo como un explotador”, asegura. Y remata: “Si Cristina hizo lo que hizo con Repsol, imagínate qué no hubiera hecho conmigo de haber tenido un mínimo resquicio para involucrarme”.

“La explotación existe, pero no en mis empresas. Yo soy víctima de la dictadura kirchnerista porque fui el único que no quiso robar junto a ellos”, afirma Puerta

En descargo de Puerta hay un hecho relevante: la acusación de Protex fue elevada a los tribunales mediante la fiscalía provincial, pero la juez instructora desestimó citar siquiera a declarar al embajador y excluyó a su empresa de cualquier responsabilidad. Sin embargo, como es habitual en Argentina, la validez de ese hecho también es discutible. Según el periodista Sebastián Premici, autor del libro “De patrones y peones. Los aliados esclavistas de Mauricio Macri”, el actual embajador en Madrid se libró de ser imputado gracias a lo mucho que tardó la juez instructora en llamar a declarar a los acusados.

Ramón Puerta, en su despacho de la embajada de la República Argentina en Madrid. (D.B.)
Ramón Puerta, en su despacho de la embajada de la República Argentina en Madrid. (D.B.)

Tras recabar todas las pruebas y testimonios, la fiscalía tramitó la acusación en mayo de 2015, pero en un acto rayano en la prevaricación, la magistrada “decidió esperar el resultado de las elecciones presidenciales (diciembre de 2015) para llamar a indagatoria a todos los acusados”, según Premici. La victoria de Macri, íntimo amigo de Puerta, habría congelado la causa. “Puerta no declaró no por ser inocente, sino por la impunidad generada en su entorno, avalada por la jueza Verónica Skanata“, señala el periodista. Apenas unos días después de su victoria, Macri nombró a Ramón Puerta nuevo embajador en España, una plaza clave para ese país (es su embajada más numerosa junto a la de Estados Unidos y Francia) y punta de lanza para la reapertura a la inversión extranjera que pretende el nuevo gobierno argentino. “La juez”, sostiene Premici, “solamente avanzó contra los capataces y el contratista, a quienes sí les tomó indagatoria y probabemente termine procesando”.

Para Marcelo Colombo, fiscal general de Protex y autor del demoledor informe en contra de las prácticas empresariales del embajador, este es un claro ejemplo de lo difícil que es imputar a las capas más altas de un entramado societario de contratistas, subcontratistas y empresas. “Cuando establecemos que hay un caso de explotación laboral, intentamos que la cadena de responsabilidades llegue a las máximas autoridades, pero no siempre es fácil. En la justicia argentina las imputaciones no suelen avanzar mas allá de escalas intermedias, es un problema de nuestra jurisprudencia que estamos tratando de resolver”.

Unos jornaleros descansan durante la recogida de yerba mate. (EFE)
Unos jornaleros descansan durante la recogida de yerba mate. (EFE)
Un jornalero carga con un saco lleno de hoja de yerba mate.
Un jornalero carga con un saco lleno de hoja de yerba mate.

En su acusación oficial, Colombo analiza el caso de manera rotunda: “La idea de esclavitud adopta en estos días diversas maneras que no necesariamente corresponden a la vieja definición de esclavitud, pero son perfectamente aptas para destrozar la personalidad jurídica de una persona”. Abusos como “el control del movimiento sobre alguien, el control psicológico, las medidas adoptadas para impedir dar por terminada una relación interpersonal, la fuerza, la amenaza” que, según Colombo, proliferan gracias a la tercerización de los trabajos agrarios. “Es la única manera de comprender cómo unas compañías multinacionales supuestamente ricas y respetuosas con la ley pueden retroceder a niveles decimonónicos de explotación”.

Según el fiscal argentino contra la trata laboral, la tercerización permite a las multinacionales “retroceder a niveles decimonónicos de explotación”

De nuevo, Puerta se defiende calmado y sin titubear. Señala a Protex como una agencia “que en 2014 estaba instrumentalizada por Cristina Kirchner” e insiste en que algunos de los delitos en que incurrieron las empresas que él subcontrata posiblemente sean ciertos, pero de ningún modo en trabajos hechos para su empresa. “Yo soy un hombre público y hasta fui presidente de mi país, sería un estúpido si ahora me dedicara a maltratar a trabajadores. El predio en el que supuestamente ocurrió todo está a 10 kilómetros de la casa de gobierno, no en mitad de la selva. Yo he tenido a mucha gente importante durmiendo en esa casa, ¿cómo voy a tener esclavos justo ahí? Qué casualidad que en mis 65 años nunca he recibido una denuncia de este tipo y justamente llegue de la mano del kirchnerismo en el momento en que me convertí en su opositor”. Y el embajador apuntilla: “Yo no tengo fueros, podrían llamarme a declarar en cualquier momento y no lo han hecho porque se pudo demostrar que todo era falso. Esa acusación no tiene ni pies ni cabeza“.

El testimonio que levantó la liebre fue el de Ramón Piñeiro, peón rural durante casi 30 años: “Nos teníamos que llevar nuestra propia comida, teníamos carne en mal estado y algunos compañeros están infestados por picaduras de bichos. Muchas veces trabajé en ese establecimiento y no ha cambiado nada. Muchos sí cambiaron, pero el de Puerta sigue igual. Algunos creen que terminó la esclavitud, pero no es así”.

Incluso sobre este testimonio hay sombras. La fiscalía lo tomó por bueno, declaró dos veces lo mismo y guio en 2015 a los inspectores en los cultivos de Puerta para ubicar las carpas y el pozo de agua estancada del que bebían y se aseaban. El embajador asegura tener pruebas de que “Piñero fue comprado” y Primici afirma en su libro que Puerta tendió una trampa al jornalero para grabarle en cámara oculta desligando al embajador de toda responsabilidad, y que hay otra decena de testigos, incluidos menores de edad, que coinciden en el mismo tipo de vida y abusos en sus instalaciones.

Mientras el embajador da por zanjado el proceso judicial en su contra y prefiere centrar su atención en recomponer los lazos comerciales rotos entre España y Argentina, en su tierra natal el expediente sigue abierto, según confirma Colombo, si bien está por ahora congelado a la espera de se inicie el juicio oral contra algunos de los pequeños empresarios y capataces señalados por los testigos y Protex. “Ante la actitud de la jueza, la fiscalía prevé reservar ese expediente para evitar que prescriba y poder citar a indagatoria a Puerta cuando termine su labor como embajador en España”, adelanta Primici. A lo que Puerta responde: “Pueden citarme cuando quieran, que yo traeré mis pruebas y testigos para desarmar esta mentira”.


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