La visita del Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama a la Argentina generó gran revuelo, no tanto por su presencia en sí, sino por la fecha elegida. Obama estará en el país desde el día 23 hasta el 25 de Marzo, coincidiendo así con el 40º aniversario de la última dictadura cívico-militar.

Dada esta situación 121 intelectuales de distintas universidades de los Estados Unidos y de distintas partes del mundo emitieron una carta abierta donde reivindican la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, encabezada por Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y también por la agrupación H.I.J.O.S., e instan a Obama a visitar a las organizaciones, y a la apertura de documentos clasificados en los Estados Unidos.

En la carta hacen una comparación entre las marchas de los organismos mencionados con la marcha del año 1965 liderada por Martín Luther King en Selma, en ambos casos que continúan hasta el día de hoy, reclamando por derechos civiles.

En la carta también manifiestan su preocupación por la llegada del nuevo gobierno de Mauricio Macri ya que “en su carrera política previa había demostrado un claro desinterés en la lucha por los derechos humanos en Argentina”, y hacen una crítica a la permisiva actitud del presidente argentino ante las señales de rechazo a la continuidad de políticas de derechos humanos y las declaraciones de sus funcionarios, como el caso de Lopérfido, por ejemplo.

Aquí la carta completa, con todos los firmantes:

15 de marzo de 2016

Carta abierta al Presidente Barack Obama por su visita a Argentina del 23-25 de Marzo

 

De nuestra mayor consideración:

Los abajo firmantes, académicos en ejercicio de investigación y enseñanza en universidades estadounidenses y de otros países, deseamos hacerle llegar nuestra preocupación respecto de su visita oficial a la Argentina el 23-25 de marzo. El 24 de marzo se recordará el 40 aniversario del inicio de unos de los golpes militares más sangrientos en la historia de ese país. A poco más de tres meses de haberse iniciado allí un nuevo gobierno democrático presidido por Mauricio Macri, quienes nos hemos dedicado desde hace muchos años al estudio de la historia y la cultura argentina y latinoamericana vemos con preocupación las señales que indicarían un alarmante cambio de rumbo en el tratamiento de los derechos humanos en ese país. Desde comienzos del siglo XXI los argentinos consiguieron con grandes esfuerzos establecer una política de sostenida investigación, juzgamiento y condena que dentro de la más absoluta legalidad ha avanzado en el esclarecimiento de aberrantes crímenes de detención arbitraria, desaparición forzada, tortura y asesinato de miles de ciudadanos argentinos y extranjeros a manos de personal civil y militar que operó con total impunidad durante los años de la dictadura (1976-1983), y que siguió siendo impune hasta que en 2003 se pudo articular la voluntad política necesaria para reabrir las causas por delitos de lesa humanidad que habían sido cerradas en la década del ochenta. Fue un triunfo de la justicia y del enorme esfuerzo de una sociedad que entendió la herencia letal que deja el olvido de los crímenes cometidos en su nombre, y obró en consecuencia. Ese esfuerzo continuó ininterrumpido hasta la llegada a la presidencia de Mauricio Macri, quien en su carrera política previa había demostrado un claro desinterés en la lucha por los derechos humanos en Argentina. Ahora, como nuevo presidente de la nación, el señor Macri ha permitido que desde su gobierno se emitan inequívocas señales de rechazo a la continuación de las políticas de derechos humanos ya existentes y ha ignorado declaraciones de funcionarios que desde puestos de importancia ponen en duda los logros de una larga y denodada lucha por la verdad y la justicia. Querríamos ver en su visita a la Argentina, señor Presidente, la mejor tradición de la lucha por los derechos civiles en la historia de los Estados Unidos. Desde 1977 las Madres y Abuelas han marchado cada jueves en la Plaza de Mayo reclamando verdad y justicia, del mismo modo que el movimiento liderado por Martin Luther King marchó en 1965 en Selma y continúa marchando hoy en defensa de los derechos civiles. También querríamos ver en su visita una continuidad con la mejor tradición estadounidense en la defensa de los derechos humanos en la Argentina, aquella demostrada durante la presidencia de Jimmy Carter entre 1977 y 1981 y su Coordinadora de Derechos Humanos Patricia Derian, quienes no sólo expresaron un apoyo general hacia los derechos humanos sino que tomaron medidas concretas tales como reclamar oficialmente ante las autoridades militares de aquel entonces por la política de desapariciones e incluso ayudar a ciudadanos argentinos perseguidos a escapar del país. Esperamos que en su próxima visita pueda tener el honor de conocer a las Madres de Plaza de Mayo, Abuelas de Plaza de Mayo y otros representantes de asociaciones comprometidas en esa lucha, como H.I.J.O.S. (Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio), y que acceda a la apertura de documentación en Estados Unidos hasta ahora clasificada que podría ayudar en el esclarecimiento de responsabilidades y en el conocimiento del destino final de muchas de las víctimas de la dictadura. Es con esta esperanza, señor presidente, que nos dirigimos a usted públicamente. Y con la seguridad de que estos gestos podrían corroborar la mejor historia del país que usted representa.

Firmas de Estados Unidos:

Fernando Reati (Georgia State University)
Andrés Avellaneda (University of Florida)
David William Foster (Arizona State University)
Diana Taylor (New York University)
Susana Draper (Princeton University)
Sergio Chejfec (New York University)
Daniel Balderston (University of Pittsburgh)
Saul Sosnowski (University of Maryland)
Moira Fradinger (Yale University)
Graciela Montaldo (Columbia University)
Cynthia Tompkins (Arizona State University)
Abril Trigo (Ohio State University)
Gerardo Muñoz (Princeton University)
Ksenija Bilbija (University of Wisconsin-Madison)
Laura Martins (Louisiana State University)
Victoria Sanford (Lehman College / The Graduate Center City University of New York)
Martha K. Huggins (Tulane University)
Marcos del Cogliano (New York University)
Adriana Bergero (University of California-Los Angeles)
Margarita Saona (University of Illinois at Chicago)
Luis E. Cárcamo-Huechante (University of Texas at Austin)
Laura Podalsky (Ohio State University)
Andrea Giunta (University of Texas)
Claudia García (University of Nebraska-Omaha)
Betina Kaplan (University of Georgia)
Karina Vázquez (University of Alabama)
Gregory H. Stanton (George Mason University)
Ernesto Verdeja (University of Notre Dame)
Martín Sorbille (University of Florida)
Henry C. Theriault (Worcester State University)
Corinne Pubill (Salisbury University)
Gilberto Gómez (Wabash University)
J. Agustín Pastén B. (North Carolina State University)
Cynthia Tompkins (Arizona State University)
Henry Frank Carey (Georgia State University)
Lola Proaño Gómez (Pasadena City College)
Robert W. Wilcox (Northern Kentucky University)
Ximena González-Parada (The University of Georgia)
Jelena Subotic (Georgia State University)
Gilberto Gómez (Wabash University)