OPINIONES: Hace falta fe y voluntad, una reacción de abajo hacia arriba

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Compañero I: En lo que hace a Vicentín, es obvia la operación mediática y política de la reacción para asustar a senadores y diputados. Lo que no se ve todavía es una operación en sentido contrario por parte de productores, trabajadores y empresarios. Y eso, justamente, es a lo que se llama «movilización social», no a las marchas hacia Plaza de Mayo, que no sirven de mucho. Si no es posible poner en marcha a las fuerzas afines de la sociedad hacia un objetivo común, es muy difícil llevar a cabo algún cambio positivo. Preparémonos, porque se vienen con todo.

Espero que estas circunstancias hayan sido previstas, porque si el gobierno pierde la pulseada en el parlamento, empezará a retroceder y corre el riesgo de caer de culo a la primera trompada. Y esto es algo que muchas veces se olvida cuando se exige más de lo que es posible hacer, al menos en un sistema republicano y en las actuales relaciones de fuerzas.

Compañero II: Tal vez no se trabajo un plan de apoyos públicos y de comunicación. No es posible que estos tipos pongan una inmensa bandera argentina en la puerta de la empresa, en la Avellaneda santafesina. ¿Dónde está el sindicato aceitero, los productores que son acreedores de Vicentín, etcétera… La derecha moviliza en la Argentina. Nosostros no debemos abandonar las calles.

Compañero I: No me atrevo a decir que no se trabajó. Me temo que esas fuerzas realmente no existan, al menos si de efectividades conducentes se trata. Me explico: en 2008 vivía en Entre Ríos, en un pueblo-ciudad donde jamás de los jamases había perdido el peronismo, ni siquiera en 1983. Me resultaba asombroso que veinte boludos de la Federación Agraria cortaran la ruta sin que cien o doscientos o mil integrantes de las varias «organizaciones sociales» que por todas partes construían casas con planes del Estado acudieran a la ruta a convencer amablemente a esos cosos de que se dejaran de joder. Y antes y después, el peronismo, ya fuera como PJ, FPV, como Unidad Ciudadana o como Frente de Todos, siguió ganando las elecciones, y las organizaciones sociales siguieron construyendo barrios sin jamás organizar realmente a nadie, porque no es posible que Barrios de Pie, la CTA o el Movimiento Evita construyeran un barrio de cien casas… y una o dos familias de malandras lo controlaran sin que nadie lo impidiera. Al parecer, para las organizaciones sociales era suficiente con haber construído casas, como si en vez de ser organizaciones sociales fueran la UOCRA…. Ahí está el problema: en nuestra debilidad, en la falta de convicción y en la ausencia de organización social, a la que tendemos con confundir con organizar marchitas a las plazas, olvidando que se trata de la organización de la vida de las personas.

Quiero creer (lo deseo fervientemente) que los compañeros gobernantes calcularon las cosas como para que la intervención se convierta efectivamente en expropiación, pero si el interventor no puede salir a la calle acosado en un pueblo por un montón de tarambanas azuzados por un grupo de crápulas y nadie sale espontáneamente a impedir esta barbaridad, estamos en problemas.

Intento imaginar un 17 de octubre basado en la acción de los pocos sindicatos que intervinieron y dependiendo exclusivamente de Domingo Mercante, Juan Atilio Bramuglia, una CGT que por un voto había convocado a un paro (no a una marcha) para el día siguiente y dicen que Evita, lo que creo fue un puro macanazo post facto. Sin la espontánea acción popular (porque eso es lo que, excepto Ángel Perelman, casi nadie explica: fue espontáneo, salió de abajo hacia arriba) sin eso nada hubiera sido posible. Ninguna planificación podría haber producido semejante desmadre*.

La pregunta que me hago es ¿qué fue lo que hizo posible esa reacción popular? ¿Cómo fue posible galvanizar esa suma de frustraciones en una sola voluntad colectiva? Pues eso es lo que está faltando, y eso no surge de arriba. Encuentra su ejemplo y su guía arriba, pero eso surge de abajo. Entiendo que tal vez el gobierno debería planificar una reacción colectiva, y sé que se criticarán muchas cosas si esto sale mal, pero me parece que el problema (y la solución) es previo y radica en el ánimo, el espíritu y la razón vencidas de nuestros compañeros. ¿En quién, en qué, creen al día de hoy los argentinos? ¿Cómo volver a insuflar una fe? ¿Cómo galvanizar en una sola dirección, como transformar en voluntad colectiva un sinnúmero de frustraciones? Me da la impresión de que hay (y no lo digo por este grupo, sino por lo que lamentablemente leo por ahí y por allá) un exceso de análisis, una abundancia de críticas y una enorme ausencia de fe y voluntad, al menos la suficiente como para transmitirla a los demás.

………….

*

El compañero polemiza aquí tácitamente con el gran periodista Rogelio García Lupo, ya fallecido, que en su muy recomendable Últimas noticias de Perón y su tiempo, sostiene que el entonces coronel era, lejos, el mejor especialista en inteligencia del Ejército, y que el 17 de Octubre fue esencialmente una operación de inteligencia. En este punto, Pájaro Rojo discrepa con Pajarito García Lupo.


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3 comentarios

  1. Los niveles de tolerancia y de miedo son otros gracias al bombardeo mediático de todos los medios, y este era el efecto esperado después de la saturación macri, por lo tanto el factor desencadenante debe estar a la altura, es decir, tocar el fondo perceptible y no tolerable que rompa con el sálvese quien pueda, porque el individualismo y la entrega de responsabilidad es la norma en este tiempo. Por otro lado, es evidente el programa mental de salir a la calle y de ser causa de muerte propia y de otro ser humano.
    El miedo a la muerte es el mismo que el miedo a la vida, y es el plan del caos para el orden como base de dominación, en donde muchas ideologías creen tener una oportunidad sosteniéndolo desde los efectos, por lo tanto dejan que el barco se hunda, y esperan sobresalir en el modo mad max, total, ya están salvados.

    La gente no sabe lo que tienen que defender cuando no hay un proyecto clarificado en el horizonte y cuando solo se propone la supervivencia, más, las señales de los dirigentes son contradictorias con el enemigo. Cuando los referentes máximos señalen abiertamente al enemigo y la verdadera dimensión del problema sin el positivismo y protocolo berreta, a lo mejor se despierta algún grupo y altere la mafia judicial.
    La gente tiene que saber que el futuro que propone la oligarquía sigue siendo el estilo opresivo chileno y que el sistema chino es el sello a su proyecto, la plutocracia con orden tecnocrático, que los caniches porteños defienden sin saberlo, en disonancia cognitiva, contra el fantasma del comunismo.
    Otra. La unión hace la fuerza. ¡Es fascis!
    Entonces, la lógica histórica dice que los que se unen en justicia y luchan por sus derechos son fascistas, ya que rompen con violencia el statu quo opresor. La propuesta de los opresores es la nada, la resignación, la esclavitud, y muchos ya la aceptaron.

  2. Los grandes movimientos sociales transformadores, siempre de masa popular a un reclamo de líder(es) que luche(n) junto a esa masa por más derechos para las mayorías para el pueblo y menos privilegios para una minoría, los que tienen el poder económico y el control de la armas más aduladores o Tartufos cobardes y oportunistas, como lo recordó CFK en su gran discurso en junio de 2008 en Plaza de Mayo colmada y harta de que los terratenientes se hayan apropiado del país en contra de las legales retenciones al agro y del pueblo, los trabajadores, las mujeres, que a veces ponen el pecho antes que los hombres, como ocurrió en París, en Rusia, China, EEUU, etc. Lo de Vicentín es salvar dos pájaros del supuesto tiro «nazi», dice el nazismo mediático de voces sinvergüenzas de patrones y majules, pero fue salvar los puestos de trabajos, recuperar alimentos y asegurar la mesa de los argentinos, como pasó con las retenciones, a pesar de traidores evidentes en ese entonces y a veces de reflexión misógina de cierto peronismo, que grita por Eva y se olvida de Cristina y otras compañeras. El artículo a manera de diálogo saca a la luz la necesaria militancia, a veces el covid, pero la flojera de fuerte militancia por un real peronismo hizo perder fuerza a varios grupos de jóvenes militantes que nacieron y evolucionaron en los mandatos de CFK.

    1. Creo que continúa vigente el «ANIMEMOSNOS y VAYAN» de JAURETCHE. Así en cualquier empresa privada u organismo del Estado cuando se convoca a una reunión del personal sea informativa o con carácter de Asamblea para tratar el tema más sensible como es el de los acuerdos Paritarios la concurrencia de afiliados al Gremio y no afiliados con voz y en ocasiones voto, es lamentablemente más que escualida.
      De un total de 1.000 empleados del lugar suelen presentarse a lo sumo 80 a 100 pese a realizarse con autorización patronal, en salones de actos y oficinas que permiten asistir cómodamente sentados. Es todo un drama poder convocar por razones tales como falta de confianza justificada o no en los dirigentes paritarios, carencia de poder inducir mejor resultado a través de acciones directas salvo en casos especiales como Bancarios, Docentes y Transporte.
      Y se llega siempre y aún en épocas añoradas como el período 2003 — 2008 a recomposiciones salariales muy por debajo del aumento de la «canasta» de bienes, Conciliación Obligatoria mediante y luego de varios meses de iniciadas las tentativas. Y ni hablar del grupo de «profesionales» aún sin Convenio propio que se abstienen por razones «snob».

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