PALIZA. La que le dio hace una semana Gustavo Vera a Luciferino Beato

Nunca, ni cuando fui ferviente católico (hasta los 15 años) fui clerical. Y he tenido claras diferencias con Bergoglio (y con parte de mi familia) porque estuve (y volvería a estar) con Aníbal Ibarra y León Ferrari (y su exposición en el Centro Cultural Recoleta y el año pasado en el Centro Cultural Haroldo Conti gestionado por Eduardo Jozami) y me siento representado por Daniel Santoro (El Bueno) que dibujó al Papa Francisco orando frente al Jesús crucificado en un cazabombarderoi de la USAF. Tampoco creo que el fiscal Campagnoli sea un prócer (creo, más bien, que es un hombre gravemente perturbado y un fascista). Igual, creo que hay que escuchar a Gustavo Vera. Y gozar de las caras de Clara Mariño, discípula de Neustadt y Luciferino Beato, reivindicador de la dictadura y ex escriba de Esteban «Cacho» Caselli, representante de la más rancia derecha vaticana que en 2013 auspiciaba la candidatura papal del cardenal argentino Leonardo Sandri (piduísta paladar negro) y torpedeaba la de Bergoglio. ¡Vean una interna vaticana!

Podemos discutir muchas cosas, pero creo absolutamente en la sincedidad del Papa Francisco respecto a su irreductible oposición al neoliberalismo.

No se lo pierdan.

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2 comentarios

  1. Me gustaría que se explicara con más claridad la caracterización de Anibal Fernandez. De lo expresado por Vera se puede comprender la notable participación que tuvo la iglesia en la derrota del Frente en la provincia de Buenos Aires. justificada en este caso por la catadura de su candidato: De ser así el costo de la maniobra, que fue ni más ni menos que el triunfo final de Cambiemos, daño colateral del trabajo de Dominguez, Espinoza, etc , tendría en el Papa Bergoglio su principal responsable.

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