POSICIONES: El Movimiento, su conducción, el Senado y la necesidad de matar a la bestia

Compartí

Luego de un largo silencio, tanto del Pájaro Rojo como de su destacado columnista, ambos han vuelto a la liza. Aunque Boot no ha dicho una palabra, se me antoja que su artículo se refiere tácitamente a otro publicado aquí. Como en aquel caso, advierto que se trata de un texto «políticamente incorrecto», en este caso porque a mi modo de ver la crítica la falta de conducción a destiempo, cuando esa conducción se está ejerciendo con claridad. Pero, en cualquier caso, Boot, lejos de las reacciones airadas o destinadas a descargar iras y malestares, pone las cosas en contexto y en perspectiva en momentos en que se trata de reagrupar el rebaño y no de ahuyentar a las ovejas negras y grises. Es una paradoja que un temperamento libertario como el suyo, esté puesto al servicio de la organicidad de un complejo movimiento que tantos librepensadores -incluso algunos muy cercanos- califican en voz baja de fascistoide. JS

PS: EXIJAMOS A LOS SENADORES QUE CUMPLAN SU DEBER. Estuve con Boot. Dice que tiene claro que hay varios candidatos a la Presidencia pero solo hay un proyecto, que es el que encarna Cristina, peo que está claro que Cristina no conduce todo lo que debería conducir, y que prueba evidente de ello es el comportamiento del Senado. Dice también que se refiere sólo a esa nota (la linqueada más arriba, de Carlos Barragán) sino a varias, entre ellas a otras dos por así decirlo «seisieteochistas», porque fomentan las divisiones en el campo popular. Y a aquellos periodistas (o «comunicadores» como se dejan rebajar) que pasan a trabajar como «prenseros» de políticos e inmediatamente pasan a pensar exactamente igual que para quienes trabajan, y en general a todos los que parecen no darse cuenta de lo que está pasando, y que si no ganamos clara y contundentemente en octubre, el daño causado por esta banda de saqueadores será irreparable. Por lo demás coincidimos que en lugar de insultar a los senadores es necesario que haya un clamor pidiéndoles que cumplan a función para la que ha sido elegidos y no se dejen pasar como alambre caído por el Ejecutivo por temor a lo que vayan a decir de ellos Mirtha Legrand o Fantino. Y es que la introducción por decreto, por la ventana, del ex ministro de Justicia de María Eugenia Vidal, Carlos Alberto Mahiques, como juez de la Cámara de Casación Penal –el más alto tribunal si se exceptúa a la Corte Suprema– es manifiestamente ilegal. No sólo viola groseramente la Constitución, sino también los reglamentos de concursos para la designación de jueces y el que regula los traslados (de un jurisdicción a otra, de un fuero a otro), así como las máximas que rigen la conducta de los magistrados. Pero lo más importante, claro, es la brutal, obscena violación de la Constitución que en su artículo 99 dispone que los jueces de los tribunales federales deben ser nombrados por el Ejecutivo «en base a una propuesta vinculante en terna del Consejo de la Magistratura, con acuerdo del Senado». Macri se pasó por los fondillos la falta de este acuerdo, razón más que suficiente para que les exijamos que los senadores defiendan su prerrogativas y lo declaren nulo.

Yapa: Cristina con Gestoso antes de regresar a la patria.

Sarna con gusto no pica

POR TEODORO BOOT

El peronismo-kirchnerismo (o viceversa, o como quiera llamársele) anda con la autoestima baja y sumido en el desconcierto que provoca la ausencia de conducción.

(No hay que tener superpoderes para intuir la disparidad de reacciones –mayormente de rechazo– que esta simple y genérica afirmación ha provocado en la mayor parte de los lectores, pero ya que empezamos, sigamos).

El “arte de la conducción”

Antes de seguir, es preciso hacer un par de aclaraciones, imprescindibles en un movimiento que ha hecho de la falsa ortodoxia un estandarte y del verticalismo un mito más intocable que el himen de la Virgen.

La capacidad de conducir cualquier cosa, particularmente un fenómeno tan complejo, contradictorio y esencialmente vital como el peronismo (y todos los ismos que ha gestado a su amparo e influencia), como todas las cosas depende del talento y la suerte, pero más que nada de tener la voluntad y disponer de los instrumentos necesarios para hacerlo. No se conduce en general y en abstracto: es necesario contar con la posibilidad de imponer la decisión.

Aunque a primera vista parezca contrariarlo, este aserto no contradice uno de los principios básicos del “arte de la conducción”, lamentablemente tan a menudo olvidado por dirigentes de los más variados calibres: “Conducir no es mandar –aseguraba el Tirano Prófugo–, conducir es persuadir”. Y no lo contradice porque esto no significa que quien conduce no pueda imponer su voluntad; significa que no quiere, por considerarlo inconveniente.

Y lo es: aun obedecida, la orden, la imposición, provoca rechazo y resentimiento, mientras la persuasión genera adhesión y convencimiento. Pero es muy arduo –tal vez  imposible– persuadir si, en última instancia, no se dispone de la posibilidad de imponer la decisión. Mal y pronto: podría asegurarse que, en última instancia, se conduce mediante la extorsión.

Un ejemplo, una excepción, y volvemos

Los pasos hacia la unidad entre los distintos sectores en que se les ha ocurrido dividirse a los intendentes peronistas de la provincia de Buenos Aires están en relación directa con la eventual candidatura de Cristina Kirchner y su potencial grado de adhesión electoral. Y es la alta adhesión que conserva en vastos sectores populares (de ahí su probable imbatibilidad en el segundo cordón en general y la Tercera Sección en particular) lo que le otorga a la ex presidenta mayor predicamento: ningún pero-kirchnerista que pretenda o necesite conservar su espacio de poder (tal el caso de los intendentes, todos a mitad de mandato) se arriesgará, por un quítame de ahí esas pajas, a una muy probable derrota yendo en contra de Cristina Kirchner. Se lo llame como quiera llamárselo, eso es la “extorsión”.

Dicho más o menos de paso y a riesgo de irnos a la estratósfera, opuesta es la situación de dirigentes y agrupamientos internos que no necesitan conservar lo que no tienen ni participan con el protagonismo que creen merecer en el armado del movimiento político al que pertenecen. De ahí que estén dispuestos a enfrentar al remozado oficialismo partidario provincial –al parecer, aun en el caso de que este incluya a la ex presidenta–: no arriesgan mucho y tendrían bastante por ganar si por medio del acuerdo y la negociación no obtienen un resultado medianamente satisfactorio.

Una acusada tendencia al melodrama y la exageración lleva a muchos adictos a la telenovela mexicana a confundir el disenso, la diferencia y la rebeldía con la traición. Mientras se mantenga dentro del mismo espacio, mientras no apele a los argumentos y no recorra los caminos del enemigo, mientras no provoque lesiones permanentes, la iconoclastia no debilita sino que fortalece. Pero, a la vez, parece conveniente que siempre se procure que el espacio sea lo suficientemente amplio como para contener las más diversas tendencias y disensos.

Y para que se vea que no nos fuimos tan pero tan a la loma de los tomates: la capacidad de ampliar el plato y de imponer –mediante la persuasión, la orden y la extorsión–, esa ampliación del espacio a los más devotos e irreductibles sin perder un mínimo de predicamento, es una de las manifestaciones de la conducción. Y ese don no es hereditario, infectocontagioso, mágico ni milagroso, sino fruto de la aplicación cotidiana de voluntad, esfuerzo, paciencia, tenacidad, talento y suerte, siempre diversos y sujetos a variables imposibles de manejar. A veces está, a veces se pierde, a veces se recupera, en diversos grados.

La perfidia peronista

Hecho este preámbulo aclaratorio provocado por el temor a que la tendencia al melodrama también esta vez nos aleje de la cordura y el sentido común, vayamos a los bifes.

El deporte preferido de izquierdistas, progresistas, seudoperonistas, y ahora hasta kichneristas supuestamente en activo, críticos, autocríticos a la violeta, frustrados o insatisfechos, es pegarle sino al PJ –como ha sido tradicional a lo largo de medio siglo–, al FPV y, muy especialmente, al bloque PJ-FPV del Senado de la Nación, ostensible responsable de todos los males que asolan a la patria bienamada.

Es curioso: de prestar atención a cuanto tienen para decir en cada coyuntura políticos y opinadores “progresistas”, y muy particularmente los especíimenes de la izquierda astral, el FPV es culpable de los males actuales pues el gobierno del FPV no atinó a profundizar el proceso que el propio FPV llevó adelante desde la nada y a pesar de la feroz oposición del enemigo y los obstáculos puestos por los mismos que hoy le reprochan no haberlo “profundizado”.

Del mismo modo pero más asombrosamente, el culpable de las consecuencias devastadoras del gobierno de Cambiemos no es el PRO, la UCR y la Coalición Cívica: es el bloque PJ-FPV de senadores.

Sería demasiado extenso e innecesario trazar un panorama del daño social, laboral, económico y cultural que, desde un primer instante, está provocando el gobierno de Mauricio Macri, pero desde ese mismo primer instante, a lo largo de este año y medio los mayores esfuerzos de la astroizquierda y un amplio espectro de “progresistas” que ni siquiera se tomaron el esfuerzo de meter un papelito en una caja para impedir la llegada del macrismo a la Rosada, estuvieron y siguen dedicados a criticar al gobierno anterior.

Esto ya es de por sí lo suficientemente loco como para que encima ahora se sumen los propios. Y son muchos los que se sienten mejor, más limpios, más puros y reconfortados al criticar ácida y exageradamente lo mismo y a los mismos que ayer elogiaron tan exagerada como acríticamente. Y a tono con el clima general, aportan su entusiasmo autodenigratorio al deporte nacional de atribuir la más absoluta y universal responsabilidad en todas las desgracias del mundo al bloque de senadores PJ-FPV, ahora en lo que se refiere a la sentencia de la Corte que habilita la reducción de penas a los culpables de crímenes de lesa humanidad, imprescriptibles y, en consecuencia, no pasibles de ser reducidas.

La culpa la tiene el chancho

La responsabilidad de los senadores PJ-FPV en el fallo de la Corte estribaría en haber contribuido con su voto a la aprobación de los pliegos de dos de los tres jueces que votaron ese fallo (es curioso: a nadie se le ocurrió –todavía– culpar también a los senadores que en su momento aprobaron el nombramiento de Elena Highton de Nolasco, sin cuyo sorprendente aporte la aprobación no hubiera sido posible).

Pero más allá de que ningún senador puede ser ni material ni política ni moralmente responsable directo de todo cuanto haga o deje de hacer el juez cuyo pliego haya aprobado (así como usted tampoco es responsable de cuanto dislate perpetre el imbécil al que le haya dado su voto para diputado, concejal o integrante de la comisión directiva de Barracas Central, lo que no significa que no debiera haber tenido más cuidado al momento de votar), los pliegos de ambas señorías fueron aprobados por una mayoría de senadores (60 en un caso, 58 en otro) que duplican en número a los 27 del PJ-FPV que también lo hicieron. Por no mencionar que, fuera del unipersonal de Pino Solanas, el único bloque que votó en contra de convertir en jueces a esos dos individuos, también fue el PJ-FPV.

Como lo cortés no quita lo valiente, es justo mencionar otras dos excepciones: en el caso de Rosenkrantz, a Pino Solanas y a 10 integrantes del PJ-FPV, corresponde sumar a Carlos Saúl Menem; y en el de Rosatti, a Pino y 8 PJ-FPV al GEN Jaime Linares, quien por eso de que más vale curarse en salud, prudente y estratégicamente sí aprobó el pliego del mucho más impresentable representante de Clarín.

Todos los demás bloques, sin excepción –y son 16– aprobaron a los dos réprobos sin que la astroizquierda, ni las múltiples pasionarias kichneristas ni nadie en absoluto, diga nada de ellos. No señor: toda la responsabilidad es del bloque PJFPV, del gobierno anterior, de Cristina, de Aníbal Fernández y de Lázaro Baez, claro.

Respecto a una abrumadora mayoría de senadores (tanto del PJ-FPV como de los demás bloques) quien escribe y seguramente la mayoría de los lectores, suscribiría las palabras de George Harrison en oportunidad en que un grupo de comedidos le ofreció disputar una banca en el Parlamento. “¿¡Como se les ocurre –se horrorizó el guitarrista– que yo pueda sentarme a tomar el té con esa clase de gente!?”

Es así, entonces, que nada de lo anterior debería ser leído como una defensa ni, mucho menos, una reivindicación de los senadores que votaron favorablemente los pliegos de estos dos cosos, sino como un intento de poner las cosas en perspectiva a fin de comprenderlas mejor.

La sanata de la gobernabilidad

El arrebatamiento que provocan las épocas de desazón arrastra hacia la irracionalidad y la paranoia, que son las que a su vez nos llevan a explicarnos las disidencias y adversidades como subproductos de la venalidad o la traición.

Lamento sugerir que esta interpretación es equivocada o, con más aproximación, parcial e insuficiente, ya que no alcanza a explicar la mayor parte de los actos políticos. Sin embargo, dirá usted, ¿cómo ha conseguido el oficialismo, una escuálida segunda minoría en el Senado, imponer los jueces que se le cantaron los cataplines ante la perplejidad de la primera minoría?

Preferimos pensar que semejante torpeza del bloque PJ-FPV ha sido fruto de análisis erróneos y conceptos mal comprendidos, en tanto en lo que va del gobierno del Pro, estos conceptos y aquellos análisis se han repetido en varias ocasiones (y, seguirán repitiéndose en tanto sigamos a la deriva, como loco sin enfermero, dando manotazos a la bartola).

El origen de ese error es conceptual, no moral (por más que la moralidad senatorial y la de la casi totalidad de las clases dirigentes argentinas sea más deplorable que la del emperador Calígula) y, en palabras de un gran dirigente sindical perteneciente a la Corriente Federal, deriva de confundir “institucionalidad” con “gobernabilidad”.

Supuestamente, los senadores del PJ-FPV que aprobaron los pliegos de los réprobos, han querido contribuir a la “gobernabilidad”, sin advertir que el desarrollar los más adecuados instrumentos y el mejor escenario para gobernar es responsabilidad del gobierno, que para eso está y se llama así, y de ningún modo de la oposición.

La responsabilidad de la oposición no es dotar al gobierno de lo que el gobierno debiera procurarse por sí mismo, sino contribuir a la institucionalidad, al mantenimiento de las instituciones que el pueblo ha conseguido darse, a evitar los golpes de Estado, tanto militares como económicos o mediáticos, a fomentar las discusiones y transiciones incruentas, a garantizar la vigencia de las leyes, etc.

La gobernabilidad no es producto ni responsabilidad de la oposición, sino del gobierno, para lo que es preciso que construya las mayorías suficientes o pague los costos políticos de hacerlo arbitrariamente.

Consenso las pelotas

La confusión entre institucionalidad y gobernabilidad, que en algunos casos se ha hecho endémica, lleva a varios dirigentes políticos, sindicales y, muy especialmente, a la mayoría de los senadores a hacer tonterías que evitaría un niño, siendo, precisamente, el nombramiento del dúo Rosatti-Rosenkrantzt la más notable, por la enorme ingenuidad que contiene.

Luego de más de un año en que la oposición al gobierno del FPV, ciscándose a la vez en la gobernabilidad y la institucionalidad, se negara sistemáticamente a buscar consensos, aportar candidatos y otorgar el número de votos necesario para cubrir las vacantes que muertes y renuncias habían producido en la Corte Suprema, vuelto oficialismo esa ex oposición, sin hacerle asco a nada, designó dos reemplazos por decreto. Por menos que eso, no me diga que usted no se agarra a trompadas con Federico Pinedo.

Pero había ocurrido que luego de que, con el consiguiente espanto, el juez Lorenzetti descubriera que el juez Fayt llevaba muerto varios años, la Corte no podía funcionar con sólo dos miembros.

Era el momento, entonces, de consensuar sí o sí los nombres con qué llenar las vacantes, toda vez que es justamente para eso, para que los supremos surjan de un amplio consenso, que la Constitución establece la necesidad de una mayoría especial.

La primera minoría en la Cámara, el opositor PJ-FPV, estaba de alguna manera obligada a dar número y hacer acuerdos con el oficialismo a fin de nombrar integrantes permanentes de la Corte, reemplazando así el mamarracho engendrado por decreto presidencial.

Consensuar significa adoptar una decisión de mutuo acuerdo, lo que implica que son varios los que deben ceder en sus posiciones y conceder a los deseos ajenos, pero pronto se vio que para Cambiemos, consensuar significaba que los demás bloques aceptaran su decisión unilateral y que sólo estaba dispuesto a presentar los nombres de los mismos que había designado por decreto y que habían tenido la desvergüenza de aceptar el inmoral ofrecimiento.

Y hete aquí que para terminar de atontar a los senadores vino a meter la cola la falsa idea de “gobernabilidad” y la idiotez estética de la dirigencia argentina en general, que consiste en estar pendiente de la opinión de subnormales como Mirtha Legrand o Alejandro Fantino y vivir pendientes y aterrados de los humores del Grupo Clarín.

Los senadores del PJ-FPV no supieron qué hacer, entraron en pánico y urgidos por Mirtha y los gobernadores buscaron tranquilizar al poder central, saciando su apetito, satisfaciéndolo, entregándole sus votos como los atenienses entregaban sus mancebos y doncellas al Minotauro, con tal de que la Bestia no asolara a sus terruños y los sodomizara.

Gobernadores y senadores del FPV intentaron saciarlo una y otra vez. Y la Bestia, como si nada, sigue asolando la tierra y sodomizando senadores y gobernadores, porque para eso es lo que es, que si no lo fuera no haría esas cosas. Bailaría el vals, por ejemplo, jugaría al dominó o tocaría la guitarra eléctrica, en cuyo caso cabría esperar que alguna vez entrara en razón. Con la Bestia, en cambio, sólo puede hacerse lo que hizo Teseo*.

Es asombroso, pero todavía hay muchos dirigentes que fingen no entenderlo.

Nota del autor:

*) No lo tomés literalmente, Patricia. Es una metáfora.


Compartí

Publicaciones Similares

11 comentarios

  1. La gobernabilidad la otorga el pueblo en las urnas cuando al Ejecutivo le acopla mayoria legislativa para q pueda decidir un rumbo d gobierno, En 2015 la urnas fueron claras: le otorgaron ADMINISTRABILIDAD al contrabandista al elegirlo presidente con minoria parlamentaria y no le dio GOBERNABILIDAD. La administrabilidad confiere a un presidente la facultad d disponer los recursos PARA GESTIONAR EL RUMBO EXISTENTE HEREDADO. La gobernabilidad le pernite al presidente DECIDIR EL RUMBO. LOS TRAIDORES PJOTISTAS (con mayusculas) prostituyeron el voto d los electores FPV dandole al contrabandista la gobernabilidad para cambiar el rumbo heredado traicionando la voluntad d sus votantes.

  2. despues de leer el parrafo central que esta recortado arriba digo que la crìtica que yo hago es que siendo la pasada una eleccion que se sabia reñida y el conteo de la 2da vuelta iba a ser con el cuchillo entre los dientes una gran cantidad de municipios en el pais no tuvieron a ultimo momento fiscales para la formula del FpV Scioli- Zanini. ( en mi ciudad 3 escuelas de 5 no tuvieron fiscales )

  3. Que los senadores del fpv y pj que votaron los pliegos entraron en pánico, que escuchan a los descerebrados mediáticos, que quieren calmar a la bestia …me están jodiendo ?? se venden LOS VOTOS SE COMPRAN !!! no nacimos ayer por favor no nos tomen por boludos SE V E N D I E R O N !!! por guita o porque tienen el culo sucio y con eso los aprietan !! los carpetean se llama ahora !

  4. no es necesario leer todo udes hablan de imponer la decision.es cierto para imponer la decision hay que tener el poder del establisment o tenes el poder del pueblo.el neoliberalismo tiene el poder global de las transnacionales. El pueblo puede conseguirla en las urnas,pero despues se la sacan.Sea por traidores vende patria,sea por que los que tienen el poder que le entrego el pueblo en las urnas,no transmiten bien esas ideas y no bajan linea al pueblo,sea por que no se forma un semillero de lideres.Para eso hay una palabra REVOLUCION,pero parece y entiendo que este pueblo no esta preparado.Entonces hay que ser pillos, si se llega al poder con el aval del pueblo en pocos meses hay que dar vuelta la tortilla como hizo el neoliberalismo,y bajar linea al pueblo,se y no soy tan bobo que sin el aval del pueblo no se puede,pero dentro de este sistema tampoco se puede.Esta es una democracia para tres vivos,El pais esta destruido,sin guerra esta peor que Alepo,la verdad que los argentinos somos capaces de pasar de una situacion de privilegio a una de desastre en 17 meses,es increible.Termino de ver un programa televisivo de la Prov. de Sante Fe.Los narcos dan mas trabajo que las empresas,lo dice un cura.SANCOR esta fundida,muestran unas vacas tan flacas que parecen imagenes de la India de hace 50 años.Lo escuche a Navarro y es una lagrima,gracias Navarro,parece que los politicos lo hicieran a proposito,todo pata para arriba.Yo no soy derrotista,todo lo contrario,soy critico.Creo que parte de la solucion,no se si toda,pero parte,
    es tratar de formar politicos,que quieran salir del sistema.Salir del sitema no es cerrar las puertas.Todo lo contrario en el mundo globalizado esa actitud seria suicida,pero hacer las cosas con criterio de una distribucion de la renta obtenida,para el pueblo y por ahora para las empresas.Nacionalizar el agua,la electricidad,comunicaciones,gas,petroleo,minas,todito.Tratar de ir creando cooperativas y si hay que confiscar bienes hacerlo lo mas rapido posible.Que los obreros no solo participen en las ganancias,es fundamental la participacion en planeamiento,estrategia, control y seguimiento de procesos productivos y asi se gana la participacion en las ganacias.el estado debe guiar fuertemente los pasos iniciales.Los bancos y el sector financiero tambien en forma paulatina se deben ir nacionalizando.Parece una utopia,pero
    de seguir en el camino que vamos no se si en el corto tiempo,con 16 provincias en crisis segun dicen,no se fracciona la mismisima Argentina.LAS POLITICAS NEOLIBERALES NO VAN HA LLEVAR POR ESE CAMINO,NO POR QUE YO LO EXPRESE EN ESTAS LINEAS

  5. Como dicen los compañeros mas arriba.
    Son TRAIDORES al voto popular. Hace 2 años habia una grieta «incerrable» y ahora de repente hay que colaborar con el gobierno (enemigo) ??
    Cuando nosotros eramos gobierno, no colaboraron en una, es un chiste esto ??

  6. Un texto infinitamente vueltero y chicanero hacia no se sabe con quién Boot está disgustado, ya que solo alude con paráfrasis, para terminar diciendo que los senadores del bloque de Pichetto son ingenuos (!!!) y votan como votan porque le tienen miedo a lo que dirá Mirtha Legrand… ¿Para esto se pasó Boot tantos años leyendo Conducción Política?
    Debería establecerse un sistema de sanciones para que los articulistas les paguen a los lectores una compensación por el tiempo perdido en semejantes divagues.

    1. Oscar Cuervo, totalmente de acuerdo con vos, que nos compensen por perder el tiempo en leer semejante huevada.

  7. NO ME VENGAN CON «MACANEO»..ESTAN TODOS «PRENDIDOS DEL QUESO»…SON «RATAS»…MAXIMO EXPONENTE PICHETTO INDUDABLE EL «CAPATAZ»…!!! JA…JA… MASSITA…NI LES CUENTO…PODRIA VOLVER A LA UCEDE A ATENDER EL TELEFONO DE MARIA JULIA ALZOGARAY.. ¡¡¡ AGENTINOSSS..A LA…HISTORIA»…!!! LEAN…INFORMENSE…!!!

  8. No hay que temer al discurso oficial y a la sarta de medios afines. SIN MIEDO hay que defender TODAS las medidas políticas tomadas y confrontarlas a la nula política de este MAFIOSO Y CÍNICO presidente. Creo que el pueblo sabrá discernir, más allá de la retórica disidente. Pero me parecería bueno que se acepten los errores, pocos, que no se tomaron. Los votantes, creo, esperan algún tipo de disculpas. Los intendentes, me parece, se están dejando llevar por el discurso mediático…!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *