REPRESIÓN. Detienen a secuestradores de Rocío Martínez, la madre del periodista Camilo García
Es del viernes pasado, pero no se difundió casi nada.
Otro intentó suicidarse; un cuarto se entregó y un quinto ya estaba preso
Detienen a dos secuestradores de Rocío Martínez, madre de los periodistas Bárbara y Camilo García
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Rocío Ángela Martínez Borbollla nació en Gijón, Asturias y llegó a la Argentina en la adolescencia, junto a su padre exiliado. A los 33 fue raptada junto a su compañero Pedro Oscar «Tato» Martucci en su hogar, un departamento en los monoblocks del barrio Envión III de Haedo, el 13/6/76. Con ellos vivían los niños Bárbara y Camilo García, hijos del primer matrimonio de Rocío, que fueron dejados a vecinos. Exactamente 41 años después, el martes pasado, dos de sus secuestradores fueron detenidos. Un tercero se entregó el miércoles, un cuarto se pegó un tiro en el pecho el jueves y un quinto ya se hallaba detenido por otra causa, según pudo reconstruir Télam a partir de lo publicado en el diario asturiano «El Comercio» y el sitio web «Nac&Pop» editado por Martín García -quien presidió esta agencia y es el padre de los hijos de Rocío, y de un diálogo telefónico con Pablo Llonto, abogado de ellos. Todos los militares detenidos integraron un «grupo de tareas» del Regimiento de Infantería Mecanizada 6 (RIM6) y la causa por 32 desapariciones, entre ellas las de Rocío y Tato -vinculadas a la cruenta caída de una imprenta del PRT-ERP en San Andrés tres días antes- la tramita el juez federal Daniel Rafecas, quien ordenó las capturas.
El martes, cuando se cumplián 41 años de la desaparición de Rocío -docente, cofundadora de CTERA y editora del periódico clandestino «El Combatiente» (del Partido Revolucionario de los Trabajadores) fueron detenidos el teniente coronel (R) Luis Felipe Fernández Bustos (que era al momento de producirse los hechos el segundo jefe del RIM6) y el capitan (R) y ex diputado nacional (por el extinto MODIN riquista) Emilio Pedro Morello (foto).
Al día siguiente se entregó a la justicia el mayor (R) Guillermo Eduardo Cogorno (quien sería hijo del general de brigada post mortem Oscar Lorenzo Cogorno, fusilado por la «Revolución Libertadora» el 10 de junio de 1956).
El jueves al mediodía, en su domicilio de Gonnet -sobre la calle 23 entre 480 y 490- el coronel (R) Alberto Francisco, también requerido por el juez Rafecas, vistió su uniforme blanco de gala y se disparó en el pecho con un revólver Colt Cobra 38. Gravísimo fue internado en el Hospital San Roque de aquella localidad platense.
Un quinto imputado, el coronel (R) Serapio Eduardo del Rio, ya había sidio detenido en Tucumán en octubre del 2015 por crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino «el Vesubio».
«Que los hayan arrestado es un hecho único, nadie lo puede creer», dice Bárbara García, que desde los dieciséis años no ha dejado de indagar acerca del paradero de su madre. La noticia del arresto, agregó, fue una sorpresa para la familia por «los momentos políticos que vive el país» ya que «no se nos ha facilitado nada, ni bases de datos ni ADN».
La detención de los cuatro militares, «personas fuertes y privilegiadas, sigue diciendo Bárbara, forma parte de una causa abierta hace cuatro años, cuandon un ex conscripto que cumplió el servicio militar «tuvo un infarto y cuando salvó la vida quiso contar todo lo que había visto», a partir de lo cual «se fue armando el rompecabezas».
Así, la familia García se enteró de que el departamento de Haedo fue el primer lugar al que se dirigió el «grupo de tareas» del RIM6, que entonces estaba en la ciudadv de Mercedes (a unos cien kilómetros del Congreso de la Nación y hoy está en Toay, provincia de La Pampa) y que a partir de allí fueron a otros sitios.
Pablo Llonto puntualizó que los militares habían llegado hasta allí luego de haber asaltado una finca de la localidad de San Andrés, en el partido bonaerense de San Martín en la que se imprimían los periódicos «El Combatiente», del PRT, y «Estrella Roja», del ERP.
En ese lugar también se encontraba secuestrado en una «cárcel del pueblo» el vicecomodoro Roberto Moisés Etchegoyen.
Hubo un tiroteo en el cual resultó muerto uno de los moradores, Jorge Arancibia, mientras otro fue secuestrado.
Se informó oficialmente que en los fondos de la casa los militares encontraron el cadaver aun tibio de Etchegoyen.
Bárbara García, que tiene hoy 50 años y le hace la prensa al ex vicegobernador bonanerense Gabriel Mariotto, dice que el principal motor que tuvo su hermano Camilo para ser presentador de televisión fue ver «si mamá estaba viva y lo reconocía».