Santa Ebba de los imposibles, y dos santos rescatados de las cloacas…
O de cómo Dios, que cuando quiere, aprieta, ahorca y se vale de cualquier medio, sin hacerle asco a nada, castiga.
26 de agosto
Ireneo y Abundio

Para mayor oprobio, quiso también el Señor que nadie exigiera la liberación de Valeriano, ni ofreciera rescate, ni nada. Fue como si jamás hubiese existido, y así murió miserablemente, en tierra extraña.
Banqueta mientras vivió, a su muerte le fue arrancada la piel que, teñida de rojo, fue expuesta como trofeo en el templo del sol.
El Señor, que es muy creativo y versátil, obra de múltiples y misteriosas maneras.
25 de agosto
Ebba la Mayor
Hermana de Oswy, el muy católico rey de Nortumbria, la sajona Ebba debía ser desposada con el rey de los escoceses, según un plan trazado por Oswy, quien así pretendía contar con un aliado de confianza contra los paganos de Mercia. Sin embargo, Ebba rechazó con tenacidad todas las proposiciones y, de manos de san Finan de Lindisfarne, recibió el velo de esposa de Cristo. Resignado, Oswy le regaló tierras a orillas del río Dervent, donde Ebba hizo construir el monasterio de Ebchester y, más tarde, el monasterio mixto de Coldingham.
Durante treinta años la princesa estuvo al frente de sus monjes y monjas, pero no siempre consiguió mantener el espíritu de celo y disciplina de la orden. Mujer de excepcional inteligencia, desde un punto de vista práctico era una abadesa muy ineficiente, tanto por razones de edad avanzada como por su tiempo dedicado a la oración. En cierta oportunidad, un piadoso sacerdote irlandés le hizo caer en la cuenta de las graves irregularidades que tenían lugar en las celdas del monasterio y, entre lágrimas, profetizó: «Todo lo grande y hermoso que se ha desarrollado en este lugar, pronto se convertirá en cenizas«.
Ebba protestó, pero el irlandés le confió que por la noche se le había aparecido un desconocido que tuvo a bien informarle que al inspeccionar los dormitorios y las camas no había hallado a nadie orando o aplicado al estudio, sino a holgazanes, frívolos, glotones y sexópatas que únicamente pensaban en maldades. Por esa razón el monasterio sería destruido y sus moradores castigados.
El incendio provocó la desaparición de todas las pruebas posibles de su primitivo culto primitivo y tampoco se sabe por qué habría sido canonizada, a no ser que se la confunda con otra abadesa llamada Ebba que también dirigió un convento en Coldingham.