Strauss-Khan: Lo hecho, hecho está
Strauss-Kahn salió libre y con la fianza en el bolsillo
El vuelco extraordinario que conoció este caso tiene como protagonista a la mucama y supuesta víctima: la fiscalía de Nueva York alega que cuenta con elementos determinantes para poner en tela de juicio la credibilidad de la presunta víctima y, por consiguiente, de su testimonio. No se trata de interpretaciones ni de pruebas contrarias presentadas por la defensa de Strauss-Kahn, sino del resultado de las investigaciones policiales. La joven mucama del hotel Sofitel, Mafissatu Diallo, oriunda de Guinea, mintió sobre detalles de su vida y sobre la forma en que ocurrieron los hechos en la habitación del hotel, y también escondió sus asiduas relaciones con delincuentes que podrían haber desempeñado un papel central en la actuación de la mujer. La estatua de inocente inmigrante trabajadora que cría sola a su hija y que fue víctima del apetito sexual de un ogro se derrumbó como un castillo de arena.
Cyrus Vance dijo ayer que las investigaciones continuaban, pero admitió que «la investigación levantó interrogantes en lo que atañe a la credibilidad de la presunta víctima». La lista de «interrogantes» es densa. En primer lugar, la cronología de los hechos descriptos por la mujer es inexacta. Según se desprende de la investigación, luego de la supuesta agresión sexual en la habitación 2086, la mucama fue a limpiar otra habitación, después regresó a la 2086 y recién al final contó los hechos a sus superiores. Este relato es muy diferente al inicial, en el cual la mujer había afirmado que una vez agredida se refugió en un armario del piso 28. El diario The New York Times reveló una tanda de hechos más extraordinarios. El diario escribe que «los fiscales no creen mucho en lo que la acusadora les dijo, ni sobre los hechos en sí ni sobre sí misma». Esto es lo que condujo a la acusación a poner todo el andamiaje de la mujer en entredicho, con lo cual el caso se derrumba y con él la Justicia norteamericana se asoma a uno de los fiascos más oprobiosos de su historia.
El periódico reveló que los investigadores están convencidos de que la mucama «mintió varias veces» y sospechan que la mucama está mezclada con el tráfico de droga y el blanqueo de dinero. Es que en el curso de los últimos dos años, varios individuos depositaron dinero en cuentas de banco de la mucama abiertas en cuatro estados de Norteamérica, por un monto de 100.000 dólares. Otro elemento sabroso se desprende de las conversaciones telefónicas de Diallo. La policía, que le intervino el teléfono, descubrió que durante uno de los llamados efectuados menos de 24 horas después de la supuesta agresión habló con un hombre condenado por tráfico de droga con quien «discutió» acerca del interés de proseguir con las acusaciones contra Strauss-Kahn y los beneficios que se podían sacar con ello.
Los abogados de Strauss-Kahn recibieron una carta de la fiscalía en la que se detalla el resultado de las investigaciones realizadas sobre la mujer. Allí aparece claro que Diallo no dijo la verdad sobre las razones que motivaron su pedido de asilo, que se atribuyó la maternidad de una niña que era hija de un amigo y que, además, cambió la versión sobre su violación.
Con todo, los fiscales aseguran que cuentan con pruebas «concluyentes» de que hubo una relación sexual entre Dominique Strauss-Kahn y la mucama. Una semana después del arresto del economista francés, el 14 de mayo, su defensa reconoció una relación sexual pero «consentida». El abogado de la mucama, Kenneth Thompson, acusó a la fiscalía de Nueva York de haber retrocedido ante el temor de perder un caso tan importante y reiteró que existían pruebas –ADN y partes médicos– de que su clienta había sido agredida sexualmente. El abogado de Strauss-Kahn, Benjamin Brafman, adelantó que en la audiencia del próximo 18 de julio pedirá la anulación total de las acusaciones por falta de pruebas contundentes.
Dominique Strauss-Kahn salió ayer del tribunal con una sonrisa en los labios. El hombre tiene motivos. Las conclusiones de la fiscalía y las revelaciones del New York Times cambian el curso judicial de este escándalo al que los nuevos ingredientes agregan un aura de «conspiración». Es por demás asombroso el veloz ensañamiento de la Justicia norteamericana.
Más vergonzosa aún fue la postura de la elite intelectual de Francia y de la prensa. Los primeros se escandalizaron porque Dominique Strauss-Kahn fue tratado como una persona más por la Justicia norteamericana, mientras la segunda abrió la caja de chismes y sospechas que hacían de Dominique Strauss-Kahn un culpable sin remedio. Parece que no es tan así. El desenlace imprevisto de los hechos complicó el juego del Partido Socialista. Hasta su arresto, Dominique Strauss-Kahn era el candidato presidencial favorito del electorado francés. Su decapitación neoyorquina cambió las reglas del juego y empujó a la primera secretaria del PS, Martine Aubry, a presentarse a las primarias del mes de octubre. Ahora, varias voces sugieren en el PS que es preciso suspender el proceso de las primarias hasta que, de aquí a finales de julio, se aclare por completo el caso. El 13 de julio es el cierre de la presentación de candidaturas para la interna socialista. La próxima audiencia ante la fiscalía de Nueva York fue fijada para el 18 de julio. Lo más probable es que Dominique Strauss-Kahn quede fuera de la carrera presidencial, pero no de la campaña. Si regresa limpio de toda culpa, su poder de convocatoria será altamente nocivo para la derecha, que ya se veía con el camino de la reelección de Nicolas Sarkozy despejado.