Un año sin Spinetta
Hace un año murió el segundo L.A.S. que echo de falta como se echa de falta un miembro amputado, un pedazo del corazón. Me consuela pensar que mis cenizas irán a parar al mismo lugar que fueron las de él, junto al monumento a las víctimas de la monstruosidad, en el mismo río que nos llevará a diluirnos en el magma dónde alguna vez comenzó todo.
Hace más de cinco años murió el L.A.S. cabezón, y hoy exactamete hace uno que murió El Flaco. Y el mundo sigue girando, acaso porque dejó una obra indeleble, alma de diamante.