Una de dos: Acerca de la brecha entre el dólar oficial y el «blue»
En Pájaro Rojo solemos leer todo lo publicado en Artepolítica, considerándolos escritos críticos dentro del campo nacional y popular, algo que nos parece brilla por su escasez. Sin embargo, ésta sobre la brecha entre el dólar oficial y el llamado «blue» (que en este caso no quiere decir azul, sino negro) nos llenó de inquietud porque nos pareció un caballo de Troya, un torpedo por debajo de la línea de flotación, una maniobra quintacolumnista detrás de nuestra retaguardia. Ni más, ni menos. Así fue que le pasamos la nota en cuestión a Teodoro Boot. Que coincidió con la mirada del editor. Éstas son sus reflexiones:
¿Qué pretenden qué haga el gobierno? ¿Cómo «se interviene» el dolar negro? No lanzando dólares al mercado, porque no hay aquí una puja cambiaria por razones económicas o industriales, sino puramente especulativas, de manera que compraría dólares al cambio oficial y los vendería en el mercado «blue», con lo que el Banco Central perdería divisas y aumentaría la fuga.
Hay inversión en autos de alta gama y no en inmuebles porque no se consiguió pesificar el mercado inmobiliario, que es lo más afectado por el dolar «blue». Es posible que los exportadores (que no son los «sojeros», sino las seis hermanas) remoloneen en liquidar divisas (aunque más bien me parece que han decidido perder unos pocos millones de millones de dólares para manipular el mercado del dolar «blue») y que algunos importadores vean cómo pueden especular, pero la economía se sigue manejando con el dólar del Banco Central. Si no fuera así, la inflación no sería «del 25%» (¿de dónde saca Artepolítica esa cifra?) sino del 70% (lo que cuesta 10 dólares, vale decir 530 pesos, pasaría inmediatamente a costar 940).
Me preocupa mucho ese tipo de razonamientos, similares a los que esparce Roberto Lavagna, y mucho más me preocupa la posibilidad de que empiecen a hacerse dentro del gobierno, ya que aflojás un milímetro y te tuercen el brazo.
¿Qué sería aflojar un poquito? Oficializar dos tipos de cambio (que existen, actualmente, ya que hay un dólar «turista» que equivale al dolar oficial más el 20%, que te cobran de anticipo de ganancias y que no te devuelven jamás). Pero ese dolar no está oficializado. En cuanto se oficializara otro tipo de cambio, ahí sí que los comerciantes piensan inmediatamente en términos del dólar más alto.
Hay acá una ofensiva devaluacionista en toda la línea. Y lo peor que se puede hacer es ceder. Si no se cede, hay dos opciones:
1) Le das a la cotización del dolar blue la misma bolilla que le das a la cotización del paco en la villa 1114, o al «riesgo país» (¿se acuerdan?) que es lo que está tratando de hacer el gobierno, reforzando en lo posible algunos controles.
2) Intervenís en el mercado exterior, para lo cual tenés que monopolizar la importación exportación, nacionalizar los puertos y botar de inmediato una empresa naviera estatal y un sistema estatal de seguros y reaseguros.
Si los de Artepolítica creen que esto es posible, vale, pero me temo que tendrán que demostrarlo. Pero en tanto no lo demuestren, harían bien en dejar de escribir generalidades y de contribuir a la confusión.
Mas reflexiones sobre este tema, acá.
Artepolítica
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Desde noviembre del año pasado hasta el día de hoy en día, el dólar paralelo aumentó su precio en un 100%. Frente a esta realidad, el Gobierno decide actuar de una forma desconcertante para muchos que creemos que, si bien el mercado blue es pequeño en su tamaño, tiene un gran impacto sobre la economía real, y sobre las decisiones de ahorro e inversión. Este impacto plantea una serie de problemas y dificultades para la economía, y pone en duda si los controles aplicados por el Gobierno Nacional lograron y lograrán frenar la fuga de capitales, evitar la devaluación de la moneda o disminuir la pérdida de reservas disponibles en el Banco Central. Pero, ¿Qué significa para nuestra economía que la brecha cambiaria se extienda? Es decir, que el blue cueste cada vez más caro en relación al dólar oficial.
Sobre el ahorro. La brecha cambiaria tiene un impacto en la forma de ahorro que adoptan los Argentinos. Con una inflación en torno al 25%, el ahorrista pierde alrededor de 12% por año poniendo sus pesos en un plazo fijo, pero si compró dólares hace tres meses, alcanzó un rendimiento de más del 30%. Preservar el poder adquisitivo, ese es el tema. Y hoy el peso no puede competir con nada, ni siquiera con bienes durables, como son los autos.
Sobre la economía real. Frente a este panorama ¿Qué sucede entonces con la inversión? Dinero que podría ir a crear nuevos negocios o alquilar inmuebles para abrir locales, termina yéndose al dólar, que se presenta como la mejor alternativa de ahorro y la inversión que más rentabilidad dejaría. La brecha cambiaria también tiene sus efectos negativos a nivel comercial. Exportadores e importadores especulan con el precio del dólar blue. Así vemos por un lado cómo los sojeros, por ejemplo, demoran en liquidar sus activos porque les es más beneficioso quedarse con la soja que recibir pesos, o que subfacturan sus exportaciones declarando una ganancia inferior a la obtenida para dejar la diferencia sin declarar en el exterior, o directamente exportan soja a través de la frontera sin declarar. Algunos importadores, por su lado, sobrefacturan para hacerse de dólares que en realidad no precisan para hacer compras en el exterior.
Subsidios VIP. Pero sin duda el efecto más llamativo y contradictorio que tiene la brecha cambiaria es la transferencia de subsidios a los sectores más pudientes. Son los sectores medios-altos y altos quienes más se están beneficiando con este tipo de cambio desdoblado. El turismo desde nuestro país hacia el exterior aumentó fuertemente desde que se impuso la prohibición a comprar dólares en el mercado oficial. Los Argentinos de alto nivel adquisitivo consideran razonable, ya que no pueden ahorrar en dólares, consumir con tarjeta de crédito en el exterior, pagando con pesos cambiados al dólar oficial. Y aquellos que quieran cambiar el auto hoy pueden hacerlo comprándolos a dólar oficial, esto explica el incremento en la venta de autos de alta gama. Así vemos cómo sectores que antes eran superavitarios, como la balanza turística, hoy pasaron a ser deficitarios.
Resumiendo; Al Gobierno pareciera no importarle el mercado del dólar negro, por eso estaría dejando que el dólar blue se fortalezca. El dólar blue, que hace unos meses estaba a 7$ y parecía estar muy caro, hoy se encuentra en 9,20$ y parece no tener techo. La prohibición a la compra de dólares, y la brecha entre el dólar oficial y el blue no tuvieron el resultado esperado; no lograron impedir la fuga de capitales, no evitaron la caída en las reservas que hoy están por debajo de los 40mil millones de dólares, tampoco incentivaron el ahorro en pesos. Para lograr estos objetivos habría que actuar de forma diferente, otorgando incentivos que posicionen al peso como un activo confiable y que no dé pérdida a largo plazo. Teniendo en cuenta mecanismo cambiarios, impositivos, crediticios, los encargados de la economía en el Gobierno deberán analizar si es conveniente subir las tasas de interés, intervenir el sector negro para disminuir la brecha entre el dólar oficial y el blue haciendo menos atractiva la compra de dólares, pero también dejar de hablar del dólar blue como si no fuese una realidad ni un problema. Seguro éste no es el único problema económico que debemos sortear. Combatir la inflación, volver a tener un tipo de cambio competitivo, promover la llegada de inversiones, recuperar la actividad industrial y del sector de la construcción, recuperar superávit comercial y de cuenta corriente, aumentar la productividad del sector industrial, recuperar la tendencia alcista de crecimiento de nuestras reservas, son algunas de los problemas que nos plantea este presente. La fiesta duró lo que duró y es cosa del pasado, ahora hay que ponerse a trabajar para no perder lo ganado en estos últimos años con altos niveles de crecimiento y claras mejoras en los índices sociales. Nadie dijo que fuese fácil.