UNA PRUEBA IRREFUTABLE de que el presidente Milei es un energúmeno incapaz de gobernarse a si mismo
Días atrás dimos cuenta del hecho de que José Manuel Ubeira puso en primer plano que el desaforado que tenemos como Presidente no había superado un test psiquiátrico luego de que insultara en Salta a una periodista llamada Teresita (completamente sacado la llamó «burra») que lo denunció ante la justicia ordinaria. Y como es de práctica, el juez ordenó dicha pericia. Aquí, entrevistado por Sergio Villarruel, vuelve sobre este tema de gravedad inusitada, recordando que el asunto fue publicado oportunamente en La Nación por Hugo Alconada Mon.
Tengo el mayor de los respetos por el Doctor Ubeira, a quien me une, además, un gran afecto desde que lo conocí personalmente, a raíz de su brillante actuación en el juicio por el encubrimiento a los autores de los bombazos que demolieron la AMIA, mataron a 85 personas, hirieron a cientos y le jodieron la vida a miles. Eso fue mucho antes de que se convirtiera en uno de los representantes de Cristina Fernández de Kirchner en la causa abierta (y poco más: en mi opinión la jueza Capuchetti debería estar presa por su desidia cómplice) por su intento se asesinato, un tema clave que investigan infinitamente mas que la jueza y los fiscales colegas como Ricardo Ragendorfer e Ivy Cángaro.
En su diálogo con Villarruel, Ubeira (quien advirtió al comenzar las manifestaciones populares frente a la vivienda de CFK en Recoleta que podría producirse un atentado) abordó otros temas de enorme importancia: como el de los planes de segregar la Patagonia petrolera y gasífera del resto del país y el más que vidrioso papel del gobernador de Chubut, Ignacio Torres, investido como primus interpares de la región; la fortaleza de la OTAN instalada en nuestras islas Malvinas, la molicie de los diputados a la hora de defender los derechos consagrados en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional generando leyes –que es lo suyo–, la falta de una derecha nacionalista (como lo fue Hitler y lo es Trump) y su cipayismo absoluto, la falta de renovación de los dirigentes sindicales más acomodaticios ante la ola de despidos que ya ha empezado y recrudecerá, el «pancismo» de gran parte de la población, la falta de amor a la patria de gentes que tienen como Meca a Miami, su alma de esclavos y su vulnerabilidad ante medios que los han convencido a fuerza de repetir que la impagable deuda con el FMI la habría tomado Alberto Fernández, así como el papel de Patricia Bullshit en el fallido atentado a Cristina.
Pero volviendo al tema que nos ocupa tanto en esta nota como en su predecesora, no encontré la nota de Alconada Mon en La Razón, pero si otra, muy buena, de Ariel Stemphelet) en Perfil. Alli se informó que la periodista se llama Teresita Frías, jugosos detalles del episodio que ocurrió en el Colegio de Abogados de Metán, que la denuncia fue vehiculizada por el Procurador General de la Salta que le pidió a la fiscal Susana Redondo Torino que radique una denuncia ante el Juzgado de Violencia Familiar y de Género de Metán, con el video de la exposición de Milei como prueba. El 28 de 2018 el juez Carmelo Paz sacó una resolución en la que le ordenó a Milei que se abstuviera de ejercer «actos de violencia física o psíquica, como así también de proferir insultos, palabras agraviantes y realizar amenazas descalificantes» en contra de Frías, prohibiéndole cualquier actuación pública en la ciudad y ordenando que se le practicara «una amplia evaluación» psicológica.
La nota de Stemphelet es muy completa, y recomiendo leerla completa aquí: https://www.perfil.com/noticias/politica/el-dia-que-javier-milei-maltrato-a-una-periodista-y-a-una-moza-en-salta-y-tuvo-que-pedir-disculpas-ante-la-justicia.phtml
Pero si están apurados, tratando de sobrevivir en el manicomio en que nos ha metido Milei para solaz de quienes quieren trozar y desayunarse tanto a la república como –lo que es todavía más grave– a la nación, les suplicó que vean el video del episodio, que incluye la reacción del público. Mi conclusión es que se trata de un energúmeno que no puede siquiera gobernarse a si mismo. Díganme si no tengo razón.
¡Abajo el DNU!