VIDAS EJEMPLARES – Adrián, de policía y verdugo a sospechoso y mártir
Adrián – 8 de septiembre
Torturador, m. hacia 306
F. ABELARDO SANTIAGO
Alto oficial del ejército del emperador Galerio, prestó servicio activo en el interrogatorio y tortura de veintidós mártires cristianos de Nicomedia. Harto del tedioso oficio, decidió pasarse del lado de los sospechosos. Animado por su esposa Natalia, se declaró cristiano y de inmediato sus antiguos compañeros de armas le dieron el gusto y lo hicieron santo.
Azotado, desgarrado con hierros, descoyuntado, arrojado a las llamas y decapitado, lo que fue posible hallar de sus –nunca mejor llamados– despojos mortales, fue recogido por Natalia y llevado a Constantinopla, donde se lo venera.
Comparte su día con el locuaz dominico Alán; con Belina, demasiado bella para alternar con sus corderos, al menos según el señor de Landreville, quien al pretender violarla la envió junto al Señor; y con Corbiniano, que resucitó a un ladrón, obligó a un oso a llevarle el equipaje y después de muerto hizo llover durante treinta días hasta que sus restos fueron depositados en el Tirol y no en la catedral de Freising, como habían dispuesto los fieles.
Los fieles fingieron obedecerle, pero un 20 de noviembre del 720, aprovechando que llevaba cuarenta años muerto, volvieron a llevarlo a Freising, donde desde entonces llueve mucho y los fieles insisten en recordarlo los 20 de noviembre y no los 8 de septiembre.
Patrono de la diócesis de Fresing, es invocado sin éxito contra la estupidez y la terquedad.