MEMORIAS DE UN NIÑO PERONISTA / 30. Con el Jesús en la boca
No me podía sacar de la cabeza la idea de que el tío Polo andaba con putas. Polo siempre había sido muy propenso a transgredir las más milenarias prohibiciones, como bañarse siempre después de comer -y lo hacía abundantemente-, tanto antes de irse a dormir o como de salir de garufa los sábados a la noche. Es cierto que nunca lo vi comer sandías después de tomar vino en los…