Levinas, una personalidad compleja, pero de lectura se me hace que obligatoria

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Diciembre de 1982, primer número de El Porteño
El domingo a la noche estuve en “La Otra”, el programa de Oscar Cuervo y Willy Villalobos por La Tribu. Vino Lucas Carrasco y la pasamos muy bien. En un momento me preguntaron por periodistas relacionados con El Porteño. Me preguntaron por  Symms y eché pestes. Me preguntaron por Levinas y balbuceé. “Uh, es una personalidad tan compleja”. Y aunque dije otras cosas, no pude salir de ahí. Estaba con bronca con Levinas porque desde que Lanata anunció que su programa estaría dedicado a Formosa supe que en la trastienda estaba él. Y es que Levinas nos transfirió El Porteño (del que parecía haberse hartado) a fines del 84 por una suma y se fue a Formosa con los aborígenes, con quienes montó un criadero de yacarés. De Formosa, Levinas sabe mucho. Y a Insfrán… le caben todas las puteadas que Evita dedicó a “los caudillos” del interior en “Mi Mensaje” (entiendo  que los encuadrados en La Cámpora u otras organizaciones se abstengan de hacerlas públicas, las puteadas, pero también que deberían criticar a los señores feudales del interior, en última instancia, los enemigos más irreductibles de cualquier proceso de transformación porque ¿si las críticas no las hacen los jóvenes, quién las va a hacer? ). Por otra parte tengo muy presente que el primer número de la revista El Porteño (yo estaba en Barcelona y me enamoró) llevó como tapa el rostro de un aborígen, y se me ocurre que era un qom (o wichí). Y también que fue Levinas el primero en darle aire (¡y mucho!) a Lanata, para que hiciera las tapas de El Porteño… aunque hubo algunas realmente muy malas, defraudatorias, al estilo de las que suele pergeñar Fontevecchia para Noticias. Empanadas rellenas de aire… o porquería. Lo de Levinas con Lanata es una relación de amor/odio. Pero lo definitorio fue que Levinas, aunque de manera vergonzante (se escondió todo lo que pudo) estuvo en el bochornoso coro de los que dijeron querer preguntar… Eso es lo sustancial y que procuró pasar desapercibido lo accesorio. No está bien que diga que no quiere participar en la guerra entre Clarín y el Gobierno nacional cuando primero le hace de claque a Lanata & Magnetto y acaba de hacer de productor y articulador del último programa de Lanata, ariete y punta de lanza de la corneta declinante.
 
Pero aún así, y aunque yo si entiendo la absoluta necesidad de sostener la guerra con Clarin (la empecé solo, mucho antes que el kirchnerismo, cuando los únicos que la libraban eran Pablo Llonto y Ana Elisa Feldman de Jaján, indignado porque el resto del mundo fingiera demencia ante la obviedad de que Ernestina se había apropiado de dos pibes (que sigo convencido son hijos de desaparecidos) y además me siento cerca del Cuervo Larroque (y no sólo porque es de San Lorenzo) me parece que hay que leer atentamente esta nota de Levinas si se quiere aventar la posibilidad cierta de incurrir en la necedad.
Hay que tener mucho cuidado porque, como decía El Flaco Luis, si uno se descuida en cualquier momento pasa el bobero y nos lleva…

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