Orejear las barajas: El fallo de la Corte puede ser beneficioso

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Por Eduardo Rosa (rosaeduardo@yahoo.com.ar)

El fallo de la Corte ¿Cuanto debe preocuparnos?


No analizaremos razones jurídicas, ya que es un caso de conflicto de derechos y pocos son los que pueden opinar.

Hay algo que no es menor.


La inesperada mayoría no parece mostrar una impericia en la promulgación de la ley objetada sino mas bien un mal cálculo político frente a lo que ciertamente es una corporación celosa de sus privilegios.


Esto no es bueno ni malo; es parte de una realidad que debió tenerse en cuenta.


¿El principio del fin?


¿O el fin del principio?


Una tormenta suena como algo terrible.


Arranca ramas, voltea árboles pero a la larga es beneficiosa.


Las ramas y hojas caídas reciben la lluvia y se convierten en fértil humus


El bosque raleado permite que la luz llegue a las plantitas jóvenes.


Sin las tormentas el monte moriría de viejo.


El ciclo de vida se vigoriza.


En el 2009 una fuerte agitación mediática puso en la imaginación de un porcentaje de la sociedad a la prepotencia gubernamental-citadina contra la cándida inocencia del «campo».


Y la mayoría que recientemente había elegido al nuevo gobierno se compadeció de las familias Ingalls, campesinas que madrugaban para ordeñar las vacas y empujar el arado mancera.


Y no repitieron su voto.


Un año después
este grupo se da cuenta de lo que había despertado con su voto, como los habían engañado y en consecuencia lo que vendría.


Y el 54% vota a Cristina

¿Ese porcentaje es propio?


NO;
hay dentro de él (como dentro de cualquier porcentaje) un voto tímido y huidizo.


En este caso podemos estimar (con la seguridad de equivocarnos por poco) que el 20% de ese voto se da o por que los otros son peores o por aquello de «mas vale malo conocido…»-


Hay también un grupo similar, tan huidizo como el descripto en la oposición, proporcionalmente del mismo tamaño.


Orejeemos las barajas.


Parte de este 20% tal
vez esté tentado de votar en contra del gobierno influenciada por la sanata Lanatiana cuyos ecos renovados pero nuca probados perdurasen en en el tiempo.


O
por el ingenuo propósito de «equilibrar» la supuesta «prepotencia» pintada de fuertes colores por la prensa como el «van por todo»-


Pero al ver que no PUEDEN con todo;
ni siquiera pueden poner en vigencia las leyes votadas por los representantes que el pueblo votó; la utopía del voto «equilibrante» pierde su sustento; y el temor a contribuir a desbaratar un gobierno NO TAN MALO y que luego venga algo que sabe MUCHO PEOR, el votante repetirá el voto del 2011 y tal vez también se sume el voto de aquel que no creyó en él.

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