EFE
«No son buenos tiempos para la libertad de expresión», afirma John M. Coetzee, premio Nobel de Literatura, en un mensaje enviado hoy a Estambul para denunciar la creciente represión de la prensa y los intelectuales en Turquía.
Los mensajes grabados en vídeo del escritor sudafricano Coetzee, el estadounidense Paul Auster, la periodista mexicana Lydia Cacho o el novelista anglo-pakistaní Tarik Ali, entre otros, así como una intervención directa por videoconferencia del lingüista Noam Chomsky constituyen un respaldo internacional al 8º Encuentro por la Libertad de Expresión que se ha celebrado hoy en la Universidad Bilgi de Estambul.
«Nos llega información preocupante de Turquía sobre el acoso a periodistas, artistas y académicos, la censura de sus libros y, en algunos casos, detenciones y encarcelamientos, por motivos que no tienen mucho sentido para alguien que observa desde fuera», dijo Coetzee en un mensaje grabado en vídeo, subrayando que hablaba como vicepresidente de PEN Internacional.
Auster ofreció una breve declaración de principios desde la oficina central de PEN en Nueva York: «Todos los países, tanto el mío, Estados Unidos, como el vuestro, Turquía, tienen una miríada de problemas. Es mi convicción de que para mejorar las condiciones en nuestros países, la libertad de hablar y de publicar sin censura, y sin la amenaza de la cárcel, es un derecho sagrado para todos los hombres y mujeres».
Retomó así una frase que ya formaba parte de su polémica con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, en enero pasado, durante la que político le llamó «ignorante» al escritor por criticar la falta de libertades en Turquía.
Lydia Cacho, una periodista mexicana dedicada a denunciar la explotación de las mujeres, recordó los asesinatos de periodistas en su país, cinco en los últimos meses, mientras que 172 sufren amenazas o juicios.
«Incluso nuestros amigos muertos siguen vivos a través de sus palabras. No nos rindamos hasta que todos, en todo el mundo, tengan la voz que tenemos», pidió.
El lingüista norteamericano Noam Chomsky, que entró en comunicación directa mediante videoconferencia, leyó una breve declaración en la que lamentaba «el repentino incremento de la represión en Turquía», que «invierte un progreso muy esperanzador desde los negros días de los años noventa».
«Nunca habéis abandonado la lucha, la retomáis con un renovado compromiso hoy y merecéis el mayor respeto y apoyo. Confío en que vuestros esfuerzos se verán recompensados y que guiéis a Turquía hacia un futuro más luminoso, como se merece», concluyó el afamado autor.
También Tarik Ali, escritor pakistaní afincado en Londres, recordó las campañas de apoyo internacionales a los intelectuales turcos encarcelados «bajo la brutal dictadura militar de los años ochenta» y la esperanza de que, llegada la democracia, se resolvería tanto la cuestión del pueblo kurdo como la relación del Estado con la izquierda y los sindicatos.
«El fracaso continuo de los sucesivos gobiernos turcos, incluido el actual, de ayudar a resolver la cuestión kurda es una gran decepción», dijo el novelista, al tiempo que pidió «movilizar apoyos contra la violación de las libertades civiles».
Hoy hay 102 periodistas encarcelados en Turquía, 87 de ellos en prisión preventiva a la espera de juicio, además de numerosos estudiantes, escritores, editores, académicos y activistas de derechos humanos.
El Encuentro por la Libertad de Expresión es una jornada que se celebra cada dos años en Estambul, desde que en 1995, la red PEN Internacional lanzó una campaña mundial de desobediencia civil para respaldar a escritores encarcelados en Turquía.