EL DOCUMENTO EPISCOPAL QUE FRANCISCO LE REGALO A CRISTINA:
Condena tajante del neoliberalismo y sólo nominal de un evanescente, indefinido «neopopulismo»
Por Abel Sanabria / Pájaro Rojo
El Papa Francisco le regaló a la presidente Cristina Fernández de Kirchner un libro con las concusiones de la V Conferencia Episcopal Latinoamericana (Celam) que él mismo presidió en Aparecida, Brasil, en 2007, documento del que, dicen, fue el principal redactor.
En esas casi 300 páginas, los obispos trataron más de 500 ítems y condenaron de manera clara al neoliberalismo y también, nominalmente, al «neopopulismo», además, claro, de explicar cómo se debe organizar la iglesia durante el tercer milenio para enfrentar a la globalización, el peor de los males de este mundo.
«Esto va ayudar para ver un poco qué pensamos en este momento los padres latinoamericanos», le dijo Jorge Mario Bergoglio a la Presidenta.
Los temas más interesantes y sorprendentes para la mayoría seglar, no clerical, están condensados en tres párrafos continuos referidos a economía y política.
Si el Papa no se lo advirtió a Cristina, la jorobó. Porque el volumen no tiene apéndice.
Quien escribe se tomó el trabajo de leer y destripar el volumen y encontrarlos.
Vamos, pues, al punto 74: «Constatamos un cierto progreso democrático que se demuestra en diversos procesos electorales. Sin embargo, vemos con preocupación el acelerado avance de diversas formas de regresión autoritaria por vía democrática que, en ciertas ocasiones, derivan en regímenes de corte neopopulista».
Agrega que «esto indica que no basta una democracia puramente formal, fundada en la limpieza de los procedimientos electorales, sino que es necesaria una democracia participativa y basada en la promoción y respeto de los derechos humanos. Una democracia sin valores, como los mencionados, se vuelve fácilmente una dictadura y termina traicionando al pueblo».
Tal como es habitual en el estilo eclesial, plagado de circunloquios, no hay referencias a nadie en particular. Sin embargo en el punto 76, el documento sostiene que «después de una época de debilitamiento de los Estados por la aplicación de ajustes estructurales en la economía, recomendados por organismos financieros internacionales, se aprecia actualmente un esfuerzo de los Estados por definir y aplicar políticas públicas en los campos de la salud, educación, seguridad alimentaria, previsión social, acceso a la tierra y a la vivienda, promoción eficaz de la economía para la creación de empleos y leyes que favorecen las organizaciones solidarias».
A continuación de este claro distanciamiento del neoliberalismo, el documento subraya que «todo esto refleja que no puede haber democracia verdadera y estable sin justicia social, sin división real de poderes y sin la vigencia del Estado de derecho».
Así, mientras acerca del neoliberalismo que gobernó Latinoamérica en los años 90 la referencia es clara, no lo es la supuestamente referida al «neopopulismo», calificación que proviene de un discurso mediático incapaz de abarcar a la Iglesia y menos aún a los obispos de la región.
Sin embargo, entre ambos párrafos, los obispos describen que «Con la presencia más protagónica de la Sociedad Civil y la irrupción de nuevos actores sociales, como son los indígenas, los afroamericanos, las mujeres, los profesionales, una extendida clase media y los sectores marginados organizados, se está fortaleciendo la democracia participativa, y se están creando mayores espacios de participación política.». Ni más ni menos.
El documento fue calificado por los medios hegemónicos como una condena del populismo pero si bien los purpurados se permiten algunas miradas interesadas, dejaron en claro que el movimiento político predominante en la región es «participativo».
Finalmente, enseña cómo deben formarse los sacerdotes en la región, los catequistas, como deben actuar los laicos, cual es la situación en la región y como debe introducirse el mensaje de Jesucristo en la región, sin ninguna referencia a la Teología de la Liberación pero con un llamativo destaque de las comunidades eclesiales de base, hijas de aquella.
A pesar del tedioso fárrago de muchas páginas, el documento merece ser leído por su clara condena a la globalización, su advertencia sobre los riesgos de las nuevas tecnologías y acerca de las consecuencias del consumismo, plagas mucho más concretas que el indefinido populismo.