CRÍMENES IMPUNES. De cómo la CIA mató de hambre a millones. EEUU admite haber probado armas biológicas en los años 60.
Es tan horriblemente jodido que cuesta creerlo, pero cualquiera que haya leído El fantasma de Harlot, de Norman Mailer, o Legado de cenizas, de Tim Weiner, entenderá que debe ser cierto.
(Escribe Montserrat Mestre). – Documentos de EEUU han revelado que entre 1961 y 1962, al menos en doce oportunidades probaron un patógeno para los cultivos como arma biológica, sobre plantaciones de arroz al sur del Japón. Inocularon el hongo Magnaporthe grisea considerado por los expertos del Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI, en inglés) como el hongo más dañino para el arroz, responsable de una de las peores plagas en todo el mundo, llegando a afectar las cosechas de 85 países. Conocido como el hongo del arroz por excelencia, destruye anualmente un volumen de producto con el que se podría alimentar a 60 millones de personas y obviamente puede ser devastador para los países donde el arroz es la base de su alimentación, como el sudeste asiático donde EEUU situaba al «eje del mal» de aquellos años (China, Corea, Vietnam).
Según datos actuales del IRRI, en India este hongo destruye 266.000 toneladas de arroz cada año. Su agresividad es tal que en Japón puede afectar anualmente hasta 865.000 hectáreas. En Filipinas se puede perder hasta la mitad de la cosecha. El hongo ha sido capaz de crear resistencias a los diferentes fungicidas que se han ido aplicando a lo largo de los años, así como de superar las resistencias de plantas obtenidas por cruce tradicional en los viveros.
EEUU puso fin «oficialmente» a su programa de armas biológicas y químicas en 1969, pero documentos que han salido a la luz los últimos años confirman que continuaron desarrollándolo en secreto y los recientes avances en ingeniería genética permiten prever que vamos hacia un apogeo de los programas biológicos militares.
En un reciente artículo publicado por la Fundación de Cultura Estratégica, se alerta del peligro de la construcción de laboratorios biológicos de uso militar por parte de los EEUU en los territorios de las ex repúblicas de la URSS y se advierte que Barack Obama es un entusiasta de la guerra biológica tanto como del uso de drones.
LA VANGUARDIA
EE.UU. hizo pruebas con armas biológicas en Japón y Taiwán en los años 60
El Ejército estadounidense «arrojó el inóculo en diferentes cantidades para medir el efecto sobre la producción de cultivos», señala un reciente documento
12/01/2014
En las pruebas llevadas a cabo al menos doce veces entre 1961 y 1962, se lanzó el hongo Magnaporthe grisea sobre campos de arroz para ver cómo afectaba a la producción, según los documentos.
El Gobierno estadounidense había revelado con antelación detalles de otros experimentos con armas químicas y biológicas en Puerto Rico, así como en los estados de Hawai y Utah.
El archipiélago de Okinawa, en el sur de Japón, estuvo bajo control de Washington hasta 1972 y en la actualidad alberga a más de la mitad de los cerca de 48.000 soldados que Estados Unidos mantiene en territorio nipón, y un 20% del suelo de la isla principal de la provincia es terreno militar estadounidense.
Según Kyodo, se cree que EE. UU. tenía en mente atacar lugares como China y el sudeste asiático al desarrollar ese tipo de agentes dañinos para los cultivos de arroz.
EL Gobierno estadounidense puso fin a sus programa de armas químicas y biológicas en 1969.
Los documentos obtenidos por Kyodo mencionan localizaciones como las ciudades de Nago y Siri, ambas en la prefectura de Okinawa, pero se desconoce si los experimentos se llevaron a cabo en el terreno de las bases militares de EE. UU. o en zona civil.
El ejército «arrojó el inóculo en los campos de Okinawa y Taiwán en diferentes cantidades y desde varias distancias para medir el efecto sobre la producción de cultivos», señala el documento.
Otro documento especifica que «las pruebas sobre el terreno de las enfermedades de cultivos como la roya negra del trigo y el hongo del arroz se llevaron a cabo en diferentes lugares del medio oeste y sur (EE.UU.) y en Okinawa con un éxito parcial en la recopilación de información útil».