INFAMIA. Sylvina Walger cita al plagiario Cris Chan Tan para difamar a Néstor, Cristina y el Rafa Flores

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Sigo de vacaciones, pero las interrumpo para enviar esta
RESPUESTA A UNA INFAMIA
que me acaba de llegar del ex diputado nacional por Santa Cruz Rafael Flores. Conozco a Sylvina Walger de «El Porteño», época en la que se destacaba por una prosa malévola y muy divertida. Pero, ahora, casi un cuarto de siglo después, al tomar como fuente a Christian Sanz, Sylvina exhibe una decadencia obscena.

Y es que tomarlo a Sanz como fuente fiable es una muestra de absoluta falta de seriedad. Sanz, como puede descubrir cualquiera que buceé un poco en la red, es un difamador serial y un plagiario compulsivo. Y cuando no copia a nadie es peor, porque es capaz de asegurar cualquier cosa sin la menor prueba, como la vez que en un programa de TV acusó al recientemente fallecido Silo de abusar sexualmente de sus seguidores y, ante la indignación de Lía Méndez -que estaba presente y lo increpó preguntándole de dónde había sacado semejante barbaridad- dijo impávido que lo había leído «en internet».

Con ustedes, el Rafa Flores.  JS
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En  la página 49 de su libro “Cristina” la periodista Sylvina Walger se refiere en los siguientes términos a la circunstancia de mi detención, junto con Nestor Kirchner, en el regimiento de Río Gallegos en el mes de marzo de 1977: “…la liberación fue rápida pero no gratis. Según información del periodista Christian Sanz,  los informes de inteligencia de la época dicen que entregaron direcciones, teléfonos e información varia que desembocaron en numerosas detenciones…”.
Lo que allí se dice es una falsedad de la misma manera que también lo son las otras breves menciones que se hacen a mi persona. Se afirma, por ejemplo, que trabajé con Kirchner en un estudio jurídico,  lo que jamás sucedió.
Pero en el caso del párrafo que se reproduce la cosa es más seria  porque, además de falsa es agraviante, es claramente una infamia.
No hubo una sola persona que sufriera daño o molestia alguna por nuestra detención, salvo, claro está, la lógica inquietud de nuestros familiares y amigos.
Con esto no quiero darle ningún tono épico al asunto; la realidad es que no sufrimos ningún tipo de amenaza ni física ni verbal por parte del oficial que nos preguntó,  por separado y sentados en sillones de cuero en el casino de oficiales, por cuestiones obvias y menores como por ej. si habíamos estado en la Plaza el 25 de mayo de 1973. Ni siquiera nuestros hogares fueron allanados.
A lo largo de los últimos años he relatado muchas veces mi interpretación sobre ese suceso y ha sido publicado en varios medios.  Entendí entonces, y lo sigo creyendo hoy, que ese trato se debió a la profunda relación personal  de muchos años atrás entre mis padres  y la familia del  Coronel al mando del regimiento y su esposa.
Solamente alguien muy tonto o muy mal intencionado puede aceptar que le digan que dos personas que dieron una cantidad importante de información hayan sido llevados durante tres días a una celda donde nadie los visitó para luego ser liberados. La trágica historia del terrorismo de estado cuenta que los detenidos cuya voluntad era quebrada  eran retenidos durante mucho tiempo para sacarles todo lo que se pudiera.
Lamento que la periodista no se haya tomado la molestia básica de corroborar la información que dice que le dieron. En mi caso hubiera bastado con una simple llamada por teléfono. Tengo el derecho a conjeturar que el deseo por incorporar un dato truculento, que aumentaría las ventas resultó demasiado fuerte. Eso dice poco de la obra pero mucho menos de la autora.
Mi propia historia desmiente la falsedad. Durante los años de la dictadura defendí presos políticos en diferentes lugares del país. Además,  en representación del CELS presenté decenas de habeas corpus por detenidos en el penal de Rawson en la provincia de Chubut. Actualmente soy abogado de la querella en una causa por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura que involucra a los responsables del sistema de inteligencia militar.
A lo largo de mi vida política y profesional cometí muchos errores y tuve algunos aciertos pero jamás fui rozado por algún hecho de corrupción o por una negociación perversa como la que se me pretende endilgar. Mi buen nombre es el legado que pretendo preservar para mis hijos y nietos.
                                                                  Rafael Horacio Flores
                                                                  DNI 8355959
                                                                  Tel.4811-4545
 

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