NUEVO PARO DOCENTE: ¿Quién pierde?

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POR MARIO BURGOS

Casi todo el empresariado, a la vista de la entrada en agosto y con los fondos para pago de deuda externa bloqueados en parte en EEUU por Griessa, lleva estos primeros días haciendo una relativa buena letra.

Por supuesto, están los ETchevere, Magnetto, de Mendiguren alternando diagnósticos apocalípticos y apedreando al sol, los medios concentrados fogoneando a todo vapor por el «default». Pero en los hechos, bolsa, dólar, producción, etc. no se salen del curso que traían.

Es un indicio: la negociación es difícil, el gobierno ha acumulado un consenso internacional inédito, el capital lumpen -los fondos buitres- es tan predecible como Griessa en su actitud talibán, Cristina y Kicilof muestran un decisión desconocida por décadas antes del 2003, los principales líderes «de occidente» tienen mensajes que navegan entre la ambigüedad y el apoyo a Argentina. Luego los dueños internos de todo se permiten esperar un poco, no sea que terminen atados a la fórmula perdedora y se los cuente entre los derrotados por Cristina.

Muchos caminos llevan a la necesaria unidad nacional cuando la amenza externa es grande. De algún modo, esta tregua relativa y sin tiempo definido da la pauta de que hasta lo más descastado de los dueños del país reconoce estar en un momento en que no se puede desestabilizar a nuestra Nación.

De otro lado Barrionuevo, el Momo y el nuevo presidente de Independiente vienen amenazando con un paro, propio de su lugar lumpen dentro de la política argentina. Michelli ya hizo algo aunque no se notó, pero se lo puede sumar a esa franja lumpen.

Antes de seguir reflexiono sobre algo que en los 70 no generaba dudas casi en ningún sector: el lugar central que tiene la clase obrera en la disputa por soberanía, desarrollo y democracia. Cada vez que el movimiento obrero se fortaleció Argentina avanzó, cuando se lo hizo retroceder, el país retorcedió en consecuencia.

La existencia de dirigencias como las de las CGT y CTA transformistas atenta contra ese lugar, no sólo porque trabajan contra quienes dicen representar sino porque la necesaria disputa del kirchnerismo contra ellos y sus estructuras debilita a los sectores obreros que aún están capturados en su representación gremial.

Vuelvo al paro docente: no hace falta ningún sesudo análisis para saber que los sueldos docentes los paga el Estado, en ese caso el provincial. Alguien podría argumentar: no es contra el gobierno nacional sino contra Scioli. Prescindamos que también habrá paros en Capìtal y Chaco. Cinco millones de alumnos podrían tener que quedarse en sus casas, de dos a cuatro millones de familias enfrentarían los inconvenientes que esto crea en lo inmediato. Otros sectores, menos interesados en las revindicaciones gremiales que en limar al gobierno se irán sumando por sus propios intereses. ¿Es posible que alguien crea que esto puede restringirse a una provincia?

Tampoco hace falta ningún sesudo análisis para entender que desde el levantamiento policial y tras el golpe financiero y el boicot de las eléctricas en el verano, llegados hoy a la confrontación con la justicia de EEUU y los buitres y a un año vista de las presidenciales, no hay forma de avanzar en lo interno sobre los privilegios de ningún sector concentrado sin que se abra una confrontación que ponga en peligro todas las posiciones ganadas en el plano internacional, nacional y electoral.


Traducido al castellano: para mejorar de modo importante sueldos estatales hay que sacar guita de algún lado. Si eso se hace, el sector que sienta achicarse su bolsillo va a tejer alianzas con los que supongan que pueden ser los siguientes y podemos terminar el año con todo el empresariado en paro y vaciando al gobierno de toda capacidad de decisión (¿o alguien piensa que esto no es posible y que los sucesos del verano fueron una muestra de falta de decisión del gobierno?) todo eso en medio de la negociación internacional actual a la que se pondría en peligro si es que no se está apostando a perderla.

Volviendo a las representaciones sindicales Moyano+Venegas+Michelli+Barrionuevo, dijimos que su accionar debilita de dos modos diferentes a los trabajadores. Ahora bien, si el paro de mañana sale como está previsto y no tiene ningún resultado revindicativo, los compañeros disidentes de SUTEBA y aquelos que los apoyan de buena fe ¿creen que su accionar no debilita de igual modo a los trabajadores de la educación? ¿Creen que la inmensa mayoría de la población, que hoy apoya la gestión de Cristina y su acción contra la amenaza buitre va a comprender que hagan un paro un par de meses después de negociar otro? Si fuera así se debilitaría la relación del pueblo con un gobierno que necesita de todo el consenso posible para la disputa antibuitres. Si no fuera así, los que se debilitarán son los trabajadores docentes y esto tampoco favorece al gobierno que a cambio de ellos tendrá que esperar que sean los buitres de adentro los que no jodan.

¿Creen entonces los dirigentes de los sindicatos que dicen ser distintos que es indistinto que pase una cosa u otra?

Esto es Argentina no EEUU, el sindicalismo amarillo, el que dice prescindir de las disputas políticas que se juegan en cada momento a la hora de discutir su accionar, dejó de tener razón en nuestro país en 1945 y tratar de revivirlo es tan anacrónico como reflotar la Unión Democrática. Aunque puede ser tan trágico para nuestro pueblo como lo fue aquella experiencia.

http://labusquedaylavida.blogspot.com.ar/


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