Roberto Martino y el poder del sionismo
Juez Bonadío. Tiene unos morros que se los pisa.
No conozco a Roberto Martino ni sé apenas nada de su grupo, el FAR. Pero si sé que su encarcelamiento por presuntos actos «antisemitas» (judeófobos) es un montaje, y que el juez Bonadío (que llegó a la magistrataura exclusivamente a causa de su condición de empleado de Carlos Corach, ya que ni siquiera trabajó jamás de abogado) es impresentable, uno de aquellos jueces a los que el kirchnerismo debió haber echado y no echó.
Bonadío, que fue raleado del FUP porteño, es aquel juez, recordarán, que quería procesar a los dirigentes montoneros… por no haber cuidado a los militantes que fueron secuestrados por los militares al participar de las llamadas «contraofensivas». Con perdón de los clowns, es un payaso.
Y el encarcelamiento de Martino es un monumento a la obsecuencia nacional al sionismo. Una advertencia de que cualquiera que objete las políticas filonazis de Israel puede ser acusado de «antisemita» y metido preso. Esta crónica de Página 12 lo deja bastante claro.