Cambio de tornas: EE.UU., Israel y el mundo árabe

Compartí

El lujanero petrosino es un nacionalista que trabajó muchos años para una multinacional usamericana y que odia a los gringos. Tengo muchas diferencias con él (pues pretende que los atentados a la Embajada de Israel hayan sido cometidos directamente por sionistas, minimizando los claros indicios  de que desde el entorno de la familia política de Menem se pagó para que policías y «halcones» los hicieran llave en mano. Pero aún así, suele mandar materiales de interés. Por ejemplo éste:

Poco después de la implosión de la URSS,  Henry Kissinger dijo: «Ahora el enemigo es el Islam», anunciando cual sería el meollo de la unipolaridad que se iniciaba. La anterior se había dado en el antiguo Imperio Romano.

La herramienta táctica para el desarrollo de esa estrategia fue la fabricación por parte de la CIA y los servicios de inteligencia vasallos (incluida nuestra SIDE), del «terrorismo internacional», que se inició con nuestros bombazos de 1992 y 1994 y su achacamiento a Irán.

Pero como esto no servía para invadir Irak, en 1998 Irán fue reemplazados por la «más adecuada» nadidad difusa «AlQaida», a la que usaron para provocar el «hecho tipo Pearl Harbor», evale decir, el 11/9 u 11-S, explicitado en el «Proyect for a New American Century» de los neocons, de los cuales Kissinger es uno de sus conspicuos teóricos.

Pero la uni-polaridad absoluta no pudo ser sostenida por el Imperio.

No ocurrió «el fin de la historia» vaticinado por Fukuyama. Por el contrario, la Historia se aceleró y los acontecimientos se precipitaron, haciéndose cada vez más difíciles de controlar.

Duró poco «el choque de civilizaciones» de Huntington, sostenido del lado del Islam por unos pocos loquitos sueltos salafistas-wahabitas, repudiados por el resto de los 1800 millones de musulmanes. Loquitos manipulados por la tenebrosa dinastía Saud, testaferros de los neocons yanquis.

En 2008 con la llegada de Obama a la presidencia de USA este cambio de estrategia se hizo visible. Fue el fin de la unipolaridad y el comienzo de una nueva multipolaridad que está en plena gestación.

Y ahora el meollo no es el Islam, sino el estado de Israel, que pasó a convertirse en la «piedra en el zapato» del Imperio.

Y es de nuevo el bocazas de Kissinger quien lo anuncia oficiosamente el pasado 17 de septiembre, cuando una popular periodista de chimentos, Cindy Adams, publica en su columna del New York Post: «No more Israel», donde reproduce «palabra por palabra» lo que, según ella, dijo Kissinger: «In 10 years, there will be no more Israel». Es decir: «En 10 años no va a haber más Israel».

A esto se le sumó otra noticia conocida pocas semanas antes, que refuerza lo atribuido a Kissinger: un informe de 80 páginas presuntamene elaborado por la Comunidad de Inteligencia yanki (las 16 agencias estatales que incluyen a la CIA) titulado: «Preparing For A Post Israel Middle East», es decir, «Preparando un Medio Oriente sin Israel».

En este informe se  detallan todos los problemas que le trae a USA sostener a Israel, problemas que vienen siendo cada vez más mencionados en los medios yankis, especialmente luego de la publicación en 2006 del libro de los catedráticos judíos John Mearsheimer and Stephen Walt: «The Israel Lobby and U.S. Foreign Policy» (El lobby israelí y la política exterior de USA).

Según publicó el periodista yanki proárabe Franklin Lamb en «Foreign Policy Journal» ( www.foreignpolicyjournal.com/2012/08/28/us-preparing-for-a-post-israel-middle-east/), la existencia de éste informe fue revelada por los neocons Ileana Ros-Lehtinen y Willian Kristol durante la Convención Republicana con la obvia intención de deteriorar la imagen de Obama entre el electorado judío.

A tenor de los resultados de las elecciones pudo habérsele convertido en un boomerang: los judíos yankis votaron en tropel por Obama y según todas las encuestas sus posiciones cada vez se alejan más del Estado de Israel y del sionismo.

A la la luz de la pérdida de apoyo de Israel en USA, la actual operación genocida en Gaza, con la que Netanyahu «festejó» el triunfo de Obama, equivale a ponerle palos en la rueda a las estrategias del Imperio, extorsionándolo con encarajinar más las cosas si no los apoyan lo suficiente.

Para nosotros, los argentinos, estas tendencias que se están revelando en USA, aunque lejanas, no nos son indiferentes: el reciente acercamiento con Irán por el tema AMIA, se origina y justifica en ese cambio, todavía subterráneo pero cada vez más visible, del Imperio yanki y su alejamiento de su otrora estrecho aliado, el estado de Israel.

De ahí que las conversaciones entre los gobiernos de Argentina e Irán provoquen tanto rechazo, y que La Nación y Clarín hayan salido a boicotear la negociación en curso con los argumentos más falaces y ridículos que se puedan imaginar.  


Compartí

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *