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Caso AMIA: Un complot para garantizar la impunidad de los asesinos y «sostener a las instituciones»

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Pleé. Un viejo conocido desde el juicio por La Tablada, incorporado de motu proprio a las huestes encubridoras
Entre bueyes no hay cornadas. Ni la DAIA, ni la AMIA, ni los fiscales Pleé y Nisman quieren ni hacen nada para que el inicuo y prevaricador ex juez Galeano, el ex presidente Menem, el ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy, los comisarios de la Policía Federal Carlos Castañeda y Jorge «El Fino» Palacios y demás encubridores seriales de los asesinos que volaron la AMIA sean juzgados. Al mismo tiempo repiten como un mantra que Irán y sólo Irán fue el responsable. ¿Acaso los inculpados encubrieron la participación de Irán? ¡Claro que no! ¿Entonces? ¿Qué es lo que encubrieron? ¿No será que se trató de un atentado mafioso por «mexicaneadas» en un tráfico de drogas en el que estaban involucrados hasta la coronilla servicios de inteligencia de varios países, entre ellos el de Israel? ¿No será que en el crimen participaron miembros de la familia política de Menem y policías supuestamente dedicados a desactivar artefactos explosivos?
En cualquier caso, la DAIA, la AMIA, Pleé y Nisman dicen que hay que exculpar a Galeano, dejarlo en paz, a fin de «sostener las instituciones» (sic). Cuanto descaro.
A continuación, la opinión de una funcionaria de la directora de Justicia y Seguridad del CELS, a quien no tengo el gusto. Luego, la crónica de Tuni Kollmann, a quien tengo el disgusto. 
 
Yo no acuso
Por Paula Litvachky *

En momentos en que se discute abiertamente sobre la democratización de la Justicia, el encubrimiento del atentado a la AMIA muestra uno de los costados más oscuros y menos explorados de la pelea destinada a romper los lazos espurios entre la corporación judicial y los poderes fácticos. No se trata únicamente de la identificación del sector conservador, representado en la Asociación de Magistrados. Aparecen, como en otros casos que se hicieron públicos, los vínculos de connivencia entre jueces y fiscales con sectores políticos, agencias de inteligencia y fuerzas de seguridad. Esto advierte sobre la profundidad que requiere la reforma del sistema de justicia.

La audiencia que realizó la Sala II de la Cámara de Casación para analizar la responsabilidad penal del ex juez Juan José Galeano se llevó a cabo con más de seis años de demora por orden de la Corte Suprema. Esta decisión dio la razón a la querella de Memoria Activa acerca de la desidia de algunos funcionarios judiciales y los intereses subterráneos de otros. Sin explicación, el fiscal de casación Raúl Plee dejó de impulsar la causa y la Cámara se resistió a fijar audiencia hasta que quedó en evidencia. Ayer, el fiscal Plee volvió a estar ausente.

En paralelo, con infinitas dificultades y demoras, luego de más de diez años, parte importante de esta causa fue elevada a juicio. Sin embargo, la instancia oral para determinar la responsabilidad de Carlos Saúl Menem, el ex secretario de la SIDE Hugo Anzorreguy o Jorge Alberto “El Fino” Palacios, entre otros, no tiene aún fecha de inicio y habría presiones para que, en plena campaña electoral, se postergue para después del juicio por el accidente de Once.

El remanente de esa investigación continuó en el juzgado federal de Ariel Lijo. Ante el sobreseimiento de un grupo de imputados, la querella apeló la decisión, pero fue nuevamente abandonada por los fiscales. Quien debía impulsar la acción consintió el sobreseimiento sin diferenciar situaciones. El titular de la Unidad AMIA Alberto Nisman sostuvo que el fiscal de Cámara Germán Moldes dio la orden de no apelar porque compartía los fundamentos del juez y carecía de autorización para hacerlo por su cuenta. Vale recordar que en 1997, Moldes había propuesto a la sobrina de Anzorreguy como fiscal adjunta de la Cámara Federal, quien fue finalmente nombrada. Nisman podría haber consultado a la Procuración General de la Nación. No lo hizo y dejó que sean las víctimas quienes intenten revertir la impunidad cuando se trata de investigar a poderosos.

Pero hay otros antecedentes de esta, por lo menos, rara y coordinada actuación fiscal en el caso. La única fiscalía ante la Cámara Federal no participó de las audiencias convocadas para discutir los numerosos planteos dilatorios de las defensas. En 2010 la Sala I ad hoc de la Cámara Federal advirtió sobre el deber de los magistrados de impedir que las defensas utilicen en forma abusiva las herramientas procesales y empantanen el trámite. En esa oportunidad, trató con duros términos al representante del fiscal Moldes, un secretario designado como fiscal ad hoc que no logró sostener el recurso del fiscal de primera instancia.

En la audiencia de ayer participó el juez de Casación Eduardo Riggi, denunciado en la maniobra de sobornos que se intentó para liberar a José Pedraza del crimen de Mariano Ferreyra. En esa investigación se pudieron conocer escuchas en las que las peores prácticas judiciales quedaron a la vista. Relaciones, anécdotas e intercambios de jueces y funcionarios con agentes de inteligencia, operadores sindicales, miembros de la Iglesia y algunos políticos. 

El argumento central de las defensas –apoyado tácitamente por los “fiscales naturales” del caso– fue la necesidad de que se confirme el sobreseimiento de Galeano y se resguarde la seguridad jurídica para sostener las instituciones del país. ¿A qué seguridad se refieren? ¿A la de quién?

EL EX JUEZ JUAN JOSE GALEANO PIDIO A CASACION QUE LO SOBRESEAN DEL CASO AMIA

Las negociaciones, mentiras y videos

El ex magistrado está acusado por ofrecerle dinero al entonces principal acusado del caso AMIA, Carlos Telleldín, a cambio de que éste declare en el expediente en contra de policías bonaerenses. Faltaron a la audiencia la AMIA, la DAIA y la fiscalía. 

Por Raúl Kollmann

La Sala II de la Cámara de Casación –Angela Ledesma, Pedro David, Juan Carlos Gemignani– encabezó ayer una audiencia por el caso AMIA en la que el ex juez Juan José Galeano reclama que se lo sobresea por sus negociaciones con quien fuera el principal imputado en aquel momento, Carlos Telleldín. Todo gira alrededor del video en el que Galeano aparece negociando un dinero con Telleldín a cambio de que éste declare en el expediente. En su momento, el entonces juez Gabriel Cavallo dijo que no hubo delito en aquella negociación, pero después quedó claro que efectivamente el pago de 400.000 dólares a Telleldín existió y que el arreglo consistió en que hiciera una declaración en contra de los policías bonaerenses. Aquel fallo de Cavallo fue revocado porque después se conocieron incluso las confesiones de los integrantes de la SIDE que participaron del pago. 

Uno de los datos llamativos de la audiencia de ayer es que no participaron ni la AMIA ni la DAIA y tampoco fue el fiscal de Casación, Raúl Plee, ni algún funcionario de la fiscalía especial del caso AMIA que encabeza Alberto Nisman. Más aún teniendo en cuenta que se trató de una audiencia importante, porque la Sala II debe confirmar que sigue adelante el proceso contra Galeano –entre otros– por desviar la causa AMIA. Quienes sí estuvieron fueron los familiares de Memoria Activa, representados por el CELS y el abogado Rodrigo Borda; el jefe de Gabinete del Ministerio de Justicia, Juan Martín Mena; el titular de la Unidad AMIA de ese ministerio, Rodrigo Hassan; el abogado de Juan José Ribelli, José Ubeira, querellante en la causa, y representantes de la agrupación Familiares.

Los jueces del tribunal oral que llevó a cabo el juicio por el atentado concluyeron que la investigación “fue un armado al servicio de políticos inescrupulosos”. Es decir que el gobierno de Carlos Menem intencionalmente desvió la pesquisa, con el papel clave de Galeano, los fiscales, la SIDE, el entonces jefe policial Jorge “El Fino” Palacios, el ex titular de la DAIA Rubén Beraja y Telleldín. Está pendiente un juicio oral contra todos ellos en la causa que tiene la denominación de encubrimiento. Un paso previo es asegurar que Galeano sea efectivamente juzgado, pero el ex magistrado argumenta que ya fue sobreseído.

La prueba clave de las negociaciones al margen de la ley, encabezadas por Galeano, son dos videos en que el juez aparece tratando con Telleldín. Sobre la base de evidencia se instruyó una causa que recayó en otro juez federal, amigo de Galeano, Gabriel Cavallo. Inicialmente éste se excusó por la amistad y hasta dijo que él y Galeano habían estado juntos de vacaciones hacía poco. Pese a todo, la Cámara ordenó que resolviera y Cavallo sobreseyó a Galeano. Mucho después, Cavallo argumentó que le mintieron tanto Galeano como la SIDE. Ello fue así después que Néstor Kirchner firmara el decreto por el cual permitió declarar a los integrantes de la SIDE. Estos contaron detalles de cómo se hizo el pago a Telleldín y luego quedó claro cómo se armó la declaración de éste imputando a los policías bonaerenses, incluyendo a Ribelli. En el segundo de los videos, Galeano le dice a Telleldín qué fotos de policías debe marcar. 

Con toda la evidencia en la mano, el fallo de sobreseimiento a Galeano fue revocado con la figura de “cosa juzgada írrita”, o sea cosa juzgada inválida, porque se obtuvo de manera irregular, sobre la base de falsedades tanto del ex juez como de los hombres de la SIDE. Esto debe ser confirmado ahora por Casación y luego vendría el juicio a Galeano y a todos los demás imputados por el encubrimiento.

En al audiencia, Ubeira exhibió una evidencia asombrosa: una nota de un juez federal que demostraría que incluso se digitó que la causa del video le cayera a Cavallo, el amigo de Galeano, paso previo a su sobreseimiento, ahora anulado.


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