CHINA – Congreso del PC: dos hijos y millones de armas
El Partido Comunista oficializó en su congreso de esta semana los lineamientos del Plan Quinquenal 2016/20. Además de permitir la concepción de más hijos, Beijing decidió reforzar su rol como nueva potencia militar global.
por GUADI CALVO // Miradas al Sur
El Partido Comunista Chino (PCCh) finalizó este último jueves la reunión plenaria con la aprobación de diferentes propuestas de desarrollo para el XIII Plan Quinquenal 2016/20. Entre lunes y jueves deliberaron los 205 miembros del Comité Central junto a 170 suplentes, sobre un cúmulo de decisiones que tendrá su debate final en marzo próximo al desarrollarse la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (el Poder Legislativo). Según las decisiones tomadas se liberalizará de forma integral las tarifas de los servicios y los precios de algunos productos.
Entre otras decisiones socioeconómicas se acordó extender la jubilación a toda la población, al tiempo que se pautó un aumento de las vigentes. También se ha decidido modificar la ley del “hijo único”, promulgada en 1979, con el fin de controlar el crecimiento demográfico. China hoy cuenta con una población envejecida, por lo que la nueva ley permitirá a las parejas tener hasta dos hijos.
En el marco netamente político se decidió la expulsión de diez altos funcionarios, por graves faltas. Entre los expulsados se encuentra Ling Jihua, ex vicepresidente del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino y jefe del Departamento de Trabajo del Frente Único del Comité Central, quien, al igual que el resto de los funcionarios expulsados, es acusado de utilizar su cargo para beneficiar a terceros y aceptar sobornos, entre otros delitos.
La cuestión económica ha sido uno de los ejes centrales del Plenario, tras la brusca desaceleración del crecimiento, lo que provocó en agosto último una devaluación escalonada del yuan, lo que generó pánico en las Bolsas del mundo y ha puesto a temblar muchas economías emergentes, vendedores de materias primas a China, ya posicionada como la segunda economía mundial, detrás de los Estados Unidos.
China, inmersa en un drástico proceso de cambio estructural del modelo de crecimiento, debe compensar de alguna manera la caída de sus exportaciones e inversión con el crecimiento de su mercado interno.
El Índice de Gestores de Compra del sector manufacturero (IPM), que se difunde mensualmente y se elabora a partir de encuestas a unas 3.000 empresas de diferente volumen, ha reflejado los cambios estructurales que está viviendo China, con una caída progresiva de la industria y un crecimiento del sector servicios.
El Partido ha dejado en claro que el nuevo plan económico centrará sus esfuerzos en cambiar el modelo de crecimiento basado en las exportaciones, inversiones en infraestructura y la industria hacia un modelo sostenible, centrado en el consumo interno. La desaceleración permitirá un crecimiento del 7%, el más lento de los últimos 25 años. Pero otras fuentes anuncian un 6,5% en los próximos cinco años.
El PCCh decidió duplicar los niveles de 2010 del producto interno bruto (PIB) y los ingresos per cápita, tanto en los núcleos urbanos como rurales, para 2020, mediante la promoción de un desarrollo más equilibrado, inclusivo y sostenible.
Los economistas señalan que el gran reto chino de los próximos cinco años será aumentar la inversión en el cuidado del medio ambiente, incrementar las partidas en políticas sociales y acelerar la liberalización financiera, que incluye la promoción internacional del yuan.
El gran salto adelante
La continuidad del presidente Xi Jinping no ha estado en discusión en este Congreso. Xi ha desplegado, tanto en el interior del país como en el exterior, una vertiginosa carrera de alianzas y acuerdos que lo ha colocado, más allá del peso específico de su país, como uno de los hombres más influyentes del mundo.
En la cúpula del Partido Comunista quizá se puedan producir algunos cambios de nombres y algunas reglamentaciones administrativas, como respecto a la edad a la que los delegados deberán abandonar el cargo, pero nada hace sospechar que se puedan producir cambios de fondo.
El presidente Xi Jinping se ha entronizado junto al presidente ruso Vladimir Putin como las figuras clave en este “barajar y dar de nuevo” que está experimentando el orden mundial.
Xi ha acompañado a su país en su asunción como pieza clave del comercio exterior, no solo para los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) sino también para muchos países de América latina y fundamentalmente de África. La creación del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII) aspira a acotar el poder del FMI y es una grave amenaza para el orden financiero mundial.
Otro ítem que se ha discutido es el aumento de los gastos de defensa y actividades espaciales. El punto clave de esa nueva concepción militar fue sin duda la advertencia ruso-china en agosto de 2013 respecto de los planes de atacar Siria por los Estados Unidos tras los confusos hechos en el barrio damasceno de al-Ghutta, cuando se acusó al gobierno de Bashar al-Assad de utilizar armas químicas contra población civil.
La voluntad mostrada por la nueva alianza diluyó las amenazas de Barak Obama, procurándole además el papelón internacional más importante de sus dos mandatos.
Con la actual presencia del portaaviones chino Liaoning-CV-16 en el puerto sirio de Tartus, junto a un contingente de mil infantes de marina, según la siempre bien informada web israelí Debkafile, avalando a Rusia, China, además de comprometerse por primera vez en un conflicto lejano a sus fronteras, asume el rol de potencia mundial también en el marco bélico.
La constante disputa con Japón por el archipiélago de Senkaku –para Tokio– o Diaoyu –para China–, que desde hace años viene profundizándose, más el movimiento de los estudiantes en Hong-Kong y los atentados cada vez más cruentos de la banda yihadista Movimiento Islámico de Turquestán Oriental (MITO), que pretende independizar la provincia de Xinjiang, también formaron parte del orden cerrado del legendario Partido Comunista Chino.