Escribe Nahuel:
Amigos, vieron esto? Como vecino no sólo tuve que fumarme el atentado y la militarización posterior, sino que ahora quieren cambiar de nombre a Balvanera (que es Once, Congreso, Abasto) y ponerle DIECIOCHO.
Pájaro Rojo es enemigo mortal de cambiar las toponimias excepto que sea para quitar nombres de genocidas. Todo cambio de nombre es contraproducente pues borra parte de nuestra historia. Viví hasta los 18 años sobre la calle Bernardo de Irigoyen sin saber que antes y desde los albores de la patria se había llamado Buen Orden, como el cine que estaba en Constitución y demolió la piqueta para alargar la Nueve de Julio. Siempre simpaticé con viejos radicales que a pesar de su aprecio por Don Hipólito siguieron llamando Victoria a Hipólito Yrigoyen, y los peronistas con sentido del humor que siguen llamando "General Cangallo" a Perón, conscientes de que flavo favor se le hizo al General al ponerlo preso entre Mitre y Sarmiento.
Sin embargo, el aqui propuesto es una pelotudez supina. Más allá de su nombre oficial, Balvanera, en el habla común de los porteños el barrio dónde se encuentra la AMIA (¡hasta marcelo Birmajer debe estar de acuerdo conmigo!) se llama ONCE, y nunca va a dejar de llamarse así mientras exista la ciudad.
La propuesta es tan idiota como quererle cambiar el nombre a la Plaza Once, oficialmente llamada de Miserere porque allí, desde la época colonial, se encontraban los corrales de ese nombre. Miserere es, además, una expresión latina piadosa. Lo único que faltaría para completar la brillante idea es que propongan llamarla "Plaza de las Miserias".
Siempre consideré el humor judío el mejor (junto con el británico). Pero este "chiste" me ha dejado estupefacto.