Como dice Escolar, el percebe se aferra a la roca de tal manera que pareciera que sólo una explosión puede soltarlo. JS
Las cuentas de Bárcenas reflejan pagos a Rajoy, Cospedal y Arenas, entre otros
El diario El País publica las anotaciones del ex tesorero del PP con el detalle de las cantidades periódicas que los dirigentes del partido recibieron como sobresueldo
Los papeles, publicados por El País, detallan entregas al actual presidente del Gobierno por valor de 25.200 euros anuales durante 11 años
Los pagos sistemáticos arrancaron en 1997, cuando José María Aznar presidía el partido y el Gobierno
Varios constructores, entre ellos tres imputados en el sumario Gürtel, aparecen como donantes de importantes cantidades al PP
31/01/2013

Los extractos de los papeles manuscritos de Bárcenas publicados por El País, con las anotaciones de supuestos pagos a políticos de la cúpula del PP.
El diario El País publica hoy extractos de los cuadernos en los que los tesoreros del PP Luis Bárcenas y Álvaro Lapuerta anotaron a mano entre 1990 y 2008 pagos sistemáticos a los miembros de la cúpula del PP y copiosas entradas de donaciones de conocidos empresarios. Entre los receptores que muestran esas anotaciones figuran Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal y Javier Arenas, además de antiguos dirigentes como Rodrigo Rato, Ángel Acebes, Jaime Mayor Oreja y Francisco Álvarez Cascos, entre otros. Todos ellos niegan la recepción de las entregas que figuran manuscritas, según recoge el citado diario.
Los pagos se convirtieron en periódicos a partir de 1997, bajo la presidencia del PP de José María Aznar, que se había convertido en presidente del Gobierno un año antes, en 1996. El actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, figura como receptor de 25.200 euros anuales desde ese año hasta 2008. "Rajoy empieza a aparecer en las anotaciones en 1997 con pagos semestrales de 2.100.000 pesetas o trimestrales de 1.050.000 pesetas que a partir de 2002 pasan a ser de su equivalente en euros (12.600 euros semestrales o 6.300 euros trimestrales), siempre sin variar la cantidad anual de 25.200 euros. Los pagos se extienden hasta 2008", detalla la información de El País.
Acebes y Oreja recibieron las mismas cantidades que Rajoy, según la documentación aportada, mientras que Rato, Arenas y Cascos percibían sumas algo más elevadas. Los dietarios revelan que el actual líder de Foro Asturias fue el único que siguió cobrando tras abandonar la secretaría general del PP.
La parte de las anotaciones referida a los ingresos tampoco tiene desperdicio. La contabilidad manual que publica hoy El País es completamente distinta de los fondos oficiales recibidos por el Partido Popular como financiación oficial de los partidos políticos. Se trata, únicamente, de donaciones privadas de empresas y empresarios, en su mayoría conocidos y del sector de la construcción, al partido que hoy está en el Gobierno. Entre los donantes, aparecen tres empresarios ahora imputados en el sumario de la trama Gürtel.
Luis del Rivero, primero como vicepresidente y después como presidente de Sacyr Vallehermoso, aparece como donante de 120.000 euros en 2004 y 260.000 euros en 2006. Hay tres anotaciones que atribuyen a Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL, otras tantas entregas al PP de 100.000 (2004), 180.000 (2006) y 250.000 euros (2008).
El presidente de FCC Construcción, José Mayor Oreja, hermano del ex ministro Jaime Mayor Oreja, está reflejado con dos pagos de 90.000 y 75.000 euros en 2008. En dos ingresos de 2004 y 2008 figura Mercadona con 90.000 y 150.000 euros. Pese a lo reflejado en la documentación, El País asegura que "todos ellos han negado, directamente, o a través de portavoces, haber efectuado donaciones al Partido Popular".
Entre los donantes, aparecen tres imputados en el sumario Gürtel por presunto pago de comisiones ilegales para la obtención de contratos de administraciones gobernadas por el PP y supuesta financiación ilegal del partido: son Pablo Crespo, ex número dos de Francisco Correa; Alfonso García Pozuelo, propietario de Constructora Hispánica; y Juan Cotino, de la empresa valenciana de servicios Sedesa.
En los papeles se señalan ingresos en una cuenta bancaria como "donaciones", pero las cantidades son muy inferiores a las que aparecen como recibidas de los donantes, lo que podría constituir financiación irregular del partido.
Además de las anotaciones de pagos periódicos, aparecen otras de gastos de funcionamiento del partido como asesoría, encuestas o vestuario. Entre los perceptores, las notas señalan a Pedro Arriola, asesor de los presidentes del PP, y Federico Trillo, responsable del área jurídica del partido. Hay también partidas para vestuario de Mariano Rajoy (600 euros en corbatas y un total de 20.000 para trajes) y de otras personas no especificadas.
La contabilidad, según los papeles publicados por El País, anota también pagos esporádicos sin continuidad en el tiempo. Entre ellos figura una ayuda de 18.000 euros en 2001 a la viuda de un concejal del PP asesinado por ETA. Además, hay dos aportaciones al portal de Internet Libertad Digital, de Federico Jiménez Losantos, por un total de 36.100 euros en diciembre de 2004. La organización vasca Basta Ya figura con una ayuda de 3.005 euros en el primer semestre de 2002
No son sobresueldos, es el reparto organizado del botín
Es un golpe sistémico, no un escándalo más. La contabilidad B de Bárcenas, si se demuestra cierta, es la piedra roseta de la corrupción: un documento que retrata al principal partido de Gobierno en España como una organización institucionalmente podrida, que durante décadas se repartió en sobres las comisiones que ponían constructores, empresarios y otros filántropos de la recalificación (nota: se refiere a la recalificación de terrenos, la piedra angular de la burbuja inmobiliaria que permitió que se edificase en zonas donde estaba prohibido). No son sobresueldos, no los llamemos así. Si se comprueba la autenticidad de estos papeles que hoy publica El País, estamos ante la prueba del reparto sistemático y organizado del botín.
Las consecuencias en un país con algo más de cultura democrática que el nuestro serían sencillas de predecir: la apertura inmediata de una investigación judicial, la dimisión en bloque del Gobierno y de todos los dirigentes y diputados que cobraron estas comisiones, la convocatoria inmediata de unas nuevas elecciones generales y la refundación de la derecha española en un nuevo partido donde sean los propios militantes de base quienes corran a gorrazos a todos aquellos implicados en un pasado así.
Dudo mucho que tal cosa vaya a suceder.
Lo veremos en las próximas horas, pero lo más probable es que asistamos a otro ejercicio de hipocresía más, probablemente acompañado de demandas en los juzgados para cerrar la boca a la prensa e intimidar. Nuevamente será la excusa Bart Simpson: “Yo no fui, nadie me vio, no puedes probarlo”. Y esta vez, el enroque llegará en la tercera parte de la oración: no puedes probarlo. Probablemente será así, desde un punto de vista penal: la mayoría de los pagos que aparecen en estos papeles están prescritos: el delito fiscal caduca a los cinco años y el de financiación ilegal, a los cuatro. Además, los pagos no declarados que no estén prescritos, quedarán por debajo del umbral del delito, que está en 120.000 euros defraudados por persona al año.
¿Hay más presuntos delitos, más allá del fiscal? Apunta a que sí: es ridículo pensar que los empresarios que entregaban estas enormes cantidades de dinero lo hiciesen sin esperar un retorno a cambio. Pero el cohecho –el soborno, en castellano más vulgar– es un delito mucho más difícil de probar.
Sin consecuencia penal, ¿habrá consecuencia política? Soy pesimista: estamos ante Mariano Rajoy, el hombre cuya mayor virtud política conocida es aguantar y aguantar, amarrado a su sillón como el percebe a la roca. Sin embargo, la indignación de la sociedad va a ir más. ¿Con qué cara podrán pedir estos políticos sobrecogedores esfuerzos y sacrificios a los ciudadanos? La combinación de crisis económica y moral es letal: estamos viviendo el fin de una era y el choque de una fuerza imparable –la indignación de los ciudadanos– con un obstáculo insalvable –el aguante de Rajoy– solo puede acabar de una manera. Con una explosión social.