|

De revolvedores de mierda y pájaros carpinteros

Compartí

Antes de crear Pájaro Rojo, durante mucho tiempo escribí para una revista electrónica llamada ZOOM, más que nada por el gusto de publicar. Nunca imaginé que, por razones que desconozco, todas las notas publicadas desaparecerían de la red. Busque ésta, mi defensa ante las acusaciones de un tarado plagiador serial, porque apareció otro tarado, esta vez en Facebook, pero no la encontré. Por suerte, encontré una copia de la que me interesaba, de hace más de dos años, en una publicación de Néstor Gorojovsky, periodista y militante de la corriente Patria y Pueblo (http://lists.econ.utah.edu/pipermail/reconquista-popular/2010-March/084610.html). El tarado nuevo dice llamarse Miguel Aguirre y repartir su tiempo entre La Paz, Bolivia, y Tacuarembó, Uruguay. No sé si se tratará de Miguel Ángel, el más obsecuente seguidor de Enrique Haroldo Gorriarán Merlo de todos los que ingresaron al RI3 de La Tabada, según decía Cintia Castro. En cualquier caso, como el tarado n 2º, Aguirre, desenterró las inmundicias desparramadas por el tarado 1º (Cris Chan tan), vuelvo a publicar aquella defensa.

Como dato anecdótico (y castigo para mi ego) al investigar quien era el tocayo mío que había sido parte del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército me encontré con que en la Argentina había al menos otras 11 (once) personas llamadas como yo.

Por cierto, el fallecido secretario de Derechos Humanos Eduardo Luis Duhalde (que me permitió tener acceso a la ficha del suboficial de marras), me llamó a partir de entonces muy jocosamente «el pájaro carpintero». Y, realmente, el pájaro que oficia de logo de este sitio es un pájaro carpintero de América del Norte.    

Queridos amigos:

Hace una semana, la revista Veintitrés publicó una extensa lista, elaborada por el Ministerio de Defensa, del personal del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército durante la dictadura. En dicha lista aparece un «Juan José Salinas». Como era previsible, mis enemigos se lanzaron a proclamar que se trata de mi. Un imbécil que antes repetía como un loro que en los años en que estuve exiliado fui agente de la Armada de Massera y que trabajo ahora en el Ministerio de Defensa, vocifera ahora exultante que resulté del Ejército, sin dar explicación de como cambié de fuerza ni por qué Defensa me incineraría al revelar mi supuesta calidad de agente.

Demandaré a este subnormal profundo, pero por el momento quiero que sepan que quien aparece en la lista es un suboficial principal del Ejército, con estudios primarios, de especialidad arsenales y oficio carpintero, al parecer fallecido.
Este JJS nació en el Palomar el 24 de febrero de 1928, por lo que, de vivir, acabaría de cumplir 86 años. O sea, sería 29 años y un mes mayor que yo.

En la foto carnet que pude ver, mi tocayo aparece como un hombre calvo, fornido y posiblemente retacón, con cierto parecido a Danny De Vito.

Tenía Cédula de Identidad de la Policía Federal 8.041.909, Libreta de Enrolamiento 4.781.827, era el afiliado nº 49.708 del IOSE.

Estaba casado con Nidia Ramona Albornoz y fue padre de Sonia Adriana (1964) y Daniel Julio (1967).

Se retiró del servicio activo el 31 de diciembre de 1975 e ingreso al Batallón 601 el 1º de diciembre de 1980, jubilándose a partir del 1º de abril de 1995, por lo que es difícil que haya estado directamente involucrado en la «Operación Murciélago» contra los montoneros participantes de «la segunda contraofensiva» u otras acciones represivas similares.

Este JJS vivía en la localidad de Grand Bourg, partido de Malvinas Argentinas, y su nombre todavía figura en la guía telefonica.

Llamé y fui atendido por quien dijo ser su hijo (Daniel), que me dijo que su padre había fallecido hace varios años, aunque no quiso precisar fechas.

Como se darán cuenta, vi el legajo de mi homónimo, titulado «Antecedentes personales» y que lleva también la inscripción «Ficha nº 1267», pero no lo pude fotocopiar por razones legales.

Todas estas complicaciones tienen lugar no sólo porque me granjeé enemigos al revelar la impudicia de agentes del Batallón 601 y de otros servicios como el ex CNU Carlos Tórtora y Jorge Daniel Boimvaser, que fueron las principales fuentes cloacales en las que abrevaron mis enemigos- comenzando por Seprin (cuyo exactísimo nombre original era «Servicios Privados -es decir, carentes- de Inteligencia) y siguiendo por el aludido copión y difamador serial.

Tampoco suceden solamente porque tengo un nombre baste común: según Telexplorer, solamente en la guía telefónica de Capital Federal y Gran Buenos Aires hay once Juan J. Salinas, y ninguno de ellos soy yo.

También suceden porque entre quienes me difamaron hasta el hartazgo hace muchos años en prevención de que fuera a escribir lo que jamás escribí (y que en cambio teminó revelando uno de ellos) se encuentra el mejor periodista del país. Que después de difamarme, no  cumplió un trato que hicimos, acuerdo que de haber cumplido hubiera paliado en gran parte el estropicio causado, y que desde entonces se hace olímpicamente el tonto, diciendo a quien le pregunta por el tema que estamos distanciados por el hecho «imperdonable» de que lo ofendí (al señalar su complicidad con Clarín y su dueña apropiadora de niños en ocasión de ser ésta detenida), lo que sucedió… una década larga después de aquello.

Quienes me difaman ahora no dejan de señalar con fruición el hecho de que fue este gran periodista (con el que en los ’80 fuimos compañeros de agrupación, la Rodolfo Walsh, en la Apba y en la Utpba) quien inició sin odio ni pasión, aviesa, fría y premeditadamente, esta bola de caca que no deja de rodar.

Desafío a mis enemigos a que encuentre un sola nota periodística o página que yo haya firmado y de la que me tenga que avergonzar. Y confio en el criterio de mis amigos para utilizar estas líneas de modo de parar en seco a quienes se regodean en escupir hacia arriba, mear contra el viento, chapalear en la mierda, tirarla contra el ventilador y chuparse los dedos.

Que con su pan se lo coman.


Compartí

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *