EE.UU. Tanta pavada taraba a un titán
Divertidísima nota que demuestra que, a) gran parte del pueblo estadounidense tiene el cerebro licuado y, b) que las expresiones reformistas que dejan de hacer cambios se caen, pierden y se diluyen. ¡Fuerza Cristina!
¿Se olvidó Obama de que podía?
Ellos no necesitan la lógica, lo llaman como se les ocurre ese día.
Entonces es un fascista, un comunista, un terrorista islámico. Al otro día, es un feminista radical y un seguidor de Josef Fritzl, un pacifista y un suicida, virgen y un taxi boy. Fox News diría: “Un experto en reencarnación ha revelado que en una vida anterior el presidente Obama fue, casi con seguridad, una enorme araña. Y peor para el presidente, era una tarántula rodillas rojas, que no se encuentra naturalmente en los Estados Unidos porque es nativa de Kenya, lo que podría generar dudas acerca de su legitimidad como gobernante”.
Lo que enfurece a la población contraria a Obama es la “interferencia gubernamental en la vida diaria”. Pero no estaban tan perturbados por la política del anterior presidente de invadir lugares, lo que podría –de alguna forma– interferir en la vida diaria de otras personas. Pero el colapso del apoyo a Obama puede ser explicado parcialmente por la virulencia del Tea Party. Poca gente parece haberse pasado de Obama a los republicanos. Pero muchos de los que lo apoyaban perdieron el entusiasmo con el que lo trajeron al poder. Esto se debe probablemente a que mucho del cambio que prometía fue abandonado sin dar batalla.
Quizá se olvide de que él es el presidente y mire las noticias y diga: “Es hora de que cierren Guantánamo”. Pero no lo hace. Lo mismo sucedió con la reforma sanitaria. Prometió presentarla, pero cuando las compañías la objetaron, dio marcha atrás hasta que el proyecto quedara casi igual al anterior. El problema no es sólo Obama, parece estar aceptado que para que ocurra cualquier cambio, las grandes empresas deben tolerarlo. Obama podría haber escuchado a las compañías y haberles respondido: “Es fascinante, pero yo fui elegido presidente y ustedes no, váyanse a la mier…”. El había logrado un entusiasmo masivo y había sido capaz de movilizarlo para la elección de 2008 y aún podría recurrir a él, si se mostrara dispuesto a enfrentarse a sus oponentes.