El Partido Verde, Clarín, está aislado.

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Otra vez la maldita cadena nacional peronista bloguera en acción

LUCAS CARRASCO / REPUBLICA UNIDA DE LA SOJA

La desaparición de Alfonso Severo, un testigo del caso del crimen de Mariano Ferreyra, golpea -como me decía, recién, Pablo, el hermano de Mariano- de manera dura sobre la querella, los fiscales y, obvio que de manera distinta, sobre el gobierno nacional. Es un momento donde todas las hipótesis son posibles. Lo que, claramente, dificulta la búsqueda.

El clima es turbio. Hay operaciones de todo tipo. Incluido, la presencia de militares transportándose en camiones -como desde Diamante a Paraná, en movimientos nunca vistos, antes del comienzo de la asonada de las fuerzas represivas- y los llamados, a través de las cándidas redes sociales, donde los funcionarios del PRO trabajan activamente, de manera coordinada y sistemática, mientras su línea dirigencial dice otra cosa, para potenciar la asonada y el acuartelamiento; los llamados a constantes escraches y cacerolazos, la difusión de direcciones y domicilios (el mío, por ejemplo, pero no solamente), son parte de una operación coordinada, no jodamos.

Los hechos sociales no encuentran a sus protagonistas con plena conciencia de sus consecuencias.  La historia, nacional y mundial, abunda en ejemplos. Menos, cuando se trata de cabezas huecas de las fuerzas armadas, que verbalizan sus reiteradas amenazas de manera tan primitiva. Con su lenguaje tosco, profundamente antidemocrático, pero antipolíticamente correcto. Como un columnista, digamos, del Grupo Clarín.

El cúmulo de operaciones desestabilizadoras tiene puntos de captura y puntos de fuga. Entre los primeros, está la desmonopolización de uno de los principales grupos económicos del país. Pero ésto se expande en líneas de fuga disímiles que abarcan, en promedio, a la clase dominante argentina, que está, por su historia, parafraseando a Rodolfo Walsh, espontáneamente inclinada al asesinato. Pero es espontánea, está bien, según el curioso decálogo de la violencia antipolíticamente correcta.

Los 200 represores presos son una línea dura de entendimiento de la realidad nacional. Un inevitable.

Después están las líneas de fuga de una inseguridad, de una violencia ciudadana, real, en aumento. No quizás en asesinatos o hurtos violentos, si en delitos menores que meten, incluso, más miedo.

La brutal desigualdad social es una línea de fuga inabordable en el actual decurso de la narrativa política, una pena.

Las retenciones son un punto de captura y condensación, tanto como su línea de fuga, la mayor eficacia de la AFIP.

Así se puede seguir enumerando los mosaicos que se van derribando, en torno, a la ruptura de un silencio antipolíticamente correcto de una sociedad que naufraga entre la radicalización de un sector, que además apoya al gobierno y gana espacios, y la radicalización de un sector opositor, que se anima a las bestialidades que antes callaba, hoy conducidos por los militantes rentados del Partido Clarín, tanto como es La Cámpora quien termina liderando su inevitable contracara.  Parecemos, fundamentalmente por esta oposición estúpida, y brutal.

Venezuela

En este cuadro general se inserta (y valora) la declaración de la mayoría de los sectores políticos, oficialistas y opositores, en defensa de la democracia y en contra de la insubordinación de las fuerzas armadas con tareas de seguridad y defensa.

El golpe de estado fue, nunca hay que bajar la guardia, dispersado, a partir de este pronunciamiento. Donde, Macri, más allá incluso de una vaga referencia a favor del fin de los juicios por crímenes de lesa humanidad («el maltrato de una década a las fuerzas armadas», en palabras textuales) jugó un rol estratégico al pedir que depongan la actitud las fuerzas armadas acuarteladas.

El Grupo Clarín quedó, fundamentalmente, aislado, fogoneando un golpe de estado, tan obvio que cada tres palabras, como decían ayer en Duro de Domar, cada tres palabras dicen que son democráticos, ja. Bah, lo dicen de los golpistas, pero en el Grupo Clarín hablan por sí mismos. Y se les nota, que tanto hacer hincapié en traducir la asonada militar como democrática, es en búsqueda de una coartada moral en la parte donde andan flojitos de papeles.

Ninguna precaución es poca.

Pero hay que reconocer y valorar profundamente que la mayoría de la oposición política, al ratificar su compromiso con la democracia, aisló a los acuartelados. Un dato de inmensa magnitud.

miércoles, octubre 03, 2012

Instrucciones para actuar ante un golpe de estado

1) El sector más gorila de las fuerzas armadas, la Marina, se ha sumado al acuartelamiento, al igual que Gendarmería y continúa el de Prefectura, a pesar de que se les han devuelto los adicionales.

2) Los «Fondos Buitres» a través de los mismos estudios jurídicos que defienden los represores y que fogonean el cacerolindo, han logrado frenar la Fragata Libertad, símbolo de la Marina, en la remota Ghana.

3) Los cacerolindos, convocados para esta noche, en defensa de las Fuerzas de Seguridad, independientemente de que se haga o su magnitud, buscan opacar la reacción democrática del conjunto de las fuerzas políticas que se movilizarían ante el resurgimiento de las intentonas carapintadas.

4) Las operaciones de inteligencia militar para desestabilizar, encuentran, además, en su trabajador favorito, Hugo Moyano,  la coartada para sembrar miedo.

5) Paralelamente, la derecha idiota, niega que ésto sea un intento del resurgir carapintada (la quiebra en la línea de mandos, razón por la cual las cúpulas de Gendarmería y la Armada, presentaron sus renuncias, las que serán aceptadas o no de acuerdo a información y criterios que desconocemos y le corresponde al gobierno analizar) y que se trata de un mero reclamo salarial.

6) El Poder Tribunal se hace el boludo ante esta situación. El Poder Mediático, fogonea. Siembra dudas, operaciones de inteligencia (como las de Lanata, a quien tuvieron la desgracia de pedirle documentos y no considerarlo…este…no sé, el fundador de Crítica) y comportamientos minimizadores con la secreta esperanza, prudente, de que ésto crezca para luego adjudicarle la responsabilidad de ese crecimiento de la asonada a la propia Presidenta.

Ante esta situación, quienes defendemos el gobierno nacional, pero fundamentalmente, todas las fuerzas democráticas, debemos actuar.
En primer lugar, con absoluto pluralismo, intentando aislar a los sectores reaccionarios y desestabilizadores.

Es muy importante todo lo que se pueda hacer a través de llamadas telefónicas, cadenas de mails, manejo de las redes sociales, contacto con familiares y amigos, para aislar a los desestabilizadores: avalando cualquier reclamo, protesta, disconformidad e ideología que en el marco de la democracia disienta en parte o totalmente con el gobierno nacional y el kirchnerismo, el objetivo estratégico es aislar a los golpistas.

El reclamo salarial ya fue escuchado, ya fue solucionado, la continuidad del acuartelamiento y la convocatoria pública, apenas discreta, por parte del Grupo Clarín a una asonada militar, busca crear una turbulencia desestabilizadora ya no del gobierno nacional, sino de la democracia. Cualquier reclamo salarial es legítimo, pero no una asonada militar montada sobre un acuartelamiento ilegal. Hay que defender la democracia. No minimizar ni sucumbir a las fuerzas políticas marginales que, por ingenuidad en algunos casos, por complicidad en otros, intentan que la población no sepa de qué estamos hablando: estamos hablando del crecimiento del huevo de la serpiente fascista, un intento de asonada militar que ponga en jaque este gobierno para así condicionar la democracia.


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