Elogio de la confrontación
Ayer iba a subir este texto pero el día se me complicó. Hoy salí de casa un poco más tarde que de costumbre y me puse a oir como casi siempre "No tan despiertos", con Werner Pertot y Gerardo Fernández, que volvió a leerlo (porque supongo que lo habrá leído ayer en "El vermucito", su programa dominical de la mañana de Cooperativa) recordándomelo. Me parece interesante para iniciar debates, siempre que se tenga en cuenta el principio elemental de preservar fuerzas y no dispersarlas al divino botón. No patear aliados y buscar el lugar y el momento.. Es decir, de "no confrontar al pedo", como sintetiza Gerardo.
Si el piso se elevó confrontando ¿Se lo mantiene consensuando?
Esta campaña está poniendo de manifiesto el reconocimiento de la elevación del piso que realizó el kirchnerismo. No sólo Massa, sino hasta el ex denarvaísta Alfonsín y el ex alfonsinista De Narváez reconocen que hay un montonazo de realizaciones de la última década que son intocables. El paroxismo de todo esto es el "UNEN" porteño, cuyos integrantes se derriten en elogios para las internas abiertas, a las que caracterizan como un mecanismo recontra democrático y republicano siendo que absolutamente todos lo votaron en contra cuando se sancionó la reforma política en 2009.
Estamos viviendo un tiempo político donde la discusión se da dentro de la plataforma que construyó el gobierno. Todos dicen estar más capacitados para mejorar lo que se ha hecho pero ya nadie pone en duda que lo que se hizo está bien. Lo que resta es desentrañar quién está más preparado para seguir pugnando por lo que falta porque en política, cuando te quedás no permanecés en el mismo lugar, te vas para atrás. De ahí que la gran duda surge cuando las diversas fuerzas de oposición dicen que apoyan mucho de lo que se hizo pero no son claras en explicitar qué piensan hacer para seguir avanzando. Hay una sensación de continuación consensuada y exenta de disputa que sin dudas es efectiva como campaña pero que preocupa por su perspectiva. Es que no se llegó a este piso por arte de magia o por gracia divina. Si repasamos cada una de las patas de este piso vamos a encontrar serias disputas. No fue gratis la inclusión jubilatoria, no fue gratis la ley de medios, no fue un regalo la Asignación Universal por Hijo ni el matrimonio igualitario, las PASO y tantas otras conquistas. Hubo que dar duras batallas, hubo que enfrentar fuertes intereses y soportar todo tipo de ataques desde todos los costados.
Viene bien recordar esto porque con la memoria de zócalo televisivo que campea corremos el riesgo de suponer que las cosas buenas que hoy tenemos fueron logros del conjunto de la sociedad y de las fuerzas políticas cuando en rigor son el resultado de una fuerza que tuvo la decisión y la capacidad de garantizar volumen político para dar la disputa en medio de fuertes reacciones. Y así como las conquistas no llegaron solas lo que está por verse es si se las puede conservar sin diputa. Porque si no es todo verso. Si se puede llevar adelante una sociedad con inclusión y redistribución de la riqueza sin conflicto con los poderosos la historia política de la humanidad es una gran mentira. Lenin, Perón, Fidel y tantos más confrontaron al pedo ya que podrían haber logrado los mismos objetivos sin tanto quilombo.
No, no es así…
Tras la idea de bajar los decibeles de la disputa y focalizar en la gestión más local, más de tipo minimalista subyase el acuerdo para dejarlo todo ahí, para administrar el actual estado de cosas sin confrontación ni encono. Un análisis que peca de inocencia o esconde la capitulación adrede porque en países como el nuestro donde lo imprescindible todavía sigue faltando, no se empareja la cosa con diálogo y buenos modales. Todo lo que se ha conseguido para los de abajo fue gracias a la confrontación, porque los poderosos no regalan nada, porque o les arrancás la conquista o te llevan puesto. El peronismo con su historia de lucha y resistencia puede dar sobradas muestras de que esto es así.
Por supuesto que tampoco se trata de confrontar al pedo, por supuesto que tampoco se trata de olvidar que hay muchas cosas por mejorar y corregir desde el kirchnerismo. Pero si hay algo que es troncal es la certeza de que arreglando con los de arriba no se conserva nada. Es imposible hacer equilibrio político en una realidad social inclinada. Tarde o temprano las fuerzas en disputa te obligan a tomar decisones. Y está claro que si apostás al acuerdo y la no confrontación estás evidenciando que no sos neutral en la disputa y que a la hora de los bifes tu lugar será con los de arriba, aunque digas lo contrario.