Gobierno de Egipto acusa a EE.UU. de instigar desórdenes
Tomado de Loboalpha
Egipto: Caen las caretas de las ONG pantallas del departamento de estado de EEUU
por Jean Guy Allard
Tan asustado fue el Departamento de Estado por la decisión de Egipto que se atreve a tocar su personal de inteligencia, que ordenó a los interesados a refugiarse en su Embajada y amenazó de inmediato con reconsiderar la aportación anual de 1.300 millones de dólares (990 millones de euros) en ayuda militar a este país.
Las autoridades egipcias acusan a los «sospechosos» de haber financiado protestas antigubernamentales de grupos buscando provocar los cambios que convienen a Washington. Tienen prohibido salir del país mientras se desarrolla la investigación que empezó con una reveladora ‘redada’ en las oficinas del IRI en diciembre.
El periodista e investigador Mark Weisbrot acaba de resumir en The Guardian Unlimited, de Londres, las características del IRI, oficialmente la agencia de ayuda internacional del derechista Partido Republicano estadounidense. Una organización encabezada por nada menos que John McCain, ex candidato presidencial. Este mismo que, siendo oficial de la US Navy, vivió frente a las costas de Cuba, la Crisis de los Misiles, listo para abrir el fuego.
En su análisis Weisbrot señala que cualquiera con la paciencia de tragarse frente al televisor un discurso de un candidato republicano se convence rapidamente que el IRI puede tener cualquier objetivo menos promover la democracia.
«¿Quién sabe lo que está haciendo el IRI en Egipto?», se pregunta el periodista, antes de señalar: «Pero sí sabemos lo que el Gobierno de EEUU hacía ahí» cuando apoyó el gobierno Mubarak hasta que su caída se hizo inevitable.
Inspirada por Ronald Reagan quién reclamaba en 1982 la creación de un instituto que desarrollaría una «cruzada para la libertad», el IRI fue fundado en 1983 por ideólogos republicanos y recibió de entrada un financiamiento abundante.
Como su contraparte del Partido Demócrata, el Instituto Nacional Demócrata (NDI), el IRI es uno de los mayores beneficiados de los subsidios de la USAID y de la National Endowment for Democracy (NED), una organización creada para desarrollar «públicamente» actividades que la CIA realizaba de manera oculta.
En América Latina, son numerosas las muestras de su actividad injerencista.
En 2002, en Venezuela, el IRI se dedicaba a engrasar descaradamente a distintos grupos antichavistas. El IRI participó activamente a operaciones de apoyo al golpe de abril de 2002 contra el presidente Hugo Chávez.
En los meses anteriores al secuestro del líder bolivariano, el IRI mantuvo un puente aéreo entre Caracas, Miami y Washington, enviando politiqueros, líderes sindicales y comunitarios corruptos a Estados Unidos para reunirse con organizaciones de la extrema derecha y establecer contactos con oficiales del Departamento de Estado.
Financió a Primero Justicia, el actual partido del delincuente Capriles Rodonski, cómplice del asalto a la Embajada de Cuba, y luego denunciado e inculpado por el Fiscal Danilo Anderson, cobardemente asesinado.
Hasta finales del 2010, cuando se prohibió por ley este tipo de actividad, la USAID mantuvo oficinas del IRI y del NDI en Caracas. Recorre desde entonces a la Oficina de Iniciativas hacia una Transición (OTI) para sustituir clandestinamente a estas seudo ONGs.
El presidente ejecutivo del IRI, George Folsom, con toda su arrogancia imperialista, fue hasta celebrar el golpe en un comunicado emitido el propio 12 de abril donde se jactaba de que su organización había «servido de puente» para estimular a los partidos políticos y a los demás grupos implicados en esa acción profundamente antidemocrática.
En 2004, en Haiti, el representante del IRI, Caleb McCarry dirigió el complot golpista contra el presidente Aristide. Lo hizo con el intermediario de Stanley Lucas, un delincuente político vinculado a la dictadura de los Duvalier, cuya familia se ilustró con la masacre de 200 campesinos.
El IRI arregló entonces la operación, montada con una tropa de mercenarios y supervisada por la CIA, que terminó por la expulsión del presidente haitiano de su propio país.
Ex funcionario de la oficina de Jesse Helms, McCarry, fue luego designado para administrar el Plan Bush de anexión de Cuba.
En 2005, el IRI due denunciado en Brasil por su implicación en una operación para cambiar las leyes electorales y así debilitar el Partido de los Trabajadores del PresidenteLula da Silva.
En el 2009, un golpe encabezado por Roberto Micheletti expulsa brutalmente del país el Presidente Zelaya y promueve elecciones supuestamente democráticas cuya organización es de inmediato apoyada por el IRI que actuará de «observador» en el momento de los comicios.
La conocida investigadora venezolana-estadounidense Eva Golinger señala que el IRI recibió más de 1,2 millones para trabajar grupos políticos en Honduras en el 2009. Su tarea se definía en dar apoyo a «think tanks» y grupos de presión para influir con los partidos políticos y sostener «iniciativas destinadas a promover posiciones políticas durante la campaña electoral»
«Un ejemplo claro de intervención en la política interna de Honduras y una prueba del financiamiento de estos grupos involucrado en el golpe por la NED y el IRI», concluye Golinger.
En Cuba, la trayectoria del IRI es interminable. Año tras año, se ha garantizado una buena ración de los millones con los cuales Washington cree llegar a destruir la Revolución cubana.
De los cerca de nueve millones que se regalaron en septiembre último a nueve «contratistas», el IRI recibió 693 069 dólares, para enseñar su versión edulcorada de la «democracia» a los cubanos.
A través del IRI, el gobierno norteamericano paga su mano de obra contrarrevolucionaria, entre otras cosas otorgando «premios» a las figuras de la «disidencia» encargada de dañar la imagen de Cuba en la prensa extranjera. El IRI apadrinó a organizaciones tales como Reporteros sin Fronteras y People in Need en sus campañas anticubanas.
En la Isla, el IRI financió y sigue apoyando groseras operaciones de injerencia y sirve de pantalla a la CIA en su búsqueda de información estratégica.
La lista de los países víctimas de las conspiraciones del IRI, tanto en América Latina como en el resto del mundo, es enorme. Lo que se revela en Egipto no es más que una muestra del mecanismo desarrollado en todas las regiones del mundo donde los intereses imperiales los necesitan.
Son decenas de millones de dólares, provenientes en gran parte del contribuyente norteamericano – sofocado por la crisis – que el IRI riega anualmente entre las organizaciones subversivas que genera, alentándolas a desestabilizar gobiernos legítimos.
En nombre del desarrollo económico, de la ayuda humanitaria y de los derechos humanos.
Además de los fondos del Departamento de Estado, de la USAID, de la NED, el IRI recibe generosas contribuciones de grandes corporaciones, entre las cuales multinacionales tan famosas como las petroleras Chevron, ExxonMobil y BP, las transnacionales de las comunicaciones AT&T y Bell-South, el holding de cervecerías Anheuser-Busch (vinculado con la esposa de McCain), el gigante de la aeronáutica Lockheed Martin.
Y de la proveedora de mercenarios Blackwater, alias «Xe Services LLC», por cierto mejor conocida por sus crímenes que por la «promoción de la democracia».
Fuente: Contrainjerencia