Israel, Arabia Saudita y Al Qaeda S.A.
GUADI CALVO / HAMARTIA
La prensa internacional venía destacando desde hace semanas el acercamiento llamativo, en la superficie, entre Arabia Saudita, una monarquía medieval sostenedora de una de las más acérrimas versiones de islamismo sunita: el wahabismo, y de alguna manera administrador de los dos lugares más sagrados del Islam: La Meca y Medina. Israel enemigo jurado del islamismo global.
Si bien sobrarían los motivos para que ambos países se consideren mucho más que enemigos mortales, entre las cúpulas existen más coincidencias que discrepancias, los dos países son aliados claves de los Estados Unidos en la región y su mayor enemigo es Irán. Por ello coincidieron en sus protestas por el primer y tibio acercamiento de Washington a Teherán desde el triunfo de la revolución islámica en 1979 en las discusiones por el proyector nuclear iraní.
Los analistas más osados se animaron a pronosticar que por debajo de la mesa la alianza saudita israelí planificaba iniciar un conflicto con Irán, para detener el fin del embargo al país persa, el acercamiento que Teherán ha tenido estas últimas semanas también con Londres y Ankara, además de los jugosos créditos que Estados Unidos da a las dos naciones para comprar armamento.
Los dos atentados en Beirut de esta madrugada, son sin duda la declaración de esa guerra. El objetivo que hasta ahora ha dejado cerca de 40 muertos (y entre ellos el agregado cultural iraní, Ibrahim el Ansari) 150 heridos, no podía ser más obvio e incriminatorio, se eligió al barrio mayoría chií Bir Hassan, al sur de la capital centro de las actividades de Hezbolláh frente a la embajada de Irán.
Las primeras versiones mencionaban el estallido de un automóvil cargado de explosivos, pero en verdad fue un doble atentado con diferencia de pocos minutos: un suicida que detonó los explosivos que llevaba atado al cuerpo y una moto bomba, que también detonó otro suicida, según se pudo constatar por una de las cámaras de la embajada. La magnitud de las explosiones lo muestran los daños materiales que han dejado en automóviles, comercios y viviendas.
Agentes de seguridad libaneses confirmaron la filmación y la exactitud de los datos. Al tiempo que Sirajedin Zreikat responsable de las Brigadas de Abdalá Azzam, se adjudicó el atentado en su cuenta de Twitter: «Fue un doble atentado en el que dos de nuestros héroes, sunníes del Líbano, se sacrificaron como mártires». La banda Brigadas de Abdalá Azzam se la vincula con al-Qaeda.
Con estos son tres los atentados del año contra la población chiita de Beirut, el último se había cometido con coche bomba el 15 de agosto, con saldo total de 27 muertos y varias decenas de heridos. El anterior fue el martes 9 de julio, cuando un coche bomba explotó frente a un edificio de oficinas de Hezbolláh en el sur de Beirut. Que afectaron también a una mezquita chií y una escuela técnica, donde resultaron heridas 55 personas, tanto la inteligencia siria como la iraní adjudicaron los atentados a la inteligencia israelí.
La cuestión siria.
La cuestión siria, sin duda es el catalizador de estos hechos ya que brigadas del Hezbolláh (y según algunas fuentes, también pasdaran iranies) colaboran con el ejército árabe sirio en su lucha contra las bandas mercenarias. Los importantes avances triunfos que ha tenidos Damasco en esto últimos meses, la publicitada retirada del escenario de los Estados Unidos, o por lo menos la importante disminución de su presencia, más el renovado rol preponderante de Rusia no solo en el conflicto sirio, sino en la región, como demuestra el espectacular acercamiento a Egipto, a quien volverá a abastecer de armas, en proporciones que no negociaban desde que el presidente egipcio Anuar Sadat a mediados de los ''70 decidió alinearse con los Estados Unidos.
La semana pasada el líder del Hezbolláh Hassan Nasrallah, ratificó en una de sus esporádicas apariciones públicas que los combatientes del Partido de Dios «permanecerán en Siria, donde combaten por la libertad de Palestina y contra los afanes expansionistas de Israel».
Con estos hectolitros de nafta o petróleo que Israel y Arabia Saudita, por mano de al-Qaeda, acaban de echar a la caldera ¿solo están atentado contra el eje chiíta: Hezbolláh, Siria, Irán o querrán marcar la agenda de Estados Unidos forzando una intervención más contundente de Rusia?
Se sabe la inteligente política del tándem Vladimir Putin y su ministro de Relaciones Exteriores Serguéi Lavrov, con nada han conseguido desplazar Washington y lograr que Moscú lleve el timón de la crisis siria, lo que ni a Riad ni a Tel aviv les sirve.
Moscú puede contener eventuales venganzas de Irán y Hezbolláh, pero el disminuido Obama, ¿podrá o tendrá con que desanimar a Israel y Arabia Saudita de sus delirios bélicos?