Robert Parry (USA, 1949) es un galardonado periodista de investigación conocido por revelar el escándalo Irán- Contra en la década de los 80. Entre sus libros destacan Lost History: Contras, Cocaine, The Press & Project Truth (1992) (La historia perdida: Contras, cocaína, la prensa y el Proyecto Verdad), Secrecy & Privilege: Rise of the Bush Dynasty from Watergate to Iraq (2004) (Secreto y Privilegio: el ascenso de la dinastía Bush desde el Watergate a Irak ), entre otros. En 1995, Parry creó Consortium News una publicación online dedicada al periodismo de investigación que ha tratado entre otros temas, los esfuerzos para destituir al presidente Clinton,el terrorismo de derecha en América Latina, los esfuerzos de EEUU por reescribir la historia, etc. MM
¿Qué vieron los satélites espía de EEUU en Ucrania?
Por Robert Parry
20 de julio 2014
La información sesgada sobre Ucrania que ofrecen los medios de EE.UU es obvia, han tomado partido por el régimen de Kiev y atacan a los rebeldes de etnia rusa y a la Rusia de Vladímir Putin. Pero ahora , en el intento por culpar a Putin por el derribo del avión de Malaysia Airlines, el periodismo de mala calidad se ha convertido en algo verdaderamente peligroso.
Al calor de la última histeria de guerra de los medios de EE.UU. – echando la culpa por el derribo del avión de pasajeros de Malaysia Airlines el presidente de Rusia, Vladimir Putin – aparece la misma ausencia de rigor profesional que ha marcado estampidas similares sobre Irak, Siria y otros lugares donde las preguntas clave no se hacen ni se responden.
La pregunta de sabueso sobre la catástrofe es: ¿qué muestran las imágenes de los satélites de vigilancia de EE.UU.? Es difícil de creer que con la atención que la inteligencia de EE.UU ha concentrado en el este de Ucrania durante el último medio año, no apareciera en ningún lugar el supuesto transporte de varios grandes misiles antiaéreos Buk de Rusia a Ucrania y luego de vuelta a Rusia.
Sí, hay limitaciones sobre lo que los satélites espías estadounidenses pueden ver. Pero los misiles Buk tienen cerca 5 metros de largo y generalmente se montan en camiones o tanques. El vuelo 17 de Malaysia Airlines cayó durante la tarde, no por la noche, lo que significa que la batería de misiles no estaba oculta por la oscuridad.
con el título definitivo «Rusia les dio los misiles, dicen funcionarios de EEUU «, sin exigir de estos funcionarios estadounidenses detalles acerca de lo que muestran las imágenes de satélite de los Estados Unidos?
Por su parte los periodistas Michael Birnbaum y Karen De Young escribieron desde Kiev: «EEUU ha confirmado que Rusia suministra sofisticados lanzamisiles a los separatistas del este de Ucrania y que trataron de moverlos de nuevo a través de la frontera con Rusia el jueves después del derribo del avión de Malasia, según dijo un funcionario de inteligencia estadounidense el sábado. Creemos que estaban tratando de regresar a Rusia al menos tres sistemas de lanzamiento de misiles Buk, empezábamos a tener indicios que hace poco más de una semana los lanzadores rusos se habían trasladado a Ucrania¨, según el funcionario cuya identidad no fue revelada por el Post por lo que el funcionario no podría ser preguntado sobre asuntos de inteligencia.
Pero presten atención a la curiosa vaguedad de las expresiones del funcionario «creemos» «empezando a tener indicios». ¿Se supone que debemos creer – y quizás lo más relevante es qué los redactores de The Washington Post en realidad lo creen – que el gobierno de EE.UU con unos servicios de inteligencia de primer nivel mundial , no pueden realizar un seguimiento de tres grandes camiones que transportan cada uno misiles de rango medio?
Lo que me ha dicho una fuente que me ha proporcionado información precisa sobre asuntos similares en el pasado, es que las agencias de inteligencia de Estados Unidos tienen detalladas imágenes de satélite de la batería de misiles que probablemente disparó el fatídico misil, pero la batería parece haber estado bajo el control de las tropas del gobierno de Ucrania vestidos con lo que parecen ser uniformes ucranianos.
La fuente me dijo que los analistas de la CIA aún no descartan la posibilidad de que las tropas sean en realidad rebeldes del este de Ucrania con uniformes similares, pero la evaluación inicial fue que las tropas eran soldados ucranianos. También sugirieron que los soldados involucrados eran indisciplinados y posiblemente estaban borrachos, ya que las imágenes mostraron lo que parecían ser botellas de cerveza esparcidas por el lugar.
En lugar de presionar para obtener este tipo de detalles, la gran prensa de EE.UU. simplemente ha difundido la propaganda que viene del gobierno de Ucrania y el Departamento de Estado de EE.UU, incluyendo exagerar el hecho de que el sistema Buk es «de fabricación rusa», un hecho más bien irrelevante que han repetido hasta la saciedad.
Sin embargo, utilizar el punto «de fabricación rusa» para sugerir que los rusos deben haber estado involucrados en el derribo del avión es engañoso y está claramente diseñado para influir en los estadounidenses mal informados. Como el Posty otros medios de prensa seguramente saben, el ejército ucraniano también opera sistemas militares de fabricación rusa, incluyendo las baterías antiaéreas Buk, por lo que el origen de fábrica no tiene valor probatorio aquí.
Basándose en el régimen de Ucrania
Gran parte del resto de lo que se afirma contra Rusia proviene del régimen de Ucrania, que surgió a partir del golpe de Estado anticonstitucional contra el presidente electo, Viktor Yanukovich, el 22 de febrero. Su derrocamiento ocurrió tras meses de protestas masivas, pero el golpe de estado real fue encabezado por las milicias neonazis que invadieron los edificios del gobierno y obligaron a los funcionarios de Yanukovich a huir.
En reconocimiento del papel clave desempeñado por los neonazis, quienes son descendientes ideológicos de las milicias ucranianas que colaboraron con las SS nazis en la Segunda Guerra Mundial, el nuevo régimen dio a estos ultraderechistas el control de varios ministerios, incluyendo la oficina de seguridad nacional que está bajo el mando de un activista neonazi de toda la vida, Andriy Parubiy.
Fue a este mismo Parubiy, a quien los redactores recurrieron a la búsqueda de más información para condenar a los rebeldes del este de Ucrania y los rusos en relación con la catástrofe del avión de Malaysia Airlines. Parubiy acusó a los rebeldes de las inmediaciones del lugar del accidente, de destrucción de pruebas y de encubrimiento, otro tema que resonó a través del MSM.
Sin molestarse en informar a los lectores del desagradable fondo neonazi de Parubiy, el Post lo citó como testigo fiable declarando: «Va a ser difícil llevar a cabo una investigación completa con los objetos que han quitado, pero vamos a hacerlo lo mejor que podamos.»
En contraste con las afirmaciones de Parubiy, el régimen de Kiev en realidad tiene un terrible historial sobre decir la verdad o llevar a cabo investigaciones serias de crímenes contra los derechos humanos. Aún quedan interrogantes sobre la identidad de los francotiradores que el 20 de febrero dispararon contra la policía y los manifestantes en el Maidan, lo que desató una escalada de violencia que llevó a la destitución de Yanukovich. Además, el régimen de Kiev no ha logrado esclarecer los hechos sobre la muerte de los ucranianos de etnia rusa en el incendio del Edificio Sindical en Odessa el2 de mayo. [¨Manifestantes quemados vivos en Ucrania.»]
El régimen de Kiev también engañó a The New York Times (y al parecer al Departamento de Estado de EE.UU.) cuando difundió fotografías que supuestamente mostraban personal militar ruso dentro de Rusia y posteriormente se veían en el interior de Ucrania. Después de que el Departamento de Estado respaldó la «evidencia», The Times publicó esta historia el 21 de abril pero resultó que una de las fotos clave supuestamente tomadas en Rusia fue en realidad tomada en Ucrania, destruyendo la premisa de la historia. [«NYT se retracta de la primicia fotográfica ¨.] http://consortiumnews.com/2014/04/23/nyt-retracts-russian-photo-scoop/
Pero aquí estamos una vez más con el MSM apoyándose en afirmaciones no verificadas que está realizando el régimen de Kiev sobre algo tan sensible como si Rusia proporciona sofisticados misiles antiaéreos – capaces de derribar aviones civiles a gran altura – a los rebeldes mal entrenados del este de Ucrania.
Este cargo es tan grave que podría impulsar al mundo a una segunda Guerra Fría y posiblemente – si hay más de estos errores de cálculo – a una confrontación nuclear. Estos momentos exigen el máximo profesionalismo periodístico, especialmente el escepticismo hacia la propaganda partidaria sesgada.
Sin embargo, lo que los estadounidenses han vuelto a ver en los principales medios de noticias de Estados Unidos, liderados por The Washington Post y The New York Timeses la publicación de artículos inflamatorios basados en gran parte en funcionarios ucranianos poco fiables y en el Departamento de Estado de EE.UU, que fue un instigador principal de la crisis de Ucrania.
En el pasado reciente, este tipo de periodismo chapucero estadounidense ha conducido a matanzas masivas en Irak – y ha contribuido de cerca en las guerras estadounidenses contra Siria e Irán – pero ahora lo que está en juego es mucho más grande. Les parece muy divertido designar una variedad de ¨villanos¨ sobre los que amontonar desprecio, como Saddam Hussein, Bashar al-Assad, Ali Jamenei y ahora Vladimir Putin, pero este tipo de imprudencia está haciendo escorar el mundo hacia un momento muy peligroso, posiblemente su último momento.
http://consortiumnews.com/2014/07/20/what-did-us-spy-satellites-see-in-ukraine/