No parece que los japoneses y nikkei vayan a votar a la Michetti
Es vieja, pero actual.
Un sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial sucumbe ante lobby empresario en la Legislatura de la Ciudad
Por Silvia Valerga
«En 45 años de trabajo jamás tuvimos problemas y ahora nos dicen que nuestro sistema es tóxico», se lamenta Hyakulchi Higa, oriundo de Okinawa y propietario de una tintorería que debió cerrar a fines del año pasado, después que la Legislatura porteña aprobó la Ley 1727 que obliga a los tintoreros tradicionales a cambiar antes de 2015 su maquinaria por «la de tercera generación» que usa, importa y vende la firma 5 à sec, a un costo de unos 100 mil pesos.
Higa permanece ahora parado gran parte del día frente a las persianas bajas de lo que fue su tintorería, que garantizaba la excelencia en la limpieza, el planchado y la puntualidad. Ahora tiene tiempo para ver pasar los autos por la Avenida San Juan, pero su rostro es una estampa de la tristeza.
El tintorero japonés que nació en la isla de Okinawa en 1933 fue testigo cuando los civiles se suicidaban en masa ante la llegada de las tropas norteamericanas, sobre el final de la Segunda Guerra Mundial. Pero debió esperar hasta 1964 para decidirse a tomar un barco que luego de una larga ruta, parando en los puertos de Montevideo, finalmente arribó en Buenos Aires.
Por las dificultades con el idioma, los japoneses optaron por ser cuentapropistas y la tintorería fue un oficio que aprendieron rápidamente, pudiéndose instalar en aquella Argentina que abría sus puertas a los inmigrantes y les facilitaba los trámites para los emprendimientos productivos y comerciales.
Higa buscó en la colectividad una compañera, Hide, quién también había perdido a su familia en la Guerra. Se casaron y tuvieron dos hijos. Ella había llegado a esta Ciudad a los 8 años, en 1951, tenía el conocimiento del idioma y su trabajo en el mostrador resultó fundamental en todos estos años.
«Aquí un traje oscuro jamás se habría decolorado porque la técnica que utilizaban los japoneses a base de solvente era perfecta», calificó una vecina que se acercó a saludarlo.
A finales de año los inspectores de la Agencia de Protección Ambiental de la ciudad (APA) se lanzaron en una cacería imponiendo multas a cerca de 250 tintorerías pequeñas, con el objetivo de hacer cumplir la flamante Ley sancionada, que según describió el abogado defensor de muchas tintorerías, Luis Iraha, favorece a la empresa 5 à sec, que preside Silvina Michetti, hermana de la entonces vice Jefa de Gobierno, Gabriela Michetti.
Pero la presidenta de la cadena de tintorerías de origen estadounidense desvinculó del lobby a su hermana y dijo que «como cualquier empresaria» recorrió los pasillos y se abrió las puertas solita para imponer la ley denunciada como monopólica.
El abogado Iraha sostuvo que los análisis realizados por Esso Argentina dieron un grado de toxicidad de 0.01. Sin embargo, la supuesta toxicidad del solvente de las tintorerías tradicionales fue el principal motivo para imponer multas por parte de los agentes de APA.
(Publicado en Desde Boedo Nº 92 Marzo 2010)
Un video impagable acá.