Operativo Independencia: Más que guerra, hubo exterminio

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Tal como lo recibí de Andhes… que no sé bien qué es. Recuerdo el testimonio del soldado Jerez acerca del exterminio de toda una familia de «originarios» previa violación de sus mujeres y niñas, por la simple sospecha de que podían haber tenido contacto con los «terrucos».



No hubo guerra, hubo genocidio, terrorismo de Estado
La identificación de los restos del ex senador provincial, Guillermo Vargas Aignasse en el «Pozo de Vargas», la identificación de los restos de Juan Carlos Aguirre, inhumado como NN en el cementerio del Norte y el hallazgo de, al menos, 15 cuerpos en una fosa común ubicada en el ex Centro Clandestino de Detención, Arsenal Miguel de Azcuénaga, confirman con pruebas claras e irrefutables lo que hace años sostenemos desde amplios sectores del pueblo: en la Argentina no hubo ninguna guerra, sino un genocidio perpetrado desde el aparato del Estado. 

Bussi. Asesino, cobarde y mentiroso, fue elegido gobernador. 
 Tras años de investigación para la ubicación de fosas comunes, y de un minucioso trabajo del Colectivo de Arqueología Memoria e Identidad de Tucumán (CAMIT) en el Pozo de Vargas, el cotejo de restos óseos llevado a cabo por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) concluyó que, con un 99% de certeza, restos hallados en esa fosa común pertenecen al ex senador provincial Guillermo Vargas Aignasse.  
Los juicios desarrollados a lo largo de estos años han permitido ir probando acabadamente el plan sistemático de exterminio en manos del Estado que tuvo lugar en la Argentina durante la última dictadura militar, y en Tucumán particularmente a partir del «Operativo Independencia» iniciado un año antes del Golpe de Estado.
El avance en los trabajos de investigación en fosas comunes en nuestra provincia, y la consecuente identificación de restos de personas desaparecidas durante los años de plomo en dichas fosas, traen a la luz más elementos en el mismo sentido, siendo un paso más en la reconstrucción de la memoria histórica que como pueblo, como país y como democracia necesitamos.   
El objetivo de la dictadura fue imponer un plan económico, político y cultural en perjuicio de las mayorías sociales.  Este verdadero plan criminal, sistemático y clandestino, tuvo como finalidad aniquilar a todo oponente al «Proceso de Reorganización Nacional». Esto fue reconocido en el juicio por la causa ‘Vargas Aignasse’ por el represor Luis Alberto Cattáneo quien declaró sobre la existencia y confección de las llamadas «listas negras». Documentación que fuera sustraída del Departamento de Inteligencia de la policía de Tucumán y aportada por un testigo, durante el juicio por el ex Centro Clandestino de Detención Jefatura de Policía, confirmó sin eufemismos el contenido de esas listas negras.
Cuando al genocida Antonio Domingo Bussi, en el juicio por la causa ‘Vargas Aignasse’, se le preguntó si puso en conocimiento a algún juez la orden de detención del ex Senador, contestó que «en la guerra no hay allanamientos, sino golpes sobre guaridas y trincheras encubiertas como domicilios particulares. Yo podía ordenar la detención de cualquier persona bajo sospecha cierta sin autorización judicial, y en la guerra no hay detenciones, sino capturas». En sus declaraciones sostuvo también que había «cientos de lugares de detención», «tantos como eran necesarios».
Todos estos secuestros –que incluían torturas, en todos los casos, y desapariciones o asesinatos la mayoría de las veces- se realizaban fuera de toda ley, de cualquier posibilidad de defensa y basado solamente en la voluntad de las fuerzas represivas.
En el país desaparecieron aproximadamente a 30.000 personas (mujeres, hombres, ancianos, jóvenes y niños). Cerca de 2.000 desaparecieron sólo en Tucumán. Además, se asesinó, torturó y privó ilegalmente de la libertad a miles de personas más. 500 niños fueron apropiados y entregados, muchos de ellos, a los mismos asesinos de sus padres. Hubo saqueos de bienes, extorsión, persecuciones políticas, exilio forzoso, censura. Y ahora se comprueba, fehacientemente, el uso de fosas comunes donde se echaba a los opositores al régimen asesinados. Entonces, cabe más que nunca la pregunta: ¿de qué guerra hablan?


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