TORTURAS. El jefe de la CIA reconoció tácitamente que la compañía las aplicó y «abominables» a partir del 11-S
Al defenderse de un lapidario informe del Senado en una rueda de prensa
Actual jefe de la CIA reconoció tácitamente que la compañía aplicó «abominables» torturas
Abrió la conferencia de prensa volviendo a relatar los horrores de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y subrayando la determinación de la CIA para evitar nuevos ataques como el hecho de que, dijo, agentes de «la compañía» fueran los primeros en morir en la guerra de Afganistán.
Brennan se negó en todo momento a definir como torturas las prácticas denunciadas por el informe, incluyendo asfixia simulada, privación del sueño, alimentación por el recto y amenazas de muerte, y en cambio se refirió siempre a ellas por su nombre formal y eufemístico de «técnicas de interrogatorio mejoradas».
Las declaraciones formaron parte de una embestida de la CIA y de ex directores de la agencia para desacreditar el informe de la Comisión de Inteligencia del Senado, que destapó los aspectos más oscuros de un programa de detención e interrogatorios aprobado por el gobierno del ex presidente republicano George W. Bush.
El jefe de la CIA dijo que la inmensa mayoría de las técnicas usadas hasta que el programa fue prohibido por el presidente demócrata Barack Obama, en 2009, eran «legales» en ese momento, aunque también admitió que en algunos casos hubo prácticas «no autorizadas» y «abominables», informó la agencia de noticias EFE.
Sin embargo, Brennan hizo hincapié en que la CIA «hizo muchas cosas bien» en un momento en que no había «respuestas fáciles».
El informe del Senado no pide enjuiciar a los responsables de las torturas, y el Departamento de Justicia ya adelantó que no tiene interés en abrir una investigación criminal.
Pero el riesgo para los torturadores y sus superiores quedó ayer patente luego de que la ONU exigiera a Estados Unidos llevar ante la Justicia a los culpables y de que grupos de derechos humanos urgieran a detener a ex funcionarios de la CIA y de la administración Bush en caso de que viajen al extranjero.
Funcionarios y ex funcionarios de la CIA rechazaron ayer el informe, al que presentaron como una jugada política de senadores demócratas para manchar un programa que, según su visión, permitió evitar atentados y salvar vidas de estadounidenses.
Es un «estudio unilateral arruinado por errores» y «esencialmente, un ataque partidario y pobremente realizado contra la agencia que dio todo de sí para proteger a Estados Unidos», dijeron los ex directores de la CIA George Tenet, Porter Goss y Michael Hayden en un artículo publicado ayer en el diario Wall Street Journal.
El vicepresidente de Bush, Dick Cheney, también criticó el informe, diciendo, sin pelos en la lengua, que estaba «lleno de mierda».
En una entrevista con la cadena de noticias Fox, Cheney dijo que el enfoque de la CIA para interrogar a presuntos islamistas radicales fue necesario tras los ataques del 11-S, y que las personas que lo pusieron en práctica cumplieron con su deber.
«Pedimos a la agencia medidas para implementar programas diseñados para capturar a los bastardos que mataron a 3.000 de nosotros el 11-S y asegurarnos que no sucediera otra vez, y eso es exactamente lo que hicieron, y merecen mucho crédito», dijo, «no la condena que están recibiendo de los demócratas del Senado».
En su conferencia de prensa, Brennan dijo que muchos de los detenidos que fueron interrogados facilitaron información de inteligencia «útil y valiosa», pero puntualizó que es imposible saber si fue por el hecho de haber sido sometidos a esos métodos de interrogatorio.
Brennan sí sostuvo que información facilitada por esos detenidos «fue usada» en la operación que permitió localizar y acabar con la vida del entonces líder de Al Qaeda, Osama Ben Laden, en Pakistán en 2011, algo que pone en duda el informe del Senado.
Asimismo, el jefe de la CIA señaló que apoya «totalmente» la decisión de Obama de prohibir esas técnicas de interrogatorio nada más llegar a la Casa Blanca.
Obama reconoció esta semana que esas prácticas «hicieron un daño significativo a la imagen de Estados Unidos en el mundo».
«Ningún país es perfecto. Pero una de las fortalezas que hacen excepcional a esta nación es nuestra voluntad de confrontar nuestro pasado abiertamente, afrontar nuestras imperfecciones, corregirlas y hacerlo mejor en el futuro», reflexionó el mandatario.
Ayer, países que son frecuente blanco de críticas de Washington, como China, Irán y Corea del Norte, fustigaron a Estados Unidos por las torturas de la CIA.
Hoy, Rusia calificó el informe de «impactante» y pidió presión internacional para forzar a Washington a difundir detalles aún clasificados sobre violaciones a los derechos humanos como parte de la «guerra contra el terrorismo» lanzada por Bush.
Rusia, que siempre ha cuestionado lo que ve como incesantes esfuerzos de Estados Unidos de darle lecciones sobre derechos humanos, aprovechó el informe para subrayar que el ex enemigo del Kremlin durante la Guerra Fría y sus aliados no son ningún modelo de democracia.
«Los datos publicados son la prueba más reciente de las crudas y sistemáticas violaciones de los derechos humanos por parte de las autoridades de Estados Unidos», dijo el representante de la Cancillería rusa para los derechos humanos, Konstantin Dolgov, en referencia al informe del Senado norteamericano.
«Tal estado de cosas no encaja con las reivindicaciones de Estados Unidos del título de ‘modelo de democracia’. Esto está lejos de la realidad», agregó Dolgov.