Lucas Carrasco arremete contra Pimpinela Scioli

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Pendenciero Carrasco. Se toma al gobernador bonaerense para el churrete.
Lucas Carraso escribió una columna muy crítica de Scioli para Crónica, que no la publicó (aunque parece que ahora si). Entonces Lucas, la publicó en su blog, República Unida de la Soja. Aunque más no fuere por la definición de Reutemann como «la gran esperanza parca», valdría la pena. A continuación, el texto de Lucas. Con su presentación, y una adenda:
La columna censurada en Crónica
Hoy, en la página 3 donde me censuraron la columna, el diario Crónica publica una hagiografía de Scioli, sin firma, los datos mostrados por Scioli en power point y el textual enviado por la prensa de Scioli de lo que su criterio fue la conferencia de prensa de ayer. Los motivos de la censura son obvios, basta leer lo que mandé:
 
Scioli y Los Pimpinela
Esta semana, bah, las últimas 48 hs, tuvieron, hiperactivos, a los celebradores de desgracias propias en vilo: de pronto, todas las esperanzas que habían, la semana pasada nomás, puesto en Hugo Moyano y se vieron frustradas por imperio de la realidad, pasaban a revivir con Scioli, Gobernador de la provincia de Buenos Aires, de quien se esperaban, por alguna razón cósmica, que emergiera rompiendo el kirchnerismo desde el interior del kirchnerismo. Resultó una estrella fugaz. Un estrellado fugaz.
La prensa comercial de derecha, verdadera militancia rentada contra Cristina, vivió una efervecencia que se vio frustrada rápidamente. Cada vez, las nuevas esperanzas blancas, les duran menos. Con la candidatura presidencial de Reutemann -¿quién se acuerda, ya?- estuvieron casi dos años. Con  que vuelve Duhalde, un año. Con que Binner se alía con Alfonsín, medio año. Con que Moyano pone las cosas en su lugar, una semana- Con que Scioli se muestra firme en las decisiones que no toma, dos días.
El Intendente de Lanús, Darío Díaz Pérez, contó que «a Scioli le hablás de política y te sale con Los Pimpinela». En el muy patricio y serio y de gente bien diario La Nación, donde cada solemne necrológica es un lector menos, Lucía Galán, sublíder de Los Pimpinela, contestó que «de política no hablan». Agregó que Scioli hace sobreprecios en las contrataciones de cantantes populares de la nueva ola de los años 70 y que el país no estaba preparado para escuchar su opinión política. La de Lucía Belén. El país, la verdad, no le dio ni bola.
Para completar el menú, Scioli, destacado segundo, incorporó a otro sublíder: Jorge Telerman, que sacó un 1% en las últimas elecciones para intendente porteño. Se suma así a un viejo enemigovio, Alberto Fernández, otro con gran vocación de ser segundo. De este modo, la agrupación Juan Domingo Pimpinela ya tiene un montón (bueno, tres: Telerman, Alberto y Moyano) de precandidatos a vicepresidente. Les falta un candidato a presidente.
En el relato de Scioli, la estrella fugaz, ampliamente publicitado por el Partido de la Histeria que es hoy el Grupo Clarín y sus satélites, la Vía Láctea es un corredor de diálogo y consenso. Así que Scioli, por supuesto, se mostró autónomo a la hora de no hacer nada mientras había una huelga de trabajadores que cobran su aguinaldo en cuatro cuotas, por que Scioli, se entiende, es un tiempista de la nueva política. En cuatro cuotas, el tiempismo.
En una extensa conferencia de prensa donde Scioli, con amabilidad republicana, no dijo nada en concreto, se evaporaron las esperanzas de la derecha histérica. Pusieron a trabajar al Licenciado en Excusas para que les relate que Scioli no tiene la culpa de los problemas que genera ser gobernador de la provincia más grande en los entretiempos de los partidos de fútbol que juega con los opositores internos a Cristina. Por que con el resto, la oposición externa, no pasa nada. El kirchnerismo, a esta altura, debería ser un deporte olímpico. Porque ignora olímpicamente a la oposición.
Una cosa, es el relato, donde Scioli es dialoguista, consensual, firme y decidido. Otra, qué pena, la realidad: donde no se paga en tiempo y forma el aguinaldo. En ambos planos, Scioli se esmera en diferenciarse de Cristina. Claro que le pide a la Presidenta que le financie su relato, y de paso, que la Presidenta se encargue de cobrarle impuestos a los más ricos.
Ahí, en la encrucijada de un relato que hace agua y una realidad inundada, radica la debilidad de Scioli: se muestra como un buen gestor de sus dudas. Traducido por el Licenciado en Excusas del Grupo Clarín como un tiempista.
Sí, Reutemann también era un gran tiempista. Se perdió todos los bondis que debía tomar para ser la gran esperanza parca.
El problema de los políticos hechos con moldes publicitarios es la realidad. En el relato, la pasan fenómeno.
Scioli contó, en una conferencia de prensa donde se encargó, a pesar de no decir nada sustancial, de defraudar, por eso mismo, a todos, que estuvo conversando con la Presidenta para tratar de solucionar los problemas que él crea.
Del lado de afuera del kirchnerismo están, sí que muy excitadas, las corporaciones económicas que le piden a Scioli que rompa todo. A Scioli o a cualquiera que pase por la calle caminando. Están desesperados. Inquietos. Amargados. Frustrados. Scioli, con su habitual nadería, se encargó de decepcionarlos.
Pero mantuvo un expectante silencio de 48 horas. Los silencios, para las corporaciones opuestas a Cristina, en especial la Sociedad Rural y el Grupo Clarín, son a esta altura, esperanzas. Los silencios…con qué poca cosa se contentan los otrora mandamases de este país.
Y todo quedó, políticamente, en la nada.
Scioli perdió confianza en el kirchnerismo, pero sumó a Telerman. Los trabajadores estatales cobrarán su aguinaldo fragmentado -el tiempismo viene en 4 cuotas- y la economía de la provincia más grande del país no tiene políticas contracíclicas en plena recesión mundial y crisis internacional.
El futbolero, líder de la agrupación La Pimpinela, podrá mantener sus esperanzas de ser sublíder de la Argentina, capaz candidato a Presidente, en la medida en que al país, conducido por Cristina, le vaya bien y lo salve de sus desaciertos.
O sea, todo igual que ayer.
Pero un poco menos.
Para Scioli.
Crónica dio marcha atrás
Con sus malos modales, pero es un asunto menor, Crónica adujo un error, y lo que habitualmente sale en la página más importante del diario desde que ingresé al mismo, resulta que no salió «por un error» que, bueno, resultó en que salió, con exactitud, lo contrario. Una conmovedora defensa de Scioli en vez de la polémica crítica a Scioli. Conmovedor y polémico.
Hace exactamente una hora subí, lo que censuraron en la edición impresa, a este blog. Y lo conté en Twitter y Facebook. Posición rara, por que, al pegarle a Clarín y La Nación en la misma nota y defender a CFK, los bandidos de esos grupos económicos, Clarín y La Nación, no podían usarme. Últimamente, las cosas, se dan así. Retrocedieron. Bienvenido sea.
Mañana, entonces, se publica la columna. No paro de ganar amigos.
Los quiero a todos.
Y dicho sea de paso, Scioli, vos, como dicen hoy en Clarín y La Nación y sus satélites, sos un completo boludo. No tenés la culpa de nada. Ja.
Lucas

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