Domingo 22: Nuevamente La Nación, en un artículo más extenso titulado «Muchas dudas y pocas certezas en la pesquisa» insiste en que no hay cráter puesto «que ninguno de sus cronistas – casi una docena – pudieron encontrar el cráter que según Manzano, provocó la explosión…».
*******
La revista Gente salió el jueves 19 de marzo, es decir estuvo en los kioskos en la tarde del miércoles. Lo que quiere decir que la siguiente crónica (de la que se ofrece un extracto) se hizo en el mismo día, como si fuera para un diario.
¿Qué pasó? ¿Por qué? ¿Quién fue?
Por José Antonio Díaz
«Itzhak Shefi se apresuró en afirmar la teoría del coche-bomba apenas una hora y media después del atentado. Tenía el rostro desencajado y casi sollozaba. José Luis Manzano y Jorge Passero ya estaban frente al impresionante boquete a que quedó reducido el frente de la Embajada de Israel y miraban al embajador con estupor, preguntando con la mirada. Eran aproximadamente las 16.10.
«Shefi había sido alertado (…) por el personal de la propia representación diplomática. Se retiró a las 13.30 anunciando que no regresaría. Ni siquiera para participar en los postres de un almuerzo que se había ofrecido en la sede de Arroyo 916 a tres enviados importantes (…) Los invitados abandonaron el edificio de la embajada a las 14.30., unos 15 minutos antes del feroz estallido.
«Shefi (…) indicaba un rato después, en medio del derrumbe, a un viejo coche completamente chamuscado, que virtualmente reventó. el ministro del Interior y el jefe de la Policía Federal se asombraron ante esa casi instantánea versión.
(…) Lo primero que hizo Passero fue convocar (…) a los especialistas de la Brigada de Explosivos. Les reclamó que formularan una primera impresión; dónde se hallaba el foco del estallido, si dentro o fuera del edificio de la embajada (…) La respuesta de los peritos no demoró mucho (…) El cráter causado por la explosión estaba en el interior de la embajada, a unos 12 metros de la acera. Presuntamente el efecto expansivo de un coche-bomba hecho detonar frente a la casa no podría ‘agujerear’ de tal modo el interior de la sede.
«A partir de entonces, las dos hipótesis empezaron a circular por las redacciones. Aunque Menem -casi, casi- se inclinó por una durante la conferencia de prensa convocada el mismo martes en la Casa de Gobierno, rodeado por miembros de su gabinete: ‘… Hay que ser muy cautos. Algunos piensan que fue un coche-bomba. Otros que la explosión fue adentro. No quiero decir nada en firme, es una mera suposición, pero la embajada estaba con trabajos de refacción últimamente, puede ser que entre ese material ingresado se hayan filtrado 20 o 40 kilos de explosivos…’.
«(…) hombres de inteligencia de la Policía Federal intentaban demostrar que nada se sabrá sobre los autores y móviles del atentado: ‘Los autores son conocidos y si quieren los pueden capturar. Son argentinos, nazis, vinculados a una campaña internacional de atentados terroristas, bajo las órdenes del extranjero; cobraron 250 mil dólares y usaron entre 25 y 30 kilos de gelamón’. Otros hablan de trotyl y de otros nombres y siglas. Algunos hacen trepar la cifra de 30 a 300 kilos de explosivo plástico.»
Además de la nota de Díaz, esa edición de GENTE también tuvo otra de Pablo Vaca, hijo del entonces senador Eduardo Vaca.
Crónica de una tarde de muerte, pág. 18-19
«Los aprendices de espía empezaron a conjeturar. ‘Fueron dos autobombas’, decían. ‘el explosivo entró en bolsas de cemento porque estaban haciendo reparaciones en la embajada’, se contradecían. ‘Había 500 kilos de trotyl’, agregaban. ‘Todo pasó porque había dos políticos del Likud, el partido conservador israelí, uno había participado en la Conferencia de Paz de Madrid y el otro es el encargado de la política de asentamientos de Gaza y Cisjordania. Estuvieron almorzando y se fueron de la embajada a las 14.30’, explicaron.
«Un rumor casi paranoico ganó a los periodistas que esperaban (en el hospital Argerich): ‘Se dijo que hoy cerca de las 13.30 el embajador decidió no ir a la embajada por la tarde ¿Por qué?
…………………….
Clarín, miércoles 18 de marzo de 1992
Tapa: VOLARON LA EMBAJADA ISRAELI. Fue un auto bomba que dejó un cráter de un metro y medio de diámetro (?)
Seis muertos y casi 200 heridos / A pedido de Menem llegan hoy agentes del servicio secreto de Israel y de la CIA para investigar / Menem sugirió que los terroristas tuvieron apoyo local
Cuerpo central, pág. 3, «Volaron la Embajada de Israel. Hay 6 muertos»
Un auto bomba cargado con explosivos plásticos fue detonado ayer por la tarde frente a la Embajada de Israel… (copete)
El atentado se cometió mediante la colocación de un auto bomba frente a la sede diplomática, cargado presumiblemente con explosivos plásticos que al detonar dejaron un cráter de un metro y medio de diámetro sobre el pavimento.
(…) Para el canciller israelí, David Levy, ‘a los autores hay que buscarlos en las ramificaciones del eje Teherán-Damasco’, aunque sin demasiadas precisiones. «Irán, enemigo declarado del proceso de paz, ayuda a los terroristas. Y siria cubre sus actividades en las zonas que controla en el Líbano». Levy relacionó el ataque con «el atentado en que el pasado 7 de marzo murió un diplomático israelí en Ankara (Turquía) y que fuera organizado por el grupo integrista islámico proiraní Hezbollah». Aquí, la versión israelí.
Pág. 2, recuadro. «Cómo fue el atentado»
Anoche fuentes del gobierno confirmaron que de las pericias preliminares surgía una primera evidencia: frente a la Embajada israelí había explotado un auto bomba, dejando como huella estremecedora un cráter de metro y medio de diámetro (… ) Algunos testigos dijeron que el automóvil, un viejo Valiant, estaba colocado en la vereda opuesta (…) De acuerdo con la forma en que se derrumbó el edificio -alguien lo igualó con la destrucción del albergue Warnes- se hizo fuerte la teoría sostenida incluso por el jefe de Policía, comisario Passero, de que la explosión se produjo adentro (quizá) en el garage del subsuelo o en las cloacas de la Embajada. Según un cable de la agencia alemana DPA, el jefe de seguridad de la embajada israelí habría confirmado que los explosivos estallaron dentro de la sede diplomática…».
Recuadro, pág. 3, «Menem pidió la colaboración de la CIA»
«Dijo (Menem) que, en el curso de la reunión que acababa de tener minutos antes con representantes de las organizaciones judías de la Argentina, se señaló que en los últimos tiempos, la realización de refacciones en el interior de a Embajada obligó al ‘ingreso de gran cantidad de material’ lo que ‘podría haber aflojado la vigilancia’ como una manera de explicar la hipótesis de una bomba colocada dentro del edificio».
Clarín, jueves 19 de marzo
Tapa: Adjudican la voladura a un argentino suicida (sic). La Jihad Islámica se hizo cargo del ataque emn un comunicad difundido e Beirut y dijo que lo llevó a cabo, en misión suicida, un «combatiente» argentino convertido al islamismo / Israel afirma que aún no le consta que ese grupo sea el responsable / Insiste en que tomará represalias
Recuadro de tapa: Cómo era el coche bomba. Expertos policiales afirman que la bomba estaba dentro de una pick-up Ford / El block fue hallado, partido, a 60 metros; el alternador voló hasta un octavo piso, y el burro de arranque cayó a una cuadra.
Página 2. Nota central. «Afirman que un argentino musulmán detonó el coche bomba en la embajada».
Copete: «El presidente Carlos Menem y el ministro del Interior, José Luis Manzano, admitieron que el ataque fue obra de ‘terroristas proiraníes».
Cuerpo de la nota: Menem dice que el ataque es «obra de terroristas pro-iraníes con apoyo logístico desde la Argentina». Manzano, que «se utilizaron cien kilos de explosivos, en una mezcla de pentrita y trotyl, potenciados con elementos sólidos para confirmar una bomba de fragmentación, colocada en el interior de un Ford Fairlane estacionado frente a la Embajada», es decir, sin chofer suicida.
Manzano agregó que el estallido había dejado «un cráter de tres metros por dos y un metro setenta centímetros de profundidad» (sic) y se plegó a la hipótesis israelí de los autores eran «terroristas internacionales que han actuado hace unos doce días en Turquía y ayer (por el martes) en Israel y acá en la Argentina».
Pág, 8. «Ola de amenazas»
Una oleada de amenazas a través de llamadas telefónicas llegó ayer a varias dependencias públicas e instituciones, entre ellas a la Corte suprema de Justicia (…) También se recibió una amenaza en la sede de los tribunales de Quilmes (y en) a diversas instituciones islámicas (entre ellas) el Centro Islámico y el Cub Sirio.
Pág. 9. «Llegan investigadores del servicio secreto israelí»
«… en relación con el accionar planteado en el comunicado de Jihad Islámica, parecía crecer el consenso alrededor del método del coche bomba. Se desecha en cambio la afirmación de Jihad sobre la causa inmediata del atentado –la venganza por la muerte del líder del grupo Hezbolá Abu Mussawi– porque esa muerte se produjo hace un mes y se considera que el atentado del martes exigió una preparación de varios meses.
«(…) No se descarta el apoyo logístico de un grupo ocal, que se podría haber logrado mucho más por interés económico que por afinidad ideológica (…) se habla (…) de ‘mano de obra desocupada’, tal vez ex agentes de inteligencia o parapoliciales de la época del Proceso.»
Pág. 10-11. «Sepultaron en Tablada a una de las víctimas y llevan a otras dos a Israel».
«Alguien (…) llamó minutos después al cementerio de La Tablada para decir que allí había una bomba. Fue a las cinco y media de la tarde, cuando había concluido el entierro de Beatriz Berestein. Los periodistas ya se estaban yendo, solo quedaban los muertos.»
Página 12. Exclusivo: Revelaciones de expertos de la Policía Federal. Parte del coche voló hasta un 8º piso. Por Enrique Medot.
Copete: «Expertos de la Policía Federal confirmaron que en el atentado contra la Embajada de Israel se utilizó un auto bomba y descartaron la hipótesis de una explosión en el interior del edificio (…) Los especialistas creen en la inmolación del terrorista. De todas formas, sostienen, será difícil probar la hipótesis de que hubo un comando suicida porque ‘en una explosión de este tipo no quedan huellas humanas’. Los expertos dicen que el auto bomba había sido estacionado frente al 916 de la calle Arroyo. Una muestra del poder de los explosivos quedo reflejado en el cráter de tres metros por dos con una profundidad de cuarenta centímetros» (sic)
Cuerpo de la nota: «¿Y por qué los expertos piensan que el autor del atentado se inmoló? Es simple: sostienen que es casi imposible estacionar una camioneta frente a una embajada severamente custodiada como la israelí, bajar, desplazarse al menos unos cien metros para ponerse a salvo y accionar el detonador con un control remoto observando el objetivo».
Pág. 14. «Marcha de repudio de la colectividad»
«… la DAIA denunció ayer que ‘hubo llamados anónimos con amenazas de bomba en varias instituciones judías del interior y de la capital’. El prosecretario Luis Comisarenco dijo que se recibieron amenazas en Mendoza, en Moisésville y, en cuatro oportunidades, en la Asociación Hebraica.
Pág. 16. «El gobierno israelí promete venganza»
«… Siria e Israel rechazaron ‘categóricamente’ cualquier vinculación con los hechos (…) Tanto Siria como Irán, países a los que Israel involucró directamente en el atentado a su embajada en Buenos Aires, desmintieron su participación en lo sucedido el martes. En un comunicado difundido por su sede diplomática en esta capital, Irán manifestó su ‘sorpresa’ y ‘lamentó los intentos de algunos altos funcionarios argentinos que relacionaron a esa nación islámica con la explosión. La declaración iraní agregó que ‘lamenta’ lo sucedido y expresó sus condolencias.
La Nación, miércoles 18 de marzo
Tapa: Seis muertos y 135 heridos por una explosión en la embajada de Israel.
Bajada: Se presume que la detonación pudo haber sido causada por un auto bomba; Menem acusó a resabios nazis y carapintadas…
Pág. 13. «Por poco». Montevideo, 17 (EFE). El embajador de Israel e el Uruguay, Abraham Toledo, abandonó la embajada israelí en Buenos Aires quince minutos antes de la explosión…».
Pág. 14. «El Presidente responsabilizó a sectores fundamentalistas»
«‘No va quedar ningún cable suelto en esta investigación’, aseguró el primer mandatario.
(…) Preguntado si los carapintadas podrían ser los responsables, respondió: «Yo supongo que si, por todas las informaciones que uno recibe. Supongo, inclusive. Que de algún lugar de detención estos forajidos se siguen movilizando de esta forma».(…) Según expresó el Presidente, los investigadores trabajan sobre tres hipótesis. «Una, que el atentado se hizo desde adentro de la embajada; otra que fue desde afuera, con un coche bomba, y la restante que fueron tres detonaciones en cadena».
Pág. 14. «Macabros testimonios del horror», por Juan Carlos Larrarte
«La hipótesis de un atentado con un coche bomba fue la primera en manejarse en el lugar. ‘Tiene que haber contenido mucho explosivo y del tipo plástico’, se le escuchó opinar a un policía de civil.
(…) en medio de la confusión (el comisario Meni Battaglia, de la seccional 15ª, dónde se encontraba la embajada) ser acercó a un joven bajo, con ojos claros, que presentaba un corte en la oreja derecha y usaba una cadenita con la estrella de David en el cuello y le preguntó acerca del hecho. ‘Fue una implosión y la onda expansiva fue para adentro. Quedé colgado de una saliente del muro y así me salvé’ fue la respuesta de quien luego fue identificado por otros miembros de la embajada como Alberto Chabrán, que estarían afectado al área de seguridad. Alguien deslizó que el joven pertenecería al Shin Bet, el servicio de contrainteligencia israelí.
Pág. 18. «Misterios del día en que el terror conmovió Buenos Aires», por Carlos Reymundo Roberts.
«La plana mayor de la misión –incluido el embajador– había salido a almorzar, la mayoría a un restaurante ubicado a unos cientos de metros de allí. Aún no habían regresado cuando se produjo el estallido.
(…) Minutos antes del mediodía se realizó una reunión en la embajada con parte del personal destinado allí para analizar un solo tema: la seguridad (en realidad, estaba programada una reunión del personal del Shin Bet de todas las embajadas israelíes en Suramérica, pero a último momento sus organizadores decidieron trasladarla al Sheraton, argumentando que los participantes eran demasiados como para estar cómodos en la embajada, reveló años después el canciller Guido di Tella a La Nación)
«Hay un dato más: una delegación de ciudadanos israelíes que visita la ciudad, había comentado a la mañana en la agencia de turismo que organizó el viaje que acababan de hablar por teléfono con familiares en Israel, quienes les dijeron que allí se rumoreaba la posibilidad de que ayer se produjesen atentados contra bienes judíos ‘en algún lugar del mundo'».
«¿Sabe qué fue lo que más me indignó? Aparecieron unos muchachos y entonces yo les pedí que me ayudasen a evacuar a los heridos, pero no me hicieron caso. Los muy atorrantes estaban robando las cosas que estaban en el piso. ¡Rateros h… de p…!
Pág. 19. «Fuerte efecto de la onda expansiva en toda la zona vecina al estallido», por Germán Sopeña.
«Curiosamente, no sufrió mayores daños el flamante edificio del hotel Hyatt, a 150 metros del lugar, listo para ser inagurado la semana próxima y que salvó intactas todas sus ventanas principales. Gracias a la orientación de su fachada, todas las ventanas apuntan a una dirección sobre la cual no actuó directamente la onda expansiva».
La Nación, viernes 27 de marzo, Juan Carlos Larrarte
El cráter, sólo fue visible a partir del 26 de marzo, nueve días después del ataque cuando «fue despejado el sector donde se presume que estuvo el vehículo. En el lugar, un pozo de dos metros de diámetro, cubierto de agua, está en un sitio que antes permanecía tapado por los escombros».
* Falsura: falsedad en bable, el habla de los asturianos (y también en galego), como lo hablaba mi querida madrina, María Consuelo de Méndez y Méndez, que era de Ortiguera, Asturias, junto a Galicia.