
ASIGNACION UNIVERSAL POR HIJO
La revolución en motoneta
Por Juan Salinas / Caras y Caretas
La asignación universal por hijo ha sido la medida más “revolucionaria” en más de medio siglo de historia nacional, coinciden educadores y políticos. La recurrencia a tan resonante palabra ilustra el salto que supuso para los hogares humildes su implementación, sobre todo, en combinación con los planes Argentina Trabaja (PAT).
“Pensá que un changarín desocupado con cinco hijos que antes no tenía nada, o que tenía apenas un Plan Trabajar, tiene ahora un ingreso mensual asegurado de casi 2.500 pesos”, razona Francisco “Barba” Gutiérrez, intendente de Quilmes y a la vez miembro del secretariado nacional de la Unión Obrera Metalúrgica. “No es que se haya hecho rico, claro, pero en relación a la situación en la que estaba ha pasado de la más negra de las noches a la luz del día”, señala. “La gente está contenta, hay más consumo, sobre todo de alimentos, es un plan de inclusión muy fuerte”, describe. Y ante la falta de estadísticas precisas, apunta que durante agosto entregó 20 mil libretas sanitarias, y que lleva entregadas más de 40 mil sobre un total de más cien mil pibes en edad escolar que viven en el partido.
“El impacto mayor se registra en la escuela secundaria y es perceptible a simple vista: mientras en los años anteriores la principal preocupación de los pibes era tener buenas zapatillas y el mejor celular, hoy muchísimos se compraron una moto de baja cilindrada o están por comprarla. Y es que los fabricantes las dan prácticamente a sola firma, con un anticipo mínimo. Y con los pesitos de la asignación o los que puedan darle sus padres, que están más aliviados, los muchachos se animan. Y es que tener un medio de movilidad les cambia la vida”, destaca Fabián Rodríguez, editor del respetado blog Conurbanos, acaso el que medio que más atención le dispensa a la problemática del Gran Buenos Aires, ese anillo “suburbano” de la ciudadela portuaria que constituye la región más poblada del país.
Golazo. Luego de calcular que una familia de desocupados con cinco hijos (el tope para percibir la AUH por cada uno) ha más que sextuplicado sus ingresos, Fabián dice que “la asignación es un golazo. Es una medida revolucionaria –enfatiza–, y para mensurarla bastaría ver cuánto han aumentado las ventas los chinos y los pequeños almacenes de barrio. Es la primera de política universal que se implementa desde los viejos gobiernos peronistas. Es una paradoja que haya sido largamente resistida por los Kirchner, y que se vea ahora que muy posiblemente sea la base sobre la cual puedan conseguir una nueva victoria electoral. Porque hay que recordar que eran Alicia Kirchner y también Cristina quienes más se oponían a implementarla. Y es que Alicia ha estudiado mucho pero viene de Flacso (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), dónde siempre se priorizan las políticas focalizadas a las universales. Recuerdo que hace cuatro años ella fue muy crítica con el plan de bolsas familiares lanzado por Lula, plan que también redujo sensiblemente la pobreza y la indigencia en Brasil. Y es que Flacso es una bolsa, pero de prejuicios sobre nosotros, los orilleros”.
«El Conu» Fabián agrega que esos prejuicios quedan a la vista cuando se habla de “subsidios” en lugar de lo que la AUH verdaderamente es, “una transferencia de recursos”.
“Es una paradoja que la AUH fuera propuesta por la CTA y… por Elisa Carrió, que ahora está en cualquiera. Y que se haya necesitado que el Gobierno fuera derrotado en las urnas para que recapacitara y comenzar a entender cómo funciona el Conurbano”, continúa. “Sobre todo porque a lo largo y ancho del país tiene su fuerte en la obra pública, la política universal por excelencia. Pero bueno, bien está lo que bien acaba”, concluye Fabián, que sabe de qué va la cosa por experiencia directa, ya que a pesar de que su blog se ha convertido en un órgano de consulta de quienes hacen política en el Gran Buenos Aires, se gana la vida como profesor de escuelas secundarias. Al respecto, dice que quienes aseguran que la matrícula aumento un 20 por ciento exageran (arman esa cifra con el regreso de los repetidores y todo el universo de quienes están o estaban en “situación de vulnerabilidad escolar”) ya que si fuera así no habría materialmente dónde dar clases, pero agrega que sin duda se ha de haber incrementado en alrededor del 9 por ciento “lo que es muchísimo ya que no quedan prácticamente pibes afuera”.
Ahora, más capacitación docente
“Es la medida más revolucionaria que tuvimos en los últimos años, en todo sentido”, define Edgardo Costas, miembro del consejo directivo de la Federación de Cooperativas de Enseñanza y Entidades Afines de la Provincia de Buenos Aires (Feceaba), que nuclea a las escuelas de gestión social. Costas –un educador de Berazategui que impulsa el Foro por los Derechos de la Niñez, la Adolescencia y la Juventud que reúne a los colegios profesionales, organismos de DD.HH., sindicatos, áreas de gobierno y organizaciones sociales– dice que gracias a la escolarización en la escuela primaria está prácticamente completada.
“Llega al 98 por ciento, y el 2 por ciento restante requiere otras políticas. “El problema es el secundario, donde se desarrolla una fuerte discusión entre los educadores que se sienten desbordados y no quieren recibir más chicos y quienes sostenemos que todos tienen el mismo derecho”, a pesar de que en algunos colegios “se están dando clases en los pasillos”.
Añade que la AUH debe terminar de universalizarse y a la vez completarse con medidas que lleguen a los bolsones de pobreza profunda, con políticas específicas para atender la realidad de que cada vez más chicas adolescentes son madres y van con sus bebés al colegio y con la capacitación integral de nuevas camadas de docentes, asunto que parece ser el talón de Aquiles de las políticas educativas.
Impacto psicológico
Ricardo Krakobsky es el director de la escuela “Elvira Sullivan” de Merlo, de gestión privada pero convencionada: se sostiene con las cuotas que pagan los padres que envían sus chicos al turno mañana y recibe a los del turno tarde prácticamente gratis. Tras informar que en el turno tarde “firmé entre 60 y 70 libretas de un total de 160 alumnos” destacó que, además del material, la AUH tiene “un fuerte impacto psicológico”.
“Los pibes se encuentran con que tienen un doble compromiso, un compromiso extra en concurrir a la escuela. Después de más de medio siglo de ausencia del Estado, ven ahora que se ocupa de ellos, que no los ha abandonado. Que les da un dinero a sus familias para ellos estudien… lo que de todos modos debían hacer”. Y aunque dice que no puede dar números porque el impacto de la AUH se produjo cuando ya habían comenzado las clases, y que recién en marzo del año que viene se podrá ver cuál es el porcentaje de aumento de la matriculación, destaca que a mediados del año pasado “había, como en los anteriores, una deserción incontrolada de cuatro o cinco alumnos a los cuales les perdíamos el rastro, este año ni hubo ni un solo caso”.
Como todos demás consultados, Krakobsky pondera los poderes combinados de la AUH con los PAT, de los que Fabián Rodríguez dice que “hay que convertir en un plan verdaderamente universal”. El Conurbano –como suelen llamarlo– elogia a Martín Sabbatella porque fue “el primero en plantear que hay que encontrar un mecanismo para que la AUH se reactualice automáticamente” de modo que no pase lo que sucedió con los planes Jefas y Jefes y Jefas de Hogar, que a causa de la inflación quedaron reducidos a la insignificancia; a la Presidenta “porque la reactualizó por primera vez por iniciativa propia junto a las jubilaciones”, y hasta el vituperado Guillermo Moreno por “haber frenado un poco” los aumentos de precios” con que los oligopolios intentaron succionar el dinero inyectado en la base de la pirámide social.
Si hay algo claro es que hay un antes y un después de la AUH. Una pequeña revolución que ha llegado para quedarse, que ni siquiera puede imaginarse cómo podría revertirse.