Caparrós se mete con La Cámpora y recibe respuesta
El blog del amigo Gerardo Yomal publica un texto crítico a La Cámpora, según aclara, adelanto de un libro de Martín Caparrós próximo a aparecer. Caparrós, que en su juventud revistó como «Mopi» en las filas del Movimiento de Acción Secundario (MAS), predecesor de la segunda etapa de la UES (el mismo MAS que un servidor tuvo el orgullo de cofundar y la tristeza de ser el único de su filial porteña que puede contarlo… porque nunca he vuelto a saber nada de Mike Masnatta y de Marcelo Hipólito Leandro Rodríguez, que se abrieron al poco tiempo) no ahorra sarcasmos hacia esta nueva militancia digamos, ejecutiva. E ironiza ya desde el título «Paren de currar con los 70». Título que como es evidente, es como una puerta vaivén que sirve tanto para ir como para venir.
Por insólito que parezca (al menos, a mi me lo parece) no conozco personalmente a ningún miembro de La Cámpora, así que me abstengo de entrar en polémicas, aunque no sin señalar que me parece que un tal Tomás le ha contestado muy bien. Solo quiero decir, con la autoridad que me da ser un kirchnerista sui generis proscripto por los medios kirchneristas (como D’Elía, y presumo que por parecidos motivos) por lo general en manos de empresarios antiperonistas, que la posición de Caparrós es totalmente funcional a lo que requieren las grandes editoriales. Y recordarle que, también los de nuestra generación, los que fuimos montos así haya sido por 10 minutos (o incluso sólo en el corazón, como lo fueron todos los de aquella Jotapé) cantábamos cantitos de cancha, y muchos con letras que chorreaban sangre o rezumaban homofobia, como el execrable «No somos putos / no somos faloperos / somos soldados / de FAR y Montoneros».Si nos juzgaban por ellos, estábamos fritos (hoy, por mor del colesterol, diríamos que al horno).
Caparrós critica la letra del «Me lo dijo una gitana…» por lo visto sin conocer la letra original, creo que de la hinchada de San Lorenzo, que es una apología del consumo de cocaína y marihuana. Nada que debiera sorprender ya que el «Soy de la gloriosa Juventud Peronista» surge del «Soy de la gloriosa hinchada de San Lorenzo/ la que no tiene cancha / la que bancó el descenso…».
Y como ya sucedió antes con Ernesto Tenembaum, me parece que Caparrós interpreta el «Nunca menos» de manera capciosa y retorcida. «Nunca menos» quiere decir que estamos poniendo, que estamos elevando un listón. Y que esperamos que nunca más el pueblo argentino acepte menos que lo hasta ahora conseguido sin rechiflarse y pelear por sus derechos. No sé, a mi me parece muy claro que es esta convicción la que me une con los muchachos de La Cámpora y con todos los que apoyamos, con más o menos críticas pero sin melindres, al gobierno de la compañera CFK. Que, entre otras cosas, reivindica a nuestra generación. Como bien dice el joven Tomás, estamos hermanados en la tarea de reconstruir el Estado y ponerlo a funcionar a favor del pueblo, es decir (y esto lo digo yo) de las tres banderas: soberanía política, independencia económica y justicia social. En el camino de la Unión Suramericana.
Lo conquistado o reconquistado será mucho para algunos, poco para otros (como es el caso de Caparrós) pero nos hermana la pretensión de que no sea posible abolirlo.
Como siempre, es asunto de ver el vaso medio lleno o medio vacío. Caparrós, al que la vida tanto le sonrió, lo ve vacío. Menda, que la llegada de los K. le pareció un regalo de la vida, un bonus track, una segunda oportunidad, lo ve llenándose y aguarda con esperanzada ansiedad el segundo gobierno de Cristina.