CASO ARRUGA: «Seis años de desidia absoluta»

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Es tal cual dicen Verbitsky, Pimentel y la valiente hermana del infortunado pibe Arruga. Hubiera bastado mover un poco el esqueleto, poner un sucinto equipo a investigar, acaso incluso becar, abocar a algún periodista que se hubiera sacudido el miedo a La Bonaerense (hablé de este tema, estupefacto, más de una vez con Ricardo Ragendorfer) para avanzar, y sin embargo, no se hizo. Scioli hizo la plancha, el poder judicial hizo la plancha. Todos hicieron la plancha (incluso el CELS) durante años. Se impone una profunda autocrítica.

Horacio Verbitsky: «Hubo seis años de desidia absoluta del Estado» 

Hallan el cadáver de Luciano Arruga, enterrado como NN en el cementerio de la Chacarita

TÉLAM
El cuerpo de Luciano Arruga, el adolescente de 16 años visto por última vez en 2009 en un destacamento policial del partido bonaerense de La Matanza, fue encontrado enterrado en el cementerio de la Chacarita como NN. Antes de morir fue atropellado por un auto sobre la avenida General Paz y estuvo internado en el hospital Santojanni unas horas hasta su deceso.

La información la dio esta tarde en conferencia de prensa el presidente del CELS, el periodista Horacio Verbitsky, que se encontraba junto a la hermana, Vanesa Orieta, y a la madre de la víctima, Mónica Alegre.»En el día de hoy fue identificado el cuerpo de Luciano Arruga, seis años después de su desaparición», anunció Verbitsky, que consideró que hubo «por parte del Estado una desidia absoluta para llegar a esta información».

El periodista explicó que, luego de que la Cámara de Casación Penal hiciera lugar a un hábeas corpus presentado por la familia en junio, el Ministerio de Seguridad de la Nación fue convocado a una audiencia por el juez federal de Morón Juan Pablo Salas, a cargo de la causa caratulada hasta ahora «desaparición forzada».

Entonces, el Ministerio «comenzó a hacer una compulsa de la totalidad de los libros matrices de la Superintendencia de Policía Científica para encontrar cuerpos que no estuvieran identificados», explicó Verbitsky.

Debido a que Arruga había estado detenido en el destacamento de la localidad bonaerense de Lomas del Mirador el 22 de septiembre de 2008 se contaba con sus huellas dactilares, por lo que se efectuó una comparación con un cadáver que había sido enterrado el 3 de febrero de 2009 en el cementerio porteño de la Chacarita, tres días después de su desaparición.

A ese cadáver, como no había sido reclamado, se le habían tomado las huellas digitales en la morgue judicial de la Capital Federal y la Policía Científica de la Policía Federal (PFA) fue la encargada de realizar la comparación.

«Hizo falta que un juez, a reclamo de la familia, pusiera en marcha esos mecanismos que el Estado tiene. Por eso, a partir de esto, debería ser parte de una rutina», opinó Verbitsky sobre la identificación de cuerpos en las morgues.

El titular del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), institución que en los últimos años acompañó la búsqueda de la madre y la hermana de la víctima, se preguntó:»¿Cómo puede ser que se esté buscando a una persona que ha desaparecido y no se cotejen las huellas que se disponen de esa persona con las de personas no identificadas (fallecidas) el mismo día?».

Por su parte, la hermana de Luciano aseguró que al haber sido hallado el cuerpo «se venció a la desidia, la impunidad y la mirada discriminante y criminalizante de los jóvenes».

«Vencimos. Mi objetivo era encontrar a mi hermano y lo encontré» manifestó casi al borde de las lágrimas, mientras su madre, que no habló, sufrió un desmayo y debió ser sacada del lugar.

A partir del hallazgo del cuerpo, dijo el titular del CELS, se determinó la existencia de una causa judicial que tramitó en el juzgado de instrucción 16 porteño, a cargo de Laura Bruniard, en la que fue procesado y luego sobreseído un conductor de 21 años por un accidente ocurrido a las 3.21 del 1 de febrero de 2009, tres horas después de que Luciano fuera visto por última vez.

Verbitsky señaló que de ese expediente surge que Arruga fue atropellado por un auto en la avenida General Paz y Emilio Castro, en el barrio porteño de Mataderos, cerca del destacamento policial.

«No es de ninguna manera un lugar habitual para cruzar la avenida General Paz, es la vía rápida, el que tiene que cruzar al otro lado no cruza por ahí», consideró el periodista, que mencionó que Luciano estaba «descalzo» y no descartó que lo estuvieran persiguiendo.

Luego, el joven fue llevado por el SAME al hospital Santojanni, ya que el conductor dio aviso a la Policía, y entre el horario del accidente y las 8 murió tras ser operado en el centro de salud.

Finalmente, como el cuerpo no fue reclamado, fue enterrado como NN en el cementerio de la Chacarita.

El titular del CELS señaló que «otras de las cosas que está abierta a la investigación es por qué en el hospital Santojanni no le dijeron nada (a la madre), que es lo que pasó».

«Si le dijeron que había un chico que había sido atropellado por un auto, y no le dieron ninguna explicación al respecto», agregó el periodista.

Debido a que la familia siempre denunció que detrás de la desaparición de Luciano estaban efectivos del destacamento de Lomas del Mirador, Verbitsky sostuvo que «había y sigue habiendo motivos de sospecha sobre el comportamiento de la Policía bonaerense».

«Hay interrogantes que siguen pendientes, que requieren explicación y que, de ninguna manera, modifica el hecho previo de la detención anterior, de las torturas que su hermana escuchó cuando fue a la comisaría» el 22 de septiembre de 2008, dijo.

Al respecto, recordó «la extorsión que los policías del destacamento de Lomas de Mirador practicaban sobre este chico, como de tantos otros chicos jóvenes pobres, de los barrios populares, para que robaran para ellos con la amenaza de muerte si no lo hacían, una práctica generalizada en la provincia de Buenos Aires».

«Estos seis años transcurridos muestran la relación de discriminación y de desprecio de las instituciones y de la justicia con los jóvenes pobres como Luciano Arruga. Esto no hubiera ocurrido si el chico hubiera desaparecido en (el barrio porteño de) Palermo ‘Rúcula’ y hubiera sido de la clase media», concluyó.

Pimentel

Por su parte, el presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de La Matanza, Pablo Pimentel, se refirió a la aparición del cuerpo de Luciano Arruga y manifestó que la justicia y las demás instituciones intervinientes «van a tener que dar respuestas» por la «desidia» en el caso.

Asimismo, manifestó que el caso de Luciano refleja la discriminación que existe hacia los sectores más humildes, porque «si fuera de otro sector social, esto se hubiera resuelto» más rápido, por lo que resaltó que lo que existe es un «fuerte crinimalización a los sectores más pobres».

Pimentel también se refirió a la justicia y señaló que «va a tener que dar respuestas», en tanto que recordó que el Hábeas Corpus presentado por la familia del joven, visto por última vez el 31 de enero de 2009 en el ex Destacamento Policial de Lomas del Mirador, partido de La Matanza, fue rechazado en dos oportunidades por el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional 1 de Morón y la Sala I de la Cámara Federal de Apelaciones de San Martín.

Agregó que recién en julio de este año, cuando La Cámara de Casación Penal Federal aceptó el Hábeas Corpus y obligó al Juzgado de Morón a que se haga cargo de sus obligaciones e investigue, fue cuando se logró que «se realice el cotejo de huellas dactilares», lo que posibilitó el hallazgo de los restos del joven de 16 años enterrado en el cementerio de la Chacarita como NN.

«No puede ser que una familia padezca tanto dolor e incertidumbre», señaló Pimentel, al tiempo que responsabilizó a las instituciones intervinientes por tanta «desidia».

Pimentel asimiló la lucha de la familia Arruga a la lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y de los organismos de derechos humanos que tienen la característica de «la persistencia».

Este caso «responde a la historia Argentina, donde los familiares de la victima no dejan de luchar, porque sino hubieran luchado nunca se hubiera sabido de Luciano», analizó Pimentel.

Hermana

Vanesa Orieta, la hermana de Luciano Arruga, aseguró que al haber sido hallado hoy el cuerpo del adolescente, a más de cinco años de su desaparición, «se venció a la desidia, la impunidad y la mirada discriminante y criminalizante de los jóvenes».

«Vencimos. Mi objetivo era encontrar a mi hermano y lo encontré, ahora vamos a descansar», manifestó la joven en una conferencia de prensa realizada esta tarde en la sede del CELS.

Sin embargo, Vanesa dijo que «falta terminar de concretar algunas etapas propias de este proceso de investigación», tales como los estudios de ADN que confirmen que el cuerpo es de su hermano, aunque ya se cuenta con sus huellas digitales.

«Recien ahí, cuando las pruebas genéticas digan que ese chico encontrado es Luciano Nahuel Arruga, nosotros, con mis familiares, vamos a cerrar una etapa», afirmó la joven, que durante estos años realizó numerosas marchas para pedir avances en la causa judicial.

La hermana de Arruga, que siempre tuvo el apoyo de la APDH de La Matanza, destacó que todavía existe «la criminalización de los jóvenes y la violencia institucional».

«Cinco años y ocho meses pidiendo que se busque a Luciano y logramos con la aceptación de un hábeas corpus dar con el cuerpo de un pibe enterrado como NN. Eso nos tiene que replantear un conjunto de cosas como sociedad: el poco valor que se da a la vida de los jóvenes», remarcó.

Vanesa recordó que en 2009, cinco días después de desaparecido su hermano, la familia presentó un hábeas corpus que fue rechazado por el juez de Garantías de La Matanza Gustavo Banco, para quien la familia hace tiempo solicitó juicio político.

«Esto se podía haber resuelto muchísimo antes, eso quiero que entiendan. Nosotros estuvimos cinco años y ocho meses golpeando todas las puertas, organizándonos, para que la sociedad tome conciencia, para que en su conjunto ponga a disposición todas las herramientas con las que cuenta para poder encontrar a Luciano, y lo logramos», manifestó.

«Pero esto no termina acá, esto recién empieza porque nosotros necesitamos saber la verdad.
Encontramos a Luciano, ahora necesitamos aclarar todo este panorama», agregó.

Para Vanesa, ahora «hay que armar un rompecabezas que no cierra hoy», ya que recién esta mañana se enteraron de lo que había sucedido y ahora van a revisar todo el expediente judicial que tramitó por el supuesto accidente de Arruga en el juzgado de instrucción 16.

La joven recordó que con su madre recorrieron varios hospitales, entre ellos el Santojanni, y comisarías en busca de su hermano, pero nadie le aportó datos sobre él.

«Mi vieja tenía esperanzas de encontrarlo con vida y lo encontró muerto», se lamentó Vanesa luego del desmayo que tuvo su madre en la conferencia de prensa.


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