EL CASO TOLCHINSKY. De víctimas y verdugos

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Daniel Alberto Chiarenza publicó en su blog una nota en la que califica a la ex detenida-desaparecida Silvia Tolchinsky de ser «la mujer que se casó con su torturador» en referencia a Claudio Gustavo Scagliuzzi, el hijo de un general de intendencia que al parecer colaboraba con el «grupo de tareas» que la secuestró. Para entonces ya había desaparecido (en la primera demencial «contraofensiva») su marido, Miguel Villarreal, «Chufo», jefe montonero y padre de sus tres hijos, que llegó muerto a la Esma y cuyo cadaver fue arrojado por el grupo de tareas en el Parque Centenario, a cuya vera se encuentra el Hospital Naval.

En Campo de Mayo, Scagliuzzi se prendó de Silvia (son cosas que pasan, hay libros y películas al respecto), cinchó por que no la mataran (es justo decir que también el padre, -que ya había perdido un hijo, también montonero y detenido-desaparecido- le dio bastante dinero a los captores) y consiguió que la dejaran marchar a Israel. Scagluzzi fue tras ella y ambos se fueron a ir vivir a la pequeña ciudad de Mahon, en la isla de Menorca, donde pusieron una ferretería y educaron a los tres chicos en la veneración de su asesinado padre montonero.

Con la ligereza que le es característica, Chiarenza tituló que Silvia se había casado con su torturador. Le envié una nota protestando por su atrevimiento, pero no la publicó. Por lo que me siento libre de publicar estas líneas en mi blog.



PS: Mi difunto hermano Luis discrepaba con Miguel Bonasso, que hizo públicas sus sospechas acerca de que Silvia (arriba, al declarar en juicio de lesa humanidad)  pudiera haber sido un «topo» del Batallón 601 antes de su caída. Para él, el sospechoso clavado era un señor que ahora se da el lujo de publicar un libro con documentación de Montoneros sin haber sido nunca miembro de la orga.

No conozco ni a Tolchonsky ni Scagluzzi, ni siquiera de vista, pero decir así como así, sin pruebas, que él fue torturador de ella, me parece una enormidad. Cuando le preguntaron a ella si en cautiverio había sufrido el síndrome de Estocolmo, respondió que en todo caso, el que había cruzado la línea era Scagluzzi. Y él dice lo mismo. No tengo por qué no creerles.

 


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