“El diario El País es una factoría de crear dinero”

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Y ya que estábamos hablando de el diario El País, actualmente al servicio de los yanquis, se me había pasado esta nota…

Serrano y los medios: «El diario El País está lejos de ser un medio gráfico de izquierda”.

Por  Laura L. David / Miradas al Sur

Deténgase usted a escuchar a un charlatán de éstos en vísperas de batalla o de elecciones. Deténgase y observe el discurso, empezaba Arlt una aguafuerte. He aquí un nuevo escenario.


Pascual Serrano es uno de esos periodistas e intelectuales cuya opinión es valorada y respetada en diversos rincones del mundo, sobre todo por quienes primero paran la oreja izquierda para escuchar. Este mérito se debe a una trayectoria prolífica de libros, artículos y reflexiones, cuyo vértice es una mirada crítica, lúcida y lapidaria de los grandes medios de comunicación.


“Hablar de periodismo militante o independiente es una falacia”


Hablamos del periodismo independiente versus periodismo militante. Pero, ¿independiente de qué?, ¿de qué poder? El término independiente está relacionado a la estructura de las últimas décadas, como la del ’90, donde el poder político estaba bastante claro que era el poder contra el que el periodista confrontaba, un poder político neoliberal. Para un periodista era fácil oponerse. Cuando comienza este nuevo período político no sólo de la Argentina sino de Latinoamérica, todos, no sólo los periodistas, nos politizamos mucho más.
M. Becerra: “El periodismo se volvió faccioso y opinativo”


Martín Becerra es profesor de la Universidad Nacional de Quilmes e investigador del Conicet. Aquí su visión sobre los desafíos del periodismo frente a la nueva ley de medios.
200 años de periodismo. El desafío es multiplicar los propietarios de medios


El periodismo argentino se enfrenta en su aniversario a una nueva encrucijada. Si la última dictadura implicó para los periodistas desprenderse de la censura estatal del régimen autoritario, hoy el desafío pasa por independizarse de los grupos concentrados que restringen la pluralidad de voces y subordinan el trabajo periodístico a la lógica de sus intereses. Honrar la profesión de la libertad de expresión y el ejercicio de la crítica o reproducir como escribas los lineamientos del propietario del medio. Esa es la cuestión.


Entrevista: Pascual Serrano, director del portal Rebelión


Algo huele a podrido cuando en más de trescientas páginas sobre periodismo, los protagonistas son el constructor, la Bolsa, el Opus Dei, el Bbva, La Caixa, la mafia italiana, Berlusconi, Franco o un dictador militar latinoamericano. Pascual Serrano ajusta cuentas con los propietarios de los medios “españoles” en su libro Traficantes de información (Ed. Foca) porque, dice: “Ya no es suficiente con decir que los bancos, la Iglesia y las multinacionales son los dueños”.


A punto de salir la tercera edición, Traficantes de información es un libro silenciado por los grandes medios de comunicación. En él se revela que Playboy o el diario del Vaticano comparten –en España– editor: Planeta.


“Lo curioso de este libro es que los medios de la derecha lo han utilizado para meterse con Mediapro y con Prisa, y los de izquierda para meterse contra ABC y Vocento”, cuenta divertido.


–Mirando las participaciones cruzadas en los conglomerados de comunicación que se relatan en Traficantes, una tiene la sensación de que las ideologías ya no existen… ¡hay una promiscuidad en el sector!


–Claro. ¿Quién se puede creer que hay diferencia entre la Telefónica de Prisa y el Bbva de Vocento? ¿Quién se puede creer que hay una diferencia ideológica entre la empresa aseguradora que es accionista de LaSexta y la empresa de Berlusconi que es accionista de Telecinco? ¡Es absurdo! Además, es que la trágica consecuencia que sacas es que no puede haber otra opción. No puede haber ningún periódico que se dedique a decir que hay que quitar los paraísos fiscales, que tiene que haber una banca pública y que tenemos que nacionalizar el petróleo. ¿Qué pasaría entonces? Que no sería rentable y desaparecería del mercado.


–No es de extrañar que todos den las mismas noticias, con el mismo tratamiento.


–Un amigo mío lo explica muy claro: si el espectro ideológico es esta mesa, ellos crean un debate en torno de los tres centímetros cuadrados de la esquina de la mesa. Entonces discuten: si un comando asesina a Bin Laden violando la seguridad de un país y matando a un tipo desarmado, empiezan a discutir si tienen que publicar la foto o no: ¡ya tenemos discusión! ¿Quién ha dicho que no hay discusión? Pero ninguno dice: “Bueno, es que esto de que maten a un tipo, delante de su mujer, y tiren el cadáver al agua, suena más a la Operación Cóndor que a la justicia”. No. Al final siempre se buscan una coreografía del debate en la que no entran en el fondo. Ahora, con la dación en pago pueden discutir sobre si con dar la casa al banco, cerramos la hipoteca o no cerramos la hipoteca. Pero ninguno dice: “Que le den por culo al banco, que el banco ya tiene bastantes casas, y no le damos la casa, porque el derecho a la vivienda está en la Constitución y si no estos señores y sus cuatro hijos se quedan sin casa”.


–En el Consejo de Administración de Prisa están, entre otros: Sacyr Vallehermoso, Banco de Valencia, Abengoa, Armani, Adolfo Domínguez, Altadis, Vodafone, Roche Farma e Iberia. Aún así, para muchos, El País es el periódico de izquierda español de referencia…


–Sí, es que el tuerto en el país de los ciegos es el rey. Si hubo ocho millones de personas que pensaron que Felipe González era la izquierda, ¿por qué no van a creer 600.000 que compran El País que ése es el periódico de la izquierda? Pero si en el Consejo de Administración están los que están y si en sus contenidos no hay propuestas de izquierda más allá del enfrentamiento con el PP, pues yo creo que no es de izquierda. Y, sobre todo, el caso de América latina es el más elocuente, el que más ha dejado en evidencia a El País , que no es ni más ni menos que una factoría de crear dinero a costa de complicidades con gobiernos amigos o no crear dinero cuando los gobiernos ya no son tan amigos. Cuando éstos son soberanos, dignos y autónomos, entonces tienes el combate. Cuando me preguntan cuál es la ideología del Grupo Prisa, respondo como lo haría Vito Corleone: “No es una cuestión de ideología, son simplemente negocios”.


–Pero la ideología en algún momento sí existió, porque Prisa nació apoyada por el Franquismo, dio el salto a Latinoamérica de la mano del Opus Dei y allí se afianzó con las dictaduras militares de los ochenta.


–Si Breznev les hubiera propuesto no sé qué, se hubieran hecho del Partido Comunista Ruso. Si aquí gobernaba el Opus, Polanco se hizo amigo del Opus. Eran negocios, no ideología.


–Confieso que aún leyendo su libro no me ha quedado claro quién está detrás de El País. ¿Es capaz de resumirlo?


–Sí. En primer lugar estaría Liberty –que es un fondo de inversiones de Wall Street–; en segundo lugar, Berlusconi; tercero, Telefónica, y cuarto, la familia Polanco.


–El entramado es tal que a veces una piensa, “esto lo hacen adrede para que no sepas realmente quiénes son”…


–Es que si tú hubieras conseguido saber de quién es El País, así fácilmente, ellos hubieran fracasado en su plan. No, no: su primer objetivo es que tú no supieras de quién era El País. Eso no puede ser.


–Ya no se necesitan periodistas para hacer medios, pero las escuelas de periodismo siguen llenas y Periodismo sigue siendo una de las carreras más demandadas. ¿Qué hacemos con todos esos jóvenes periodistas?, ¿dónde los colocamos?


–Yo creo que si el periodismo va a ser hacer frases de 140 caracteres, urgentes, al momento, evidentemente no hacen falta periodistas. Si por periodismo entendemos explicar con toda su complejidad un asunto, recurrir a los antecedentes históricos e incorporar el contexto necesario para comprender, entonces sí que hacen falta periodistas. ¡Lo que no se hace es periodismo! Si al final, para explicarte la caída de Sadam Hussein ponen una webcam de cómo cae la estatua, evidentemente sobran todos los periodistas.


Querer hacer en un periódico periodismo breve y urgente es absolutamente estúpido y absurdo, porque para eso tengo internet; no lo voy a comprar mañana en el quiosco. El periodismo escrito, actualmente, se está haciendo el harakiri. La gente se va a dar cuenta de que si en lugar de escuchar cincuenta tontunas de cuarenta segundos sobre el proceso de paz de Euzkadi, sobre el intercambio de presos de Hamás con Israel o sobre la pobreza en Somalia, ven un reportaje de veinte minutos, terminarán mucho más informados de lo que ocurre.


–Ese periodismo hoy lo hacen los medios alternativos, sin dinero y sin pagar a los periodistas. La mayoría de los periodistas con sueldo trabajan en departamentos de comunicación de empresas, no en medios.


–El periodismo que se está haciendo es malo, ellos mismos lo van a hundir y se va a acabar. Esos medios se van a suicidar. Evidentemente, la salida comercial para muchos periodistas va a ser los gabinetes de prensa. ¿Cuál es la alternativa? Un periodismo que salga del mercado, de la rentabilidad. Eso solamente lo pueden hacer los Estados. Si un Estado quiere verdaderamente informar a sus ciudadanos, dedicará recursos a eso. Igual que si un Estado quiere operar del corazón a un tipo que no tiene 6.000 euros, crea un hospital público.


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