El nuevo logo de YPF es una garcha (perdón, un bodrio)

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Ayer leí en Tiempo una cabrinota que presentaba en público el nuevo logo de la YPF renacionalizada. Me rascaba la cabezota pensando para qué miércoles necesitaría YPF un nuevo logo teniendo uno antiguo tan pero tan conocido (¡y querido!) y me respondía que seguramente ha de haber imperado en sus autoridades la misma mentalidad que en los clubes de fútbol, que están asociados a los fabricantes de camisetas por lo que es prácticamente imposible que el equipo (cuadro, deciamos los jovatellis) de tu amor la conserve más allá de una temporada (vean el aborto de la naturaleza que utilizará el Barcelona a partir de ahora, y que encima se venderá como pan caliente) cuando me topé con el siguiente párrafo:

«La nueva gráfica de la firma –que incluye la bandera argentina a un costado del logo de YPF– fue ideada por el Estudio Fontana. La empresa es la misma que se había encargado de hacer el diseño del logo cuando YPF era mayoritariamente de los españoles. Sin embargo, fuentes de la firma consignaron que Fontana fue elegida en un concurso con otras empresas que se dedican a rediseñar la imagen de compañías.


«El logo, que ya fue impreso en los documentos corporativos de la compañía, empezará a verse en breve en las calles de todo el país y en campañas en los medios masivos de comunicación».


En fin, que ya nos abrocharon. Y para colmo con el mismo estudio, Fontana, que hizo el logo de la YPF privatizada, no para satisfacción tanto de los españoles como de el chupacirios de Gregorio Pérez Companc, ya que los demagogos de Fontana se les ocurrió subrayar la sigla-marca con un grueso trazo amarillo para contentar al Goyo, que además de (el ex subcomisario Luis Abelardo Patti)  es fanático del Vaticano. El tema lo conozco muy bien porque por entonces trabajaba en la sección Economía de Télam y lo estuve investigando.


Para colmo de males, el nuevo logo de YPF me parece muy feo y obvio: una garcha a pedal. Y la entusiasta nota del diario del inicuo Szpolsky y el caballero Caballero (que buen vasallo sería si tuviera buen señor) justo, justo, olvidó consignar minucias como cuando se convocó el supuesto concurso público (del que nadie parece haberse enterado) y cuanto se pagó por el bodrio.

La renacionalización de YPF quizá haya sido el punto más alto de un gobierno jalonado de cumbres. Es una lástima que desprolijidades como ésta tiznen su resplandor. 


  



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