Gas argentino. En memoria del ingeniero Julio Canessa, un prócer

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Por Jorge Hugo Leiva* / especial para Pájaro Rojo.

En la edición «El Argentino» de ayer, 9 de marzo, aparece publicada una nota en la cual el ministro de Planificación Federal de la Nación, Julio De Vido, realiza un panegírico y proclama sentirse «orgulloso de seguir la obra del Ingeniero Esteban Pérez»  (http://www.diariocritico.com/2011/Marzo/opinion/devido/257726/devido.html).

Tal publicación me lleva a expedirme a fin de formular algunas precisiones. En primer lugar, es justa la reivindicación que el ministro hizo de la figura del Ingeniero Julio Canessa, rescatandolo del olvido en que cayera la obra de este verdadero patriota.
Asimismo, es destacable el rescate que realiza De Vido del desempeño del entonces General Perón en la formulación del plan energético basado en el aprovechamiento del gas.
Sin embargo debemos realizar algunas puntualizaciones en aras de la verdad histórica, y con el solo objeto de situar a quienes intervinieron en los hechos acaecidos en la justa dimensión de los sucesos que protagonizaron.
Así, es de observar que el intercambio epistolar entre Canessa y Perón que cita el Ministro, en realidad se produjo al tratarse la construcción del gasoducto Buenos Aires-Comodoro Rivadavia, que fue inaugurado el 29 de diciembre de 1949. Dicho gasoducto fue en su monento el más largo del mundo con 1.605 km de tuberías, conforme aparece en el sitio de Enargas (www.enargas.gov.ar/publicaciones/yar/50), y no se corresponde con el gasoducto a Pico Truncado que es posterior.
Vale aclarar que también existen referencias a que tal intercambio habría acontecido en forma verbal, y luego que el General Perón dijera: «Ingeniero, vaya y hagalo, ahora se lo ordeno», agregó dirigiendose en Ministro Lagomarsino presente en el evento: «Laguito, vea que Gas del Estado tenga lo que necesite».
Me parece útil dejar sentado que el gasoducto se construyó utilizando mano de obra del país, es decir empleados de la empresa Gas del Estado.
De Vido olvida expresar que el ingeniero Esteban Pérez fue designado Administrador de Gas del Estado por el Dr. Arturo Frondizi, quien accedió a la presidencia por estar proscripto el peronismo, fuerza política que el ministro integra y que en la actualidad rige con más aciertos que errores los destinos del país. Mientras que Canessa fue el Administrdor de Gas del Estado nombrado por el General Perón, quien cabe recordar en tres ocasiones llegó a la Presidencia mediante voto popular en elecciones limpìas y libres.
También es oportuno anotar que el ministro no consigna en su artículo que en Febrero de 1960 y bajo la administración del Ingeniero Esteban Pérez, se realizó la entrega de la comercialización de gas licuado (GLP) en garrafas a empresas privadas, con motivo que «Gas del Estado carecía de los medios para efectuar la venta de garrafas», argumento éste que se volvería a escuchar tres décadas más tarde por parte de quienes impulsaron la privatización de todas las empreas del Estado.
Estas privatizaciones se encontraba en conformidad con el «Plan Larkin» que redujo el servicio ferroviario, y planeó el cierre del Frigorífico Lisando de La Torre y de la «Corporación de Transporte de Buenos Aires» que tenía a su cargo los tranvías de Capital y el suburbano.
Tampoco nos parece acertado que De Vido señale como pioneros e impulsores de la industria del gas a Pérez, Canessa y Perón, en ese orden; toda vez que según surge de su artículo el verdadero pionero e impulsor fue el Ingeniero Julio Canessa, quien le propuso a Perón la utilización del gas de Comodoro Rivadavia mediante la construcción del gasoducto para su transporte a Buenos Aires, en esa época principal lugar de consumo.
Finalmente, es útil destacar que la figura del ingeniero Canessa tuvo un humilde reconocimiento por el Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS), que designó con su nombre a la Sala de Audiencia Públicas.

*Jorge Hugo Leiva es abogado y fue trabajador de Gas del Estado.


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