Kirchnerismo: Hay que hacer mas méritos
Publicado en WhiSkey sin soda, el blog del joven Nahuel Coca:
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Sur, 2015… ¿y después?
No digan ¡paredón! Desde este blog propongo el reinado eterno del Estado de derecho. Nadie será fusilado, a ver si se termina de una vez por todas esa horrible tradición que empezó con Dorrego.
Con suerte, aquellos que hayan faltado a sus obligaciones irán en cana, como es de esperar que ocurra en esos casos. Sin embargo, el año 2015 plantea un debate que ya podemos ir dando, y que hoy propone el director de la Biblioteca Nacional Horacio González en una interesante nota en Página/12.
A algunas personas les molesta leer a González. A mí a veces me pasa eso. Pero básicamente, lo que plantea en esa nota, es que hay que tener en claro que cualquier proyecto de país que sobreviva al periodo kirchnerista lo hará por sus méritos. Por sus méritos en la gestión o por los méritos como oposición.
Ayer hablaba por teléfono con un amigo que se mostraba totalmente contrario al kirchnerismo. No rescata nada bueno, y si algo le parece rescatable inmediatamente desaprueba la autoridad moral que motivó ese cambio para mejor. Como él está muy informado, conoce la cocina de algunas medidas, y desaprueba los ingredientes. Las cuentas (no sólo las de la economía) le dan todas en rojo. Y dice que si ganan de nuevo los Kirchner, se va del país, a Chile o a Uruguay.
Yo no creo que sea para tanto. Como es mi amigo, lo visitaré en Chile o en Uruguay.
Hay mucha gente inteligente a la que no le gusta el matrimonio Kirchner, ni su estilo político. Y por eso no hay que dejar de debatir con ellos. Parece una obviedad, pero no lo es. Ya escuché un par de veces que con algunas personas no hay ni siquiera que dar el debate, en referencia a los que no ven en estos dos últimos gobiernos nada bueno.
A algunas personas tampoco les resulta positivo el peronismo, ni lo que significó en términos históricos. No lo valoran como parte fundamental de la cultura política nacional. No les parece ni siquiera pintoresco. No lo quieren. Y es improbable que cualquier experiencia positiva de aquí a 2015 no necesite el apoyo del peronismo.
Y con 678 no alcanza. Ni por cantidad ni por calidad. No alcanza. Hay que bajar a tierra ya mismo los desacuerdos y plantear términos en los que pueda haber acuerdo. Yo insisto en que, en el fondo, muy poca gente plantea un menemismo liso y llano. Las diferencias son más de forma que de fondo.
¿Qué hacemos para que después del 2015 no haya una revolución restauradora de las peores prácticas políticas, económicas y sociales? Los sectores que pueden impulsar esas prácticas no se retiran, por mal que les vaya en la Ciudad de Buenos Aires, ni por mucho que extrañen vacaciones de 3 meses en Punta del Este. Quizás se llamen al olvido por un periodo, pero como todo lo malo (lo digo por gestión, no por origen), volverán.
Es necesario hacer mérito, y hacerlo rápido. Porque una victoria de los K el año que viene no será garantía de un país libre de hijos de puta. Quizás sea muy por el contrario, garantía para la final y definitiva hijoputización de las propias filas. En todo caso, si han de volver las oscuras golondrinas, hay que dejarles la huella marcada con buenas acciones y sobre todo, con un debate en favor de un país socialmente justo, económicamente libre y políticamente soberano, del que no les sea fácil salir.