Un opositor sensato
Aunque una golondrina no hace verano, quizá se esté conformando una oposición sensata. Este post fue publicado en Puedecolaborar, el blog de Gerardo Yomal. Como debería ser evidente, no coincido con la opinión del autor (Coluccini firma) entre otras razones porque soy agradecido y considero que el advenimiento de los Kirchner fue una especie de bonus track, de premio inmerecido, pero entiendo el razonamiento de quien escribe.
sábado 28 de agosto de 2010
«No me banco a los Kirchner pero dejan un país mucho mejor»
«A mí no me gusta NK, ni me gusta CKF. No me gusta su estilo, no me gusta Moreno ni me gusta lo que hacen en el Indec. Pero llevaron adelante por lo menos 8 políticas centrales, medulares de su gobierno, con las que yo estaba de acuerdo… antes de saber ni siquiera quién era Moreno: la ley de financiamiento educativo, la renovación de la Corte, la política de ciencia y técnica, la reapertura de los juicios por derechos humanos, la ampliación y reestatización del sistema previsional, la reestatización de Aerolíneas, la asignación universal, la ley de medios, el matrimonio igualitario, las retenciones y el tipo de cambio diferenciado para el campo, etc.
Todas las anteriores son medidas que yo habría apoyado así las hubiera tomado Macri, Duhalde o el Mono Relojero. Medidas de estascaracterísticas Alfonsín impulsó 3: la paz con chile, el juicio a las juntas y la ley de divorcio. Menem, 1: el fin de la colimba. Eso me pone mucho más cerca de este gobierno que de todos los anteriores. O, mejor dicho, ellos se ponen más cerca de mí.
¿Son perfectas? No. ¿Están dentro de lo que mi espíritu dialoguista, democrático y negociador está dispuesto a aceptar? Sí, sin dudas.
¿Qué se hace, entonces?
Creer que decir que este es un gobierno de patoteros porque está Moreno es por lo menos equivalente a decir que este es un gobierno de intelectuales porque estuvo Pepe Nun o está Horacio González.
Formar la propia opinión por supuestas intenciones ocultas y motivos no declarados es, por lo menos, perder el foco.
Qué me importa si Kirchner quiere hacer una escalada en su conflicto con la Iglesia, si el resultado es la ley de matrimonio gay. Tenía mil maneras de molestar a los curas (empezando por sacarle los subsidios a la educación religiosa, que está tan de moda pedir la eliminación de subsidios), pero eligieron avanzar con un derecho.
Qué me importa si, en su fuero íntimo, CKF quiere quemarle las bolas a los periodistas, si impulsan una ley que leés de punta a punta y lo único que hace es promover más y más libertad de expresión.
Y qué me importa que no toleren las opiniones de otros, si esa misma ley fue tomada de un foro democrático (como la coalición para una radiodifusión democrática), si fue debatida públicamente durante un año en foros públicos, si se discutió en el Congreso y en los medios como ninguna otra y se le introdujeron más de 100 modificaciones propuestas por la oposición.
Qué me importa que les disgusten los fallos de los jueces, si impulsaron la Corte de justicia más ejemplar de nuestra historia.
Qué me importa que su compromiso con los DDHH no sea sincero, si Astiz está preso y si mis amigos pueden asistir al juicio por el Campo de concentración de La Perla, donde mataron a sus padres.
Qué importa lo que yo crea de sus opiniones, de las de ella, de las de él, de las de Aníbal, si los hechos, las leyes, las políticas están.
No me importa lo que ellos dicen, o lo que ellos piensan, o lo que diga Morales Solá que «en realidad» ellos piensan. Me importa lo que hacen. (Cualquier análisis político a la Majul, basado en la «obsesión», la «maldad», la «perversidad» de un gobernante, es torpe, como mínimo)
Y, en todo caso, dentro de un año, o de cinco años, se van. Y si cometieron delitos, irán presos. Y no pienso mover ni el meñique para evitarlo.
Pero el Indec se arregla en dos semanas. Y la asignación por hijo no se saca más, porque ya es un derecho que incorpora la sociedad; y sólo queda ampliarlo.
No me los banco. Creo que tienen limitaciones ideológicas, políticas y compromisos económicos que no me van a permitir nunca entusiasmarme.
Pero qué importa mi opinión, si dejan un país muchísimo mejor que el que tomaron y, creo, mucho mejor del que hubieran dejado cualquiera de los otros que hoy se postulan.
Discutir política está bueno…
(Texto enviado a Puedecolaborar con pedido de publicación)
Publicado por Coluccini en 13:12 5 comentarios
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Gustavo Abrevaya