CABA – EMPRESAS RECUPERADAS: Una bocanada de oxígeno
La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con el voto unánime de los 54 legisladores presentes amplió por ley de 2 a 5 años el tiempo legal para uso temporario de fábricas o comercios administrados por cooperativas de trabajadores, tras el abandono o quiebra de sus propietarios. No resuelve la cuestión de fondo, pero aporta más previsibilidad a las empresas autogestionadas.
Una a favor de los trabajadores sin patrones
POR ALBERTO FERRARI
Por iniciativa del diputado Gabriel Fuks (CNM), la Legislatura porteña modificó la ley 238 de expropiaciones para extender de 2 a 5 años el plazo en favor de los trabajadores que se hicieron cargo de empresas abandonadas por sus dueños.
Fuks destacó que la necesidad de modificar la ley era imperioso en este período de sesiones, porque a fin de año la mayoría hubiese cumplido los dos años fijados por ley y se hubiesen encontrado impedidas de pedir créditos, “ya que en diciembre vencía el plazo de uso”.

“Los cinco años permiten una gestión más clara y da el beneficio subjetivo de demostrar que pudieron gestionar durante un tiempo largo”, resaltó el legislador perteneciente al minibloque Corriente Nacional de la Militancia y ex FpV.
El legislador resaltó, se trata de “un acto de justicia”, y comparó que “el gobierno también concesiona a grandes pooles por veinte o treinta años. Que a los trabajadores se les dé solo dos años es una injusticia”.
Injusticia contra la que también batallaron y dejaron su aporte en la Legislatura el ex legislador Edgardo Form y algunos miembros del movimiento de empresas recuperadas en la ciudad, como Federico Tonarelli, del Bauen / Facta, Plácido Peñarrieta de Chilavert / Red Gráfica y Ramiro Carranza de Creando Conciencia / Fetracoop.
Esas empresas son las más conocidas de un movimiento emergente que se profundizó a partir de la crisis de 2001, tal como subrayó Fuks, al argumentar durante el debate parlamentario que “durante los últimos 15 años, ya se ha instalado culturalmente que no hace falta un patrón para manejar una empresa”
“Las recuperadas ya no son tan disruptivas como en 2001, sobre todo porque muchas cooperativas demostraron que pudieron gestionarlas, pero así y todo, todavía hay resistencias”, lamentó el legislador
Fucks previo a la votación ya había premiado con el Diploma al Emprendedor a los restaurantes recuperados Alé Alé y Los Cabritos.
En el proyecto que presentó Fuks ante la Legislatura para distinguir a la Cooperativa de Trabajo Alé Alé Limitada, resaltó que fue conformada luego de un proceso de vaciamiento que los titulares de la firma Alé Alé SRL llevaron a cabo durante los años 2011 y 2012.
“Durante este tiempo, no sólo los trabajadores se hicieron responsables de continuar la explotación comercial del local de modo eficiente y con un proyecto sustentable a largo plazo, sino que además iniciaron negociaciones con los propietarios del inmueble a fin de establecer una solución mutua”, destacó el legislador.
“Ante esta situación desde la Legislatura de la Ciudad, el 16 de mayo de 2013 se ha votado por unanimidad la declaración Nº 155/2013 mediante la cual se expresaba la «preocupación ante la posible pérdida de la fuente de trabajo de 45 trabajadores del restaurante Alé Alé», sintetizó.
En cuanto al emblemático asador «Los Cabritos», funciona desde 1978 en el barrio de Mataderos. “La ubicación del local no es casual, tiene una estrecha relación con la tradición cárnica de su menú y manifiesta una relación con la historia de la comunidad, ya que el barrio nació en 1901 con la inauguración del Mercado Nacional de Hacienda. Con el paso de los años, se ha convertido en uno de los restaurantes parrilla más notables y populares de nuestra ciudad”, elogió Fucks al proponer el diploma al Emprendedor.
Al margen de la tradición, “hasta hace aproximadamente tres años el lugar, propiedad de SUPAY I SRL, era administrado por SUPAY SRL. Esta última estaba compuesta por familiares de aquella. Luego, repentinamente la parte empleadora y todos sus socios/as abandonaron el lugar librándolo a la suerte de sus 15 trabajadores/as.”
“Dichos trabajadores se organizaron en cooperativa y fundaron la «Cooperativa de Trabajo Los Cabritos Limitada», actualmente inscripta en el INAES, con el fin de resguardar las fuentes laborales”, argumentó el legislador en su proyecto.
Fuk explicó a la agencia Ansol -especializada en economía social y cooperativismo- por qué los eligió: “La ley que premia a emprendedores, en general, selecciona a aquellos vinculados a la moda, a lo tecnológico, a la juventud. Es el modelo de emprendedor que viene del extranjero. Yo propuse a los restaurantes Los Cabritos y Alé Alé porque con muy pocos insumos, con extrema tensión, lograron mantener un esquema en el mercado y hasta generar nuevos puestos de trabajo”.
La ley votada en la Legislatura modifica los artículos de Ley 238 (de expropiaciones) en la parte referida a los plazos de ocupación o uso temporario de empresas.
Se trata del otorgamiento de permisos de uso temporarios que posibilitaron la continuidad de emprendimientos por parte de empleados y trabajadores ante abandonos abruptos de las empresas por sus dueños, quiebras o crisis empresariales de distintos tipos.
Otro artículo estipula: «La ocupación o uso temporario no puede extenderse por más de cinco años desde que comienza el uso del bien por parte del expropiante. Transcurrido dicho período, y una vez intimada su devolución por el propietario/a, el bien debe ser restituido. En caso contrario el propietario/a tiene derecho a accionar judicialmente por expropiación inversa. Igual derecho le corresponde cuando el bien restituido no puede ser utilizado para su uso habitual».
Pero, en favor de los trabajadores autogestionados se afirma en otro artículo que «transcurrido el plazo de cinco años de otorgamiento del permiso de uso, si el propietario/a del bien no hubiese accionado judicialmente ejerciendo el derecho establecido en el artículo 33 de la presente, podrá renovarse el permiso de uso mediante ley específica”,
El autor de la iniciativa argumentó que «el período de dos años establecido en el artículo 33 de la ley 238 para los permisos de uso temporario, ha resultado a todas luces insuficiente para darle un horizonte mínimo de estabilidad al esfuerzo de esas cooperativas para recuperar un emprendimiento en problemas, del cual la mayoría de las veces debieron hacerse cargo impensada y abruptamente».
«Para que un grupo de trabajadores tenga cierto horizonte de certeza al hacerse cargo de una empresa en problemas, un período de dos años es a todas luces insuficiente y contraproducente», abundaron los fundamentos.