Cristina, Favio y el vendaval de mediocres

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La vida de Favio, con su niñez tan dura (que sin embargo él evoca con alegría) fue un canto de amor al pueblo argentino. Favio creyó a pie juntillas en sus infinitas posibilidades de obrar bien. Aqui, la primera nota de homenaje que me llegó luego de su muerte. Al mismo tiempo Carlos Prado me hizo llegar el video de Favio al que Donato hace referencia. Se los recomiendo.  

Cristina, Favio y el vendaval de mediocres

Por Donato Spaccavento
Por infinitas razones, decir Leonardo Favio es decir peronismo puro, es decir pueblo. Todo por sus valores de militante peronista a toda hora: en la vida particular, en la relación afectiva, en el trabajo, en la lucha política. A él, como a tantos millones de argentinos de antes y de ahora, el peronismo pasaba por la sangre como una manifestación del corazón.
Por ello, Leonardo Favio fue capaz de producir y dirigir la película «Perón, sinfonía del sentimiento», a la que se negó a estrenar comercialmente sino que la mostró por primera vez en una función en el cine Atlas Recoleeta, con entrada gratuita, y la cedió para que se la exhibiera en acontecimientos sociales y políticos. Fue su obra política más importante para la causa: demostrar que un sentimiento, como es el peronismo, también se puede explicar y hasta enseñarlo c0mo esa «cosa» conmovedora de todo fuego interno. Pocos recuerdan que «Perón, sinfonía del sentimiento», fue el homenaje de Favio a la memoria del ex presidente Héctor José  Cámpora, del cantante Hugo del Carril, del pintor Ricardo Carpani y del escritor y periodista Rodolfo Walsh, así como a los trabajadores, a los estudiantes, al Grupo Cine Liberación: Fernando Solanas, Gerardo Vallejo y Octavio Getino.
Sobre el peronismo,  decía Favio, luego del éxito de su película:
-«Creía tener un conocimiento profundo del peronismo. Pero me di cuenta de que era ingenuo pensar que en esta historia sólo se involucra a nuestro país. En realidad, se involucra a toda la América y el mundo, porque es una filosofía que emerge por amor a la gente».
-«Descubrí al peronismo y tuve la evidencia de que no teníamos un país, sino una verdadera colonia. Y que finalmente se construyó un país real. También, la fuerza que tuvieron los imperios que lograron destruir este país. Pero, sobre todo, ver un país posible en la capacidad de apostar a la solidaridad y el respeto por el hombre».
Lógicamente, en estos últimos tiempos, Favio advirtió que con los gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner, habían vuelto el pueblo al poder y el peronismo puro, y adhirió con todas sus fuerzas a este modelo nacional y popular en apoyo y a sus múltiples conquistas. Criticó, por ello, a los sectores mezquinos que se resisten al peronismo, y explicó que «se oponen porque damos la lucha desde diferentes posiciones con un denominador común, por compromisos adquiridos con la comunidad toda por ver una patria feliz, justa y liberada».
Admiraba a Néstor Kirchner porque le hacía recordar a sus tiempos jóvenes como peronista, como cuando fue seleccionado para acompañar al general Juan Domingo Perón en el avión desde Madrid a Ezeiza, en su regreso histórico a la Patria el 17 de noviembre de 1972; fecha en que hoy celebramos el Día del Militante. Además, sabía que Néstor era capaz de intentar transformar la Argentina con su ejemplo; decir lo que piensa y hacer lo que dice. Estaba convencido, Favio, de que Kirchner manejaba ese arte mayor de la noble práctica política, de la cultura de la solidaridad y el trabajo; que son los pilares de las utopías revolucionarias.
No hace mucho, pudo acompañar a la presidenta Cristina en un acto en Mar del Plata, y hasta pronunciar un discurso con ella. Allí, Leonardo Favio dijo una de las frases más ilustrativas, conmovedoras y brillantes de la lucha que libra todos los días: «Uno la ve tan frágil, tan bonita y parece mentira que tenga la fortaleza de titán para enfrentar vendavales de mediocres».
La noticia de su muerte recorre el mundo, y más allá de sus valores como artista, cantante y director de cine, se pondera su filiación y pertenencia ideológica al peronismo.
El mejor homenaje que podemos hacer a este mendocino que logró escalar hasta el punto máximo de llegar a ser una «figura nacional de la Argentina», es recordarlo como un militante que abrazó el peronismo y defendió en todos los terrenos los valores esenciales de la doctrina: la dignidad de la persona humana, el valor del trabajo, la solidaridad, la justicia social, la libertad y el bien común.

 


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