DESAPARICIONES: «Mi sobrino, que era ‘alcahuete’ de los militares, entregó a mi hijo, su primo»

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Inés Ragni: "Mi sobrino Roberto Decaso fue el que marcó mi casa para que secuestraran a mi hijo Oscarcito".

La Madre de Plaza de Mayo y su marido Oscar rechazarón que se juzgue a los represores por homicidio

Neuquén.- La presidenta de la filial neuquina de las Madres de Plaza de Mayo, Inés Rigo de Ragni, de 86 años, acusó ayer a su sobrino Roberto Decaso de ser un "alcahuete" de los militares y de haber "marcado" su casa y preguntado si se encontraba su hijo Oscar Alfredo para facilitarle a aquellos su secuestro. Luego, su anciano marido, también llamado Oscar, exigió a los jueces que no condenen a sus desaparecedores por homicidio:  “Los desaparecidos no están muertos, están acá, están en todos lados, no hay ley que los pueda matar. No hay justicia sin verdad y la verdad está oculta”, reclamó.

Inés es la representante de las Madres de Plaza de Mayo en Neuquén y el Alto Valle del Río Negro, y su casa oficia de sede de la asociación. En la audiencia realizada ayer por delitos de lesa humanidad cometidos en la región conocido como "Escuelita II" dijo que esperaba "tener fuerzas hasta que llegue el día que el Tribunal me cite delante de todos los imputados y me diga quién secuestró a mi hijo y donde está”.

Terminada la feria judicial, el Tribunal Oral Federal de Neuquén retomó ayer por la mañana las audiencias en este proceso judicial con los testimonios de Inés y su marido Oscar Ragni, quienes estuvieron acompañados por gran cantidad de militantes políticos y de derechos humanos.

La madre de Plaza de Mayo aseveró que no se cansará de reclamar justicia y exigió la presencia en la sala de los imputados. Actualmente sólo asiste a las audiencias el coronel retirado Jorge Di Pasquale, quien durante la última dictadura cívico-militar se desempeñó como teniente coronel de Inteligencia.

Al comenzar su declaración sobre el secuestro de su hijo Oscar Alfredo Ragni, de 22 años, Inés aseguró que su sobrino Roberto Decaso fue el que “marcó nuestra casa”.

Recordó que la mañana del infausto 23 de diciembre de 1976, su sobrino pasó por su casa, y muy nervioso y sin querer entrar preguntó si "estaban los chicos", en referencia a Oscar hijo -que acababa de llegar procedente de La Plata, donde estudiaba arquitectura y militaba, a pasar la Nochebuena con su familia- y su hermano Edgardo.

Inés dijo que Decaso era PCI (personal civil de inteligencia del Ejército) y "marcó" su casa para que vinieran a secuestrar a su hijo.

Mirando a la cara a Di Pascuale -que estaba entonces al mando de la inteligencia militar de la zona- le preguntó si negaba conocer a Decaso y saber que era "un alcahuete", pero el presidente del tribunal, Leonidas Moldes, le aclaró que Di Pascuale no podía responderle, ya que no estaba en esos momentos sometido a declaración indagatoria.

Inés Ragni pidió entonces que se cite a su sobrino a declaración indagatoria.

Respondiendo a una pregunta de la abogada querellante por el Centro de Profesionales por los Derechos Humano (Ceprodh), Natalia Hormazabal, Inés explicó que su militancia comenzó con la desaparición de su hijo y que nunca creyó que pasaría  38 buscando a su hijo.

“Sí él hubiera matado a alguien tenía todo el derecho de estar acá sentado como sí lo tienen los imputados. ¿Ellos los mataron? ¿Dónde están? Nosotras las madres vamos a seguir pidiendo aparición con vida”, afirmó la mujer, quien había ingresado a la sala ajustándose el pañuelo blanco que cubría su cabeza.

Luego prestó testimonio Oscar Ragni, que detalló la búsqueda de su hijo en la Policía Federal y el Comando. Dijo que en todos lados las respuestas eran negativas.

Dijo que como había trabajado en cantina del Batallón de Ingenieros de Montaña, conocía a varios militares a quienes también les preguntón por el paradero de su hijo, como el ya fallecido teniente coronel Rolando Felipe Boero, luego con el influyente general José Luis Sexton y por fin con el mayor Luis Alberto Farías Barrera, que era el encargado de “dar respuestas”.

Ragni afirmó que está confirmado que su hijo estuvo secuestrado en el centro de detención La Escuelita, ya que su amigo David Lugones (quien declaró por la tarde) lo escuchó y que también otra persona que trabajaba en la cocina de apellido Torino le había dicho que el 24 de diciembre llevaron a un joven del Barrio El Progreso, que había venido hacía pocos días de La Plata, descripción que coincidía con la de Oscar.

El militante de los derechos humanos exigió a los jueces que no juzguen por homicidio. “Los desaparecidos no están muertos, están acá, están en todos lados, no hay ley que los pueda matar. No hay justicia sin verdad y la verdad está oculta”, reclamó Ragni, quien además le pidió al Tribunal que abra los expedientes para poder saber qué pasó con los 30 mil desaparecidos.

FUENTE: La Mañana (Neuquén)


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